17/10/10

Ponencia Espiritualidad y Política, por Cristóbal Cervantes

Este fin de semana se han celebrado en Murcia las Jornadas "Evolución de la Conciencia y Política", organizadas por la Asociación Integral Española, jornadas de las que ya hemos hablado en el blog y también publicamos una entrevista en Facebook con este motivo. Compartimos a continuación el texto que me ha servido de base para la ponencia que he presentado titulada "Espiritualidad y Política". No podemos reflejar aquí el coloquio posterior, pero las ponencias han sido grabadas en su totalidad y se van a colgar pronto en la web de la Asociación Integral todos los vídeos.

ESPIRITUALIDAD Y POLÍTICA

Para comenzar parece oportuno definir qué queremos decir cuando hablamos de “espiritualidad” y de “política”.

Podemos definir la espiritualidad de muchas formas, aquí la vamos a definir como una nueva visión de la vida y una experiencia de unidad y pertenencia, la experiencia de sentir que formas parte de algo más grande y más profundo que tú mismo, que te conecta a todo y a todos, y que te hace ver a todos los seres humanos como hermanos y al planeta como la casa común que tenemos que cuidar.

La política es la gestión de la polis, la gestión de la vida en común, porque los seres humanos somos seres sociales, que vivimos en comunidad, y por tanto hay que ordenar esa vida en común en beneficio de toda la comunidad.



Para mucha gente puede resultar preocupante hablar de espiritualidad y política, mirando la historia es comprensible, de hecho, el liberalismo y la ilustración europea fueron en gran medida una reacción en contra de la religión convencional, por tanto es conveniente puntualizar que hablamos siempre desde la perspectiva liberal de la política, que supone separación iglesia y estado, de tal forma que ningún gobierno puede imponer una determinada visión religiosa a sus ciudadanos. La democracia, el estado de derecho, la separación de poderes, los derechos civiles, los derechos humanos, etc, forman parte de la tradición política liberal.

La espiritualidad que aquí defendemos tiene que ser una espiritualidad compatible con la sociedad liberal, no caben propuestas pre-liberales pues es retroceder en lugar de avanzar. Y a nuestro entender la espiritualidad compatible tiene que ser una espiritualidad sin dogmas, sin creencias, sin coerciones de ningún tipo. La religión y la espiritualidad suelen aparecer asociadas, y tienen relación sin duda, pero la religión es un conjunto de creencias, de dogmas y de normas que suelen formar una institución. No criticamos eso, pero en esta sociedad de la innovación y el cambio continuo la gente no acepta bien los dogmas, ni unas creencias establecidas en el pasado, la espiritualidad tiende a ser también innovadora, a evolucionar, a cambiar, no puede ser una espiritualidad estática y del pasado.

Sin embargo, precisamente porque no es ni religiosa ni creyente, esta nueva espiritualidad podrá heredar toda la riqueza espiritual de todas las tradiciones religiosas de la humanidad. Esa herencia universal no tiene por qué conducir a una espiritualidad sincretista o a la carta.

Hemos heredado toda la música de la historia, toda la poesía, toda la pintura, escultura y arquitectura; somos capaces de apreciar y gozar la belleza de todos los tiempos y todas las culturas, y aprendemos de todas ellas. Y eso no nos lleva a crear un arte que consista en tomar un rasgo de aquí y otro de allá, sino que, aprendiendo de todos, construimos nuestro propio arte. Algo así está ya ocurriendo con la espiritualidad.

Esta visión espiritual de todo los seres humanos como hermanos habitando una casa común tiene unas implicaciones evidentes en la política. La política y la gestión de la convivencia estaría motivada entonces por la cooperación en lugar de por la competición, por la solidaridad frente al individualismo, por valores como el amor, la alegría, libertad, la paz, la ecología, frente a los valores actuales sólo materiales: el consumismo, y si llega el sueldo a fin de mes “todo va bien”. La espiritualidad así entendida podemos decir que lleva un mensaje político en su interior.

Desde este punto de vista el diálogo entre espiritualidad y política es posible, es más podemos llegar a una política que tenga en cuenta la espiritualidad, y una espiritualidad que tenga en cuenta la política.

