3/3/10

La nueva generación de los “seiscientos”, por Fernando Trias de Bes

Pocas veces se ha producido en España una modificación tan acentuada y rápida sobre la economía, lo que, sin duda, está afectando con una misma intensidad y velocidad a la composición y peso de las distintas clases sociales. Los primeros datos oficiales sobre distribución de la renta y riqueza permiten extraer ya algunas conclusiones.

Por un lado, tanto el PIB total como el PIB per cápita se están reduciendo. Según Eurostat, ambos bajan más rápido en España que en el promedio de países comunitarios. Primera conclusión: vamos a menos y lo hacemos más rápido que la media europea.

Una buena parte de la reducción del consumo ha venido por la reducción de los créditos. La caida de la riqueza, tanto real como psicológica, ocasionada por la depreciación de las viviendas provoca que haya menos alegría para consumir y, sobre todo, menos capacidad de endeudarse ofreciendo activos inmobiliarios como garantía colateral de préstamos personales.

Lógicamente, el segundo origen del menor consumo está en la reducción de ingresos. Sin embargo, las últimas cifras del INE sobre renta disponible no reflejan la cruda situación que se respira en el ambiente. El motivo es doble. Por un lado, los funcionarios y todavía muchos trabajadores fijos han conservado sus empleos, por lo que ingresan, más o menos, una nómina parecida. Y este colectivo tiene un fuerte peso en el cómputo total. ¿Qué hay de la reducción de ingresos de quienes han engrosado las filas del INEM? Es verdad que el paro ha aumentado de forma escandalosa, pero se ha cebado en mileuristas y trabajadores de contrato temporal. Para muchos de ellos el subsidio no ha sido muy inferior al salario neto que percibían. Entre una cosa y la otra, la renta disponible no se ha derrumbado tanto como uno podía esperar.



¿Dónde se ha producido entonces el “agujero”? Pues, por un lado, en el déficit público que el aumento de los subsidios está suponiendo y, en segunda instancia, en las rentas del capital: profesionales liberales y autónomos, muchos de los cuales operan bajo forma de persona jurídica, y, por supuesto, las PYMES.

¿Se ha visto afectada la distribución de la renta? Eurostat publica un indicador muy interesante, el cual mide el número de veces por el que hay que multiplicar la renta de quienes menos ganan para igualar la de quienes ingresan más. Si la cifra es alta, significa más desigualdad. Si es baja, más honogeneidad de ingresos. En España, en 1997, este ratio era de 6,5. Es decir, en promedio, las rentas superiores eran 6,5 veces las inferiores. Con el crecimiento económico, esto se redujo a 5, una indudable convergencia hacia la media europea, pero en los dos últimos años ha vuelto a aumentar con celeridad, confirmándose que, con las crisis, los ricos van a ser algo más ricos y los pobres algo más pobres.

Nuevos colectivos

En este contexto, se están produciendo migraciones entre clases sociales, que se concretan en forma de nuevos colectivos. No son todos los que están ni están todos los que son, pero por mi parte he identificado y bautizado a los siguientes:

1. Los Seat 600.

Son la versión española de los Ninja americanos (No Income, No Job, No Assets). En los Ninja de Estados Unidos (véase Leopoldo Abadía) se originaron las hipotecas subprime, diseminadas luego por medio mundo como producto financiero. Seat 600 es, en el caso que nos ocupa, el acrónimo de Sin Empleo, Ahorro ni Tochos con 600 euros de paro. La prestación máxima ronda los 1.100 euros y la mínima los 490 euros, pero la franja de 600 euros concentra una buena cantidad de parados. Los Seat 600 no tienen trabajo, no pueden acceder a una vivienda de propiedad (lo que vulgarmente llamamos invertir en “tochos”), y tampoco tienen ahorro. Lo más grave es que se nutren del grupo de mileuristas, los cuales bajan en número para engrosar este nuevo colectivo. Representan varios millones de personas que recurren a trabajos esporádicos y sin contrato, economía sumergida pura, supervivientes en toda regla, un verdadero drama social. Entre los Seat 600 hay inmigrantes, pero también los españoles más jóvenes. Esto viene refrendedado por el número de españoles entre 18 y 24 años en riesgo de pobreza, que ha pasado del 17% al 20% en tan sólo un año, según Eurostat.

