31/5/07

Leonardo Boff: "Soy un gitano teológico"


Tengo 68 años: siento el peso de la edad, pero también el equilibrio y la serenidad de haber vivido. Nací en Brasil y veo morir con dolor a la Amazonia y sus hijos. Dejé el sacerdocio porque el Vaticano me exigió no humildad, que es virtud, sino humillación, que es pecado. Me queda la palabra. Colaboro con la Fundación Alfonso Comín

- Padre Boff...

- No me llame padre, que al Vaticano no le gusta.

- ¿Cómo quiere que le llame?

- Como quiera. Yo soy el mismo: cambié de trinchera para seguir la misma batalla. Dejé el ministerio, pero seguí como teólogo y nunca más he vuelto a tener problemas con el Vaticano.

- Resúmame su vida en tres escenas.

- Nací en Brasil, estudié teología en el seminario y me hice franciscano. Fui a Alemania a estudiar teología y volví a la Amazonia...

- ¿Le sirvió allí la teología crítica alemana?

- Ahora imaginemos la primera escena: estamos en Manaos, la capital de la Amazonia, explico a un corro de cristianos y sacerdotes a "Jesús en la visión crítica de la ciencia" y veo en sus ojos que no entienden nada.

-...

- Uno me pregunta: "¿Cómo voy a anunciar a ese Jesús a los indígenas que mueren en las tierras de los latifundistas porque las deforestan y acaban con ellos y todo su mundo?".

- ¿?

- Así me doy cuenta de que debo ser humilde y aceptar que debo reinventar la teología desde ellos. En la siguiente escena estoy en Roma, sentado en la misma silla donde estuvieron Galileo Galilei y Giordano Bruno...

- La de las causas de la Inquisición.

-... Allí el entonces cardenal Ratzinger me procesa y allí siento muy hondo la dureza vaticana y su falta de corazón.

-...

- Tercera escena: estamos en la Eco 92 de Río de Janeiro y salgo de un diálogo con el Dalai Lama. Se me acerca un cardenal de la curia romana y me reprueba: "No has aprendido nada del silencio necesario..."

-...

- "... Te damos a elegir: Filipinas o Corea".

- ¿Se negó usted a ir?

- Obedecí, pero le pregunté al cardenal si allí podría seguir hablando, escribiendo, enseñando... Respondió: "No podrás, porque te ordenamos estar en silencio en un convento".

- Y entonces usted se negó a obedecer.

- Porque ya no se trataba de humildad, que es una virtud, sino de humillación, que es un pecado. Un teólogo sólo tiene la palabra para seguir vivo, y negarse a usarla es morir. Así que abandoné el sacerdocio.

- Mantiene usted un ministerio universal.

- Soy un gitano teológico, pero convencido de seguir defendiendo mi fe, que no es la única verdad. Y en eso disiento de Roma.

- La verdad, dicen allí, es una: la suya.

- El Vaticano sostiene que sin la Iglesia no hay salvación, y eso es una arrogancia medieval: el espíritu de Dios está en todas partes y Dios mirando a la humanidad ve a todos sus hijos; no sólo mira al Vaticano.

- Para Roma, eso es relativismo moral.

- Roma tiene miedo del presente; de la diversidad: tiene miedo de la modernidad y del futuro. Cuando si aceptara que la centralidad no es la Iglesia sino la humanidad entera, podría realmente salvar el mundo.

- ¿Cómo?

- Superando el choque de culturas que causa el terrorismo y los fundamentalismos. Tendríamos que aceptar que ninguna Iglesia es portadora de la única verdad, sólo así podríamos lograr la paz duradera.

- Todos tenemos algo de verdad, pero nadie la tiene toda.

- Antonio Machado lo explica bien: "No me des tu verdad; busquemos juntos la verdad y la tuya y la mía nos la guardamos".

- Si la verdad es única, siempre va armada.

- Occidente con su pretensión de imponer la suya, que cree única, ha llevado la guerra y la explotación a muchos lugares y el sistema que ha impuesto amenaza ahora con devastar el planeta, hogar de la humanidad.

- La Amazonia corre peligro.

- El planeta está en peligro. Recuerde que hombre viene de humus:tierra. Somos la Tierra y si la destruimos tampoco nosotros sobreviviremos: el Papa ahora en Brasil debería haberse pronunciado por la Tierra.

- Ése es el mensaje de san Francisco.

- Por eso sigo siendo franciscano. Francisco está más vivo que nosotros, aunque hace 800 años que nació.

- Es el santo ecologista.

- Francisco abrazó a todos los seres de la Tierra con emoción sincera. Es el santo del diálogo con todos, empezando por el Hermano Lobo, entonces azote de los hombres...

- Y hoy especie en extinción, pobrecito.

- Francisco supo ver la comunidad de los seres vivientes y su unión inseparable entre todos y con la Tierra. No hay felicidad posible si nos explotamos los humanos y a otras especies. Adán viene de Adana, tierra buena.

- Pero: "Repoblad la Tierra y sometedla".

- Ese sometedla se ha traducido mal, en el original bíblico se refiere a cuidadla,en el sentido de cuidar una herencia. Tratamos a la Tierra como si fuera una mina de la que sacar todas las riquezas y después abandonarla y olvidarla. Y la Tierra somos nosotros.

- ¿Su mensaje para la rica España?

- Recuerