25/4/07
La Teología de la Liberación en su momento más crucial
La interpretación latinoamericana del "kerygma" evangélico (el mensaje de salvación de Jesús), afirmado en las asambleas episcopales surcontinentales de Puebla y Medellín, corre el grave riesgo de una condena vaticana, durante la próxima visita del Papa a Brasil.
Según informa la agencia ECUPRES, el obispo brasileño Pedro Casaldáliga advirtió seriamente al Papa Benedicto16 que el severo castigo impuesto al teólogo Jon Sobrino marcará negativamente su primer viaje a América Latina, en ocasión de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano y Caribeño que se realizará en Aparecida, Brasil, en el próximo mes de mayo.
Casaldáliga manifestó que “con muy mala sombra, como dirían los castizos” estalló “el proceso de nuestro querido Jon Sobrino”, produciéndose un hecho “muy sintomático, porque un cardenal de la curia ya ha declarado que antes de Aparecida estará liquidada la Teología de la Liberación”. Se da por seguro que la mención de Casaldáliga sobre “un cardenal de la curia” se refiere a López Trujillo, de Colombia, visto como un fuerte detractor de Sobrino y de la Teología de la Liberación (TL).
A fines de marzo, López Trujillo causó un serio problema diplomático en México. Al visitar ese país, como enviado papal para un encuentro católico romano, realizó contundentes declaraciones en contra de la despenalización del aborto, al punto que legisladores del PRD exigieron la expulsión del Cardenal, invocando artículos de la Constitución de México, al calificar los dichos de López Trujillo como una intromisión en los asuntos internos del país.
Sobre la sustentabilidad de la profecía acerca de la Teología de la Liberación, Casaldáliga opinó que “ese ilustre purpurado habrá de aceptar, supongo, que después de Aparecida continuará vivo y activo el Dios de los Pobres, y continuará subversivo el Evangelio de la Liberación; y que desgraciadamente el hambre, la guerra, la injusticia, la marginación, la corrupción, la codicia, continuarán exigiendo de nuestra Iglesia el compromiso real al servicio de los pobres de Dios".
En su misiva al Santo Padre, el obispo que por décadas estuvo al frente de la diócesis de São Felix de Araguaia, en el Estado de Mato Grosso, se preguntó acerca de qué es y quién tiene la verdad, recordando a Poncio Pilato que se lavó las manos luego de preguntar a Jesús sobre la verdad.
Casaldáliga agrego que "la religión y la política han de acoger esa respuesta hasta las últimas consecuencias. La vida de Jesús es esa misma respuesta. La opción por los pobres define toda política y toda religión. Antes era "fuera de la Iglesia no hay salvación"; después "fuera del mundo no hay salvación". Jon Sobrino -agrega- nos recuerda, una vez más, que fuera de los pobres no hay salvación. Juan XXIII abogaba por una Iglesia de los pobres, para que fuese la Iglesia de todos. Los pobres definen, con su vida prohibida y con su muerte antes de tiempo, la verdad o la mentira de una sociedad, de una Iglesia".
A estas declaraciones del obispo brasileño, las informaciones periodísticas adjuntan las del teólogo Leonardo Boff quien, dirigiéndose a Jon Sobrino, dijo: “Te escogieron a ti, el más profundo teólogo latinoamericano, el que mejor articula espiritualidad y teología, inserción en el pueblo crucificado y reflexión, el que presenta en mayor grado las virtudes insignes que caracterizan la santidad. Separaron tu obra de tu vida doliente y amenazada, como si pudiesen separar el cuerpo del alma. Sólo autoridades carnales que perdieron todo sentido del espíritu podrían perpetrar tamaña agresión. Bien dijo don Oscar Romero, asesinado en El Salvador, a quien tú tanto asesoraste: 'Se mata a quien estorba'. Participas en cierta forma de este destino'.
Jon Sobrino, vasco, quien vive en El Salvador desde hace 50 años, recibió innumerables manifestaciones de solidaridad desde todo el mundo luego que recibiera una severa sanción desde el Vaticano, a través de una carta pastoral firmada por el propio Papa y los titulares de los doce dicasterios romanos. Fue, y lo sigue siendo, el principal sostenedor de la Teología de la Liberación, a la que luego se sumaron el ya fallecido obispo de Olinda y Recife en Brasil, Dom Helder Cámara, Leonardo Boff, el argentino Armando Croatto, Frei Betto y otros más que reconocidos teólgos latinoamericanos.
La sanción aplicada a Sobrino establece que no puede publicar más textos doctrinarios (le ha sido retirado el "nihil obstat", que es una suerte de permiso jerárquico para difundir las propias ideas) y se le ha compelido a que renuncie a sus cátedras de teología en varias universidades católicas latinoamericanas.
El Vaticano lo acusó concretamente de hacer excesivo hincapié en la naturaleza humana de Jesucristo, ignorando su naturaleza divina. Y se lo ha reconvenido en forma muy severa por su propia concepción de la liberación. La Iglesia jerárquica sostiene que Jesús vino al mundo al liberar al hombre del pecado, y no tanto de sus consecuencias sociales e históricas.