2. Autognomos.

Los he llamado así porque son autónomos cuyos ingresos están menguando. Su renta tendrá pronto la estatura de un gnomo. Se incluyen profesionales liberales, autónomos y los denominados freelance. Sus ingresos dependían de la subcontratación de servicios de las empresas, que se apoyaban en freelance establecidos por su cuenta. Con la crisis, se han visto, de la noche a la mañana, sin encargos y, lo peor, sometidos a una despiadada presión a la baja de sus honorarios. Reconozcámoslo: también hay gente que ahora aprovecha para apretar las tuercas a sus proveedores. Diseñadores y fotógrafos me explicaban el otro día que ahora los clientes les dicen: “esto me lo hacen mañana mismo por la mitad de precio, tú mismo”. Buena parte de los Autognomos, por su edad y ciclo vital, se hallan hipotecados. Adquirieron vivienda propia entre el 2001 y el 2007 y tienen una hipoteca elevada. Un segundo ejemplo de Autognomos son los transportistas a quienes las empresas convencieron de asumir el leasing de sus camiones y camionetas, y que trabajasen por cuenta propia. Menos producción implica menos logística y estos profesionales tienen que acabar de pagar sus vehículos. Pocos autónomos quedan indemnes de esta tendencia.

3. Pyme versión 2.0.

En este caso, las siglas de pyme vienen de Prestamista y Moroso de mi Empresa. Hablamos de miles de pequeños y medianos empresarios (talleres, mayoristas, comercios, pequeños fabricantes…) que siguen funcionando, pero a quienes han fallado las pólizas de crédito de sus negocios. El banco les ha retirado toda o parte de la financiación a corto, por lo que han tenido que echar mano del ahorro personal para salvar sus empresas. Son los prestamistas de sus propios negocios y, a la vez, morosos de sí mismos. Su cuenta corriente familiar oscila cada mes en función de la póliza mensual del banco con su empresa: kafkiano. Es una clase media-alta que se está empobreciendo o que no dispone de la misma liquidez que antes, reservada ahora para mantener su medio de vida.

4. Nuevos arruinados.

Conforman este grupo todos aquellos vinculados de forma directa o indirecta a la construcción y que han perdido hasta la camisa. Los más afectados son los constructores, promotores y, en menor medida, agentes inmobiliarios intermediarios. No crean que son pocos. Según el INE, en el 2009 los sectores de construcción y actividad inmobiliaria registraron una reducción neta de 46.021 personas físicas y 17.201 empresas. Hubo quien hizo mucho dinero, pero el crac de la construcción les pilló fuertemente endeudados en próximas operaciones inmobiliarias, con lo que perdieron prácticamente todo lo ganado. Algunos los llamaron “nuevos ricos”. Hoy son los “nuevos arruinados”.

Estos son sólo algunos ejemplos de emergentes colectivos que están modificando la composición y peso de las distintas clases sociales. Es información cualitativa, basada en la observación y algunas estadísticas generales, pero hay aquí una interesante oportunidad para los sociólogos: urge un estudio actualizado, con base estadística suficiente, que analice debidamente los cambios en la pirámide de clases sociales y la aparición de nuevas tipologías de ciudadanos a causa de la crisis.

Fernando Trias de Bes. Escritor y economista. Profesor asociado de Esade, especialista en innovación y creatividad.

Fuente: Artículo publicado originalmente en el periódico La Vanguardia. Visto en Reggio’s
Enlace a la web personal de Fernando Trias de Bes

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