POLÍTICA INTEGRAL

“Integral” se refiere al intento de ser tan inclusivo, no-marginalizador, holístico, acogedor y comprehensivo como sea posible. La principal pregunta para los enfoques integrales no es quién tiene la razón y quién no, quién está en lo cierto y quién no, sino cómo puede conseguir todo el mundo una parte importante del rompecabezas global.

Si nos preguntamos no quién tiene razón y quién está confundido en política, sino cómo todos pueden conseguir una parte importante del rompecabezas político, entonces un tipo de discurso político diferente tiende a emerger, un discurso que puede ser llamado “integral”. Esto no quiere decir que no podamos hacer juicios sobre "lo justo” y lo “erróneo”, lo que está bien y mal en el círculo de la política, sino que la plataforma desde la que lanzamos esos juicios debería ser en primer lugar la más radicalmente omniabarcante y acogedora de la totalidad que podamos concebir, o de otra forma nuestros juicios reflejarán sólo fragmentos, partes y piezas rotas en un desfile de parcialidades y prejuicios disfrazados como equidad y justicia. Entonces, ¿qué aspecto podría tener una política más integral? Una política que hace sitio para, y en realidad acoge, todos los potenciales humanos, incluida una espiritualidad sin coacciones ni dogmas.

Un teoría política integral trataría de hacer varias cosas. Primero, identificaría todas las formas mayores de teoría política que han sido propuestas, en Oriente y en Occidente, en el norte y en el sur. Trabajando desde tal revisión panorámica, y bajo la suposición de que todas estas teorías tienen algo importante que decir, construiría un marco verosímil y de aceptación general que mostraría, no cuáles de esas teorías son correctas, sino cómo han surgido tantas teorías en primer lugar. Una teoría política integral, por ejemplo, no comenzaría preguntando: “¿Cuál es la buena y verdadera: la posición conservadora o la liberal, la política de izquierdas o de derechas, la de las naciones-estado o la de los pueblos indígenas, la visión individual o la colectiva?”, sino que más bien preguntaría: “¿Por qué tantos hombres y mujeres buenos han abrazado alguna de esas posiciones con sinceridad y convicción? ¿Qué verdades intentan decirnos cada una de estas posturas?

A partir del ensamblamiento de todas esas posibles verdades políticas, un enfoque integral intentaría crear un amplio marco que reconociera, honrara e incorporara tantas de esas verdades como sea posible (aunque no sea por otra razón que la de que un enorme número de hombres y mujeres buenos ya las han adoptado con integridad). Dicho marco tiende a descubrir varias dimensiones importantes del pensamiento y la acción política, tales como: (1) ¿Es la causa del sufrimiento humano primariamente interna o externa?; (2) ¿Debería ponerse más énfasis en los derechos del individuo o en los derechos colectivos?; (3) ¿Cómo pueden los modelos psicológicos integrales - que incluyen ondas, flujos, estados y tipos - ser incluidos en la teoría política de forma que se honre todo el espectro de los potenciales humanos contenidos en cualquier sistema de gobierno?

Una teoría política integral no reclama, en este momento, tener todas, o incluso la mayoría, de las respuestas, sino simplemente representa un foro en el cual todas las preguntas que han sido propuestas hasta la fecha son colocadas sobre la mesa con una intención integradora y acogedora. Como muy poco, podemos tener un índice de todos los mapas políticos considerados por los seres humanos, y desde ese índice holístico comenzar a buscar caminos para superar sistemas de gobierno integrales que - al contrario de lo que hicieron las formas de gobierno de tiempos pasados – no seleccionen y favorezcan un conjunto de potenciales humanos sobre otros.

Para aquellos familiarizados con el enfoque integral, los “cuadrantes” representan, en términos políticos, las dimensiones de la causalidad interna (por lo general adoptados por la derecha) y la causalidad externa (por lo general adoptados por la izquierda); la individualidad (normalmente abrazada por el “ala libre” de los “derechos”) y colectividad (normalmente abrazado por el “ala del orden” de los “deberes”. Todos estos cuadrantes - individuales y sociales - tienen ondas, cauces, estados y tipos, cuya existencia nos permite, entre otras cosas, ver cómo las distintas teorías políticas se han originado en diferentes estados y estadios de la conciencia humana; cómo todas ellas tendrían que ser incluidas en cualquier explicación comprehensiva; y cómo, por ejemplo, la “posición original” adoptada por una plataforma o estadio de valores en particular generaría diferentes conjuntos de derechos. Este mapa que lo abarca e incluye todo se denomina AQAL: “All quadrants-All Levels”], significando “Todos los Cuadrantes, Todos los Niveles, además de todas las líneas, todos los estadios y todos los tipos”. Utilizando este sistema holístico de clasificación, cada teoría política mayor encuentra una localización en la cual está ofreciendo un buen consejo, dentro del que las más conocidas perspectivas políticas pueden mostrar que están resaltando una o más de las dimensiones principales de la matriz AQAL..