Sobrino replicó que él jamás negó la divinidad del Hijo de Dios, que el concepto bíblico de liberación es de naturaleza histórica (y puso como ejemplo la liberación "política" del pueblo judío de la esclavitud egipcia), y que no puede hablarse secundariamente de las "consecuencias sociales" del pecado en pueblos donde la misión de los sacerdotes y de los obispos es cumplir con el primer mandamiento, ante prójimos marginados, excluídos, hambrientos, sometidos a la esclavitud de los vasajalles dictatoriales o a las políticas de exterminio del imperialismo.
Lo de Sobrino no es nuevo en la historia de la Iglesia. Como tampoco es nuevo el comportamiento romanista y poco católico (catolicismo significa propiamente universalidad) del Vaticano y en particular de la Congregación para la Doctrina de la Fe (conocida más con su nombre primitivo: el Santo Oficio). A lo que debe sumarse, desde luego, el carácter conservador del nuevo Papa, que cuando era simplemente Joseph Ratzinger presidió durante 25 años ese dicasterio.
Por esa censura inquisitorial pasaron desde Galileo (¡a quien Juan Pablo Segundo reivindicó 500 años después de su muerte!), hasta el teólogo alemán Karl Rahner y el francés Ives Congar, Teilhard de Chardin (que intentó conciliar la teoría de la evolución con la Creación infinita del universo), su exégeta Henry De Lübac, y tantos otros que aún esperan la reivindicación histórica y doctrinaria de parte de los cazadores de brujas.
Su único pecado consistió el humanizar el mensaje evangélico a los tiempos que corrían.
Como ocurre ahora con la Teología de la Liberación, que busca que el mensaje de la Redención llegue a los cristianos y a los pueblos más pobres y desvalidos, desangrados por lo que Eduardo Galeano alguna vez pintó como "las venas abiertas de América Latina".
Brasil y la visita del Papa en mayo es crucial. ¿Seremos declarados anatemas los que siguiento el mensaje de ese Jesús misericordioso, damos agua al sediento y pan al hambriento, y dejamos que los niños vengan a nosotros, y hasta perdonamos a una prostituta sin pedirle que confiese sus pecados? ¿Morirá la Iglesia de las Catacumbas?
Teólogos de la Liberación anuncian evento paralelo a la V Conferencia
El evento se realizará en la sede del Instituto del Corazón Eucarístico en el pueblo turístico de Pindamonhangaba, muy cerca de Aparecida, del 18 al 20 de mayo, coincidiendo con los días centrales de la V Conferencia, con la intención de tener un impacto en los obispos reunidos en Aparecida desde la perspectiva de la Teología de la Liberación.
El seminario contará con la participación de controvertidos teólogos como el sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, autor de la obra censurada por el Vaticano "Teología de la Liberación - Perspectivas"; Pablo Richard, un sacerdote chileno suspendido en sus funciones clericales; el brasileño Agenor Brighenti, miembro del controvertido grupo de presión marxista "Amerindia" y otros liberacionistas.
Según los organizadores, el evento llevará por título "América Latina, Cristianismo e Iglesia en el siglo XXI" y tiene como objetivo "reflexionar sobre los desafíos de la realidad latinoamericana y encontrar respuestas para los mismos en cuanto Iglesia".
El día 18, las conferencias tratarán sobre "los desafíos de la realidad mundial, la realidad latinoamericana y los desafíos para el cristianismo en el siglo XXI", desde la perspectiva de esta corriente teológica. El 19, Gutiérrez y Richard desarrollarán respectivamente los temas "Un cristianismo para América Latina" y "Una Iglesia para América Latina". El último día, dos miembros del Consejo Nacional de Laicos del Brasil abordarán el tema de "La laicidad en una Iglesia latinoamericana comprometida con la construcción de la justicia".
El Consejo Nacional de Laicos del Brasil publicó recientemente el documento "Rumbo a Aparecida: Manifiesto del Pueblo de Dios". El documento, centrado exclusivamente en temas políticos, ideológicos y económicos, comienza señalando que "en América Latina y el Caribe se vive la expectativa de la superación de estructuras injustas, agravadas, actualmente, por el sistema neoliberal... el abismo entre ricos y pobres sigue siendo una ofensa a Dios Padre-Madre de la humanidad". El texto pide a los obispos participantes en Aparecida que se conviertan en agentes sociales y políticos de cambio económico en la región, y concluye señalando que las comunidades cristianas de América Latina y el Caribe "se sienten comprometidas con la defensa de la naturaleza y la preservación de la vida humana, animal, vegetal y de las aguas. Sin una nueva espiritualidad integradora de la lucha por la liberación ecológica, no habrá futuro y corremos el riesgo de destruir el lugar de la alianza de Dios con los seres humanos y con toda la creación", concluye el texto.
Fuentes: Adital y Diario Panorama
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