Fuente: Nacho Gallego


LA CRISIS ECONÓMICA ACTUAL

Para nadie es un secreto ya que el sistema capitalista está en crisis sistémica, una crisis similar al crash del año 29, que conviene recordar trajo una década perdida económicamente, la de los años 30 en la que aumentó el paro, la pobreza y la miseria, la ira del pueblo y la necesidad de echarle la culpa a alguien derivó en un ataque a los políticos en general, que dio paso a la política populista, que en Europa degeneró en los fascismos y nazismos, hasta explotar todo en la II Guerra Mundial. Sólo después de todas estas tragedias los líderes mundiales se sentaron alrededor de una mesa y diseñaron el modelo económico y social que ha funcionado para lo que ellos querían, que era mantener el crecimiento económico, así surgió la clase media, el estado del bienestar, el consumismo, el consumo a crédito, hasta que hemos llegado a un límite. En estos momentos hay una grave crisis de deuda con una consecuencia terrible que es el aumento del desempleo y la exclusión social. Estamos en una crisis de deuda porque las familias, las empresas, los bancos, los gobiernos y los países han llegado al límite de su capacidad de endeudamiento, incluso se ha sobrepasado. A pesar de que esto parece claro, desde que comenzó la crisis hace dos o tres años se ha intentado solucionar a base de emitir más deuda para seguir manteniendo el mismo ritmo de gasto, agravando aún más el problema hasta llegar a un punto en el que realmente el sistema económico mundial se encuentra al borde del abismo. Las soluciones que se han adoptado han sido tomadas desde el marco conceptual del modelo que se acaba, por lo que no han funcionado, y el totem del capitalismo, el crecimiento económico contínuo se ha acabado, a partir de ahora vienen años de escasez, de austeridad,, de decrecimiento económico, no hay salida en el aumento del consumo ni de las exportaciones, las inversiones privadas no llegan, simplemente la economía está a punto de entrar en parada técnica.

Ante esta situación se abren dos perspectivas de futuro posibles, una alternativa es que el sistema siga avanzando hasta el paroximo, aumentando su sed de control y violencia, o una alternativa al sistema, un cambio de rumbo, visto que el rumbo que hemos llevado hasta ahora nos ha llevado a un mundo terriblemente injusto y autodestructivo, donde, por ejemplo, mil millones de personas se despiertan cada mañana pensando sólo en cómo conseguir agua y comida.


LA VISIÓN DE LA CRISIS DESDE LA POLÍTICA INTEGRAL

No podemos negar los avances inmensos en muchos niveles en las últimas décadas, pero también vemos que en la situación actual la humanidad se enfrenta a tres problemas principales, en el nivel individual y psicológico, a nivel social y colectivo, y a nivel mundial y ecológico. Estos problemas se originan en gran medida en las creencias ilusorias acerca de lo que satisface las necesidades humanas.

El área psicológica individual incluye la experiencia por parte de cada vez más gente de sentirse abrumado por la vida contemporánea, lo que lleva a la depresión, la pérdida de motivaciones, las adicciones, la violencia y el egocentrismo.
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El área de los problemas sociales colectivos comprende la pobreza en todo el mundo cada vez mayor y la explotación humana, el colapso de la vida comunitaria de apoyo, la separación y el consiguiente aislamiento de más y más gente, y la exclusión de los más desfavorecidos.
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El área de los problemas ecológicos incluye la ruptura gradual de los sistemas ecológicos, amenazando la existencia de la humanidad y de todas las criaturas de esta tierra.

La política integral es la búsqueda de soluciones concretas a estas tres áreas de problemas al tratar las causas de la situación, no sólo los síntomas. Las necesidades no materiales, tales como el afecto, la justicia, la creatividad, el sentido y la seguridad de cada ser humano no pueden ser satisfechas sólo en el plano material a través del consumo, la riqueza o el salario a fin de mes. Sin embargo, el materialismo que domina nuestros valores actuales intenta sólo satisfacer las necesidades humanas en el plano material a través de los ingresos, el consumo y la propiedad.

Este intento está condenado al fracaso. Las necesidades no materiales que permanecen insatisfechas llevan al descontento, al mayor aumento de la demanda de consumos materiales de la historia. El considerable desequilibrio creado por la desigualdad de las posesiones, el consumo y la libertad de desarrollo hace que surjan los enfrentamientos. El consumismo está acabando con el equilibrio de la naturaleza, la estructura básica de la vida.

Por lo tanto, el objetivo principal de una política integral debería estar basada en las reflexiones anteriores y la mejor solución sería aquella que satisfaga todas las necesidades para el desarrollo humano, no sólo las materiales. Para lograr eso hacen falta cambios personales y colectivos.

Parece claro que si los valores predominantes en esta sociedad son el individualismo, la competitividad y el materialismo, los valores de la sociedad alternativa serán aquellos que fomenten la cooperación, la solidaridad, la comunidad, y que tengan en cuenta no sólo las necesidades materiales sino también las inmateriales, la necesidad de amor, felicidad, creatividad, libertad, paz, etc.

En lo que se refiere a los nuevos valores personales, este es un esquema de referencia que puede ser útil:




Fuente: Libro “La Felicidad en el Cambio” de Ervin Laszlo


EL PASO IMPERATIVO: EL CAMBIO DE CONCIENCIA

Vivimos tiempos de crisis económica, social, ecológica, alimentaria, política, estamos viviendo una crisis sistémica, que necesita de la cooperación mundial para evitar una catástrofe. Nunca antes la Humanidad había necesitado como ahora la cooperación mundial, por eso no es extraño que nuestras instituciones y organizaciones no estén preparadas para ello. Los estados-nación y el sistema económico y empresarial está diseñado para proteger sus propios intereses en competición con otros.

Hay una lista de creencias que dificultan ese cambio. La acción coordinada a nivel mundial podría producir resultados muy positivos. El mundo dispone de los recursos financieros y humanos para actuar en esta situación de emergencia. La pobreza puede ser eliminada, las energías y tecnologías sostenibles pueden estar al alcance de todos, el agua puede ser reciclada y el agua de mar desalinizada, se pueden adoptar formas de agricultura ecológica, etc. Podemos reunir las energías para poner en práctica estas medidas, disponemos de la tecnología necesaria. Un modesto incremento en el uso eficaz de la radiación solar que llega al planeta podría suministrar la energía necesaria para todos, y la reasignación de una parte de los fondos actualmente destinados a fines destructivos y militares podrían financiar los principales proyectos necesarios. La dificultad para una acción eficaz coordinada a nivel mundial es la falta de voluntad y preparación de las personas y las instituciones para asegurar las supervivencia en el planeta.

Una serie de creencias y prejuicios nos impiden percibir la realidad actual de emergencia mundial y actuar en consecuencia. Está todavía muy extendida la creencia de que los recursos planetarios son infinitos, aunque cada vez menos. Creemos que el planeta es una fuente inagotable de recursos y un sumidero ilimitado de nuestros desechos. Esta creencia dificulta la toma de conciencia ecológica.

Otra creencia es que la materia es pasiva e inerte, y que podemos manipular el mundo a nuestro alrededor para adaptarlo a nuestros deseos personales, económicos, nacionales, sin medir los efectos secundarios como la destrucción del equilibrio ecológico.

También está muy extendida la creencia de que la vida es una lucha en la que sobreviven los más aptos. Esta aplicación arbitraria de la teoría de Darwin de la selección natural justifica la competencia sin control y crea una brecha creciente entre un grupo cada vez más reducido de poder político y económico y la marginación de la mayoría de la población.

La sabiduría económica todavía dominante es que la competencia es buena y que el libre mercado regido por la "mano invisible" distribuye la riqueza. Cuando uno actúa por su bien, también actúa por el bien de la comunidad. Sin embargo la penuria de casi la mitad de la población mundial demuestra que este principio no funciona en el mundo actual, donde la desigual distribución del poder y de la riqueza distorsiona el funcionamiento del mercado.

Por último, persiste la creencia de que el egoísmo y el egocentrismo que caracteriza a la gente actual es la expresión inalterable de la naturaleza humana, que no puede cambiar y no va a cambiar. La gente siempre ha perseguido sus propios intereses y siempre será así, y en todo caso se interesará por su familia, empresa, comunidad o nación.

Ante la persistencia de estas creencias parece normal que los estados-nación y las empresas no sean capaces de unirse en un proyecto mundial.

Pero estamos viviendo un momento “líquido” de la historia, una crisis global es un momento en el que los sistemas de valores y creencias arraigadas pueden cambiar.

La otra cara de la moneda es que cada vez más personas sensibles están adoptando nuevas formas más responsables de pensar y actuar, son los llamados creativos culturales. Los valores alternativos están creciendo rápidamente, pero todavía no lo suficiente para provocar el cambio. Los líderes políticos cambiarán cuando cambien los votantes, los malos empresarios cambiarán cuando cambien los consumidores. Sumar la masa crítica suficiente y crear una red de personas y colectivos con peso político y económico necesario para implementar ese necesario y urgente cambio es, probablemente, lo más urgente e importante en estos tiempos, y a esa tarea fundamental tarea es a la que estamos todos invitados amablemente a participar.

6 comentarios:

  1. Te felicito otra vez por la ponencia que tuve el placer de escuchar. Sólo un par de comentarios. 1. El asunto está pues en el despertar de la sociedad civil, casi de la misma manera que actúa el meme verde, y aquí va la pregunta: igual que hay un partido ecologista como los verdes en Alemania que han contribuido al movimiento ecologista y antiglobalización, ¿no cabría apoyar ese salto de conciencia necesario también desde dentro del sistema? y 2. La crisis es sobre todo de la parte del sistema donde se han agotado los mercados, pero si miramos a China, India, etc., los mercados emergentes siguen impulsando las fuerzas productivas. Ahora les toca a ellos ¿no?. Lino.

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  2. Excelente artículo y ponencia, Cristóbal. Un abrazo

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  3. Lino, Andrés, Dokushô, muchas gracias, os tengo a los tres por sabios, por tanto vuestras palabras las valoro en lo que valen, gracias de nuevo y abrazos para los tres,

    contestando a Lino, desde hace casi 30 años ha habido muy diversos intentos de que los verdes tuvieran representación política en España, igual que la hay en nuestro entorno europeo, pero todas han fracasado hasta ahora por diversos motivos, entre ellos la ley electoral, durante un tiempo participé en Los Verdes, ahora hay un nuevo intento con el proyecto Equo dirigido por el expresidente de Greenpeace Lopez de Uralde, un proyecto que parece más ambientalista que antiglobalización, ya veremos,

    en cuanto a lo que dices de que China e India parece que siguen con economías en buena situación, creo sinceramente que están sufriendo la crisis muy duramente, en China tienen muchos problemas y su economía no está tan bien como se dice, además esta crisis está afectada también por el fin del petróleo barato, que junto al proteccionismo que parece que viene, sumado a la disminución del consumo por la austeridad, no parece un buen futuro para los países exportadores, como los que citas y otros. Un abrazo.

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  4. Cristobal, me ha gustado mucho la ponencia. Me hubiera encantado ir a Murcia, pero me era imposible.

    Una cosa a comentar. Me resulta curioso lo de situar al "creativo cultural" como sujeto de cambio. De hecho, Wilber especificamente cita a este grupo como uno de los más afectados de aquello de "Boomeritis", el relativismo pluralista motivado por su apego narcisista y que hace no superar nunca el meme verde y de esa forma, pegar el salto a la conciencia de segundo grado.

    ¿Cuándo nos va a tocar "defender la intolerancia" en línea con lo que escribe Zizek?

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  5. Hola Rafael, gracias por tu inteligente comentario, en efecto, el término "creativos culturales" lo acuñó Paul Ray para hablar de una sociedad integral, y ha sido criticado desde la visión "integral" de Ken Wilber porque representa más el meme verde que el segundo grado,

    he utilizado el término sin citar fuentes para usar sólo su sentido etimológico, "creadores de una nueva cultura", no he querido hacer una ponencia académica al uso, con citas, notas a pie de página, bibliografía, etc, he pretendido hacer algo legible y que lo pueda entender todo el mundo,

    en cuanto a la pregunta última, no conozco mucho a Zizek y esa propuesta, la veré,

    gracias de nuevo y un abrazo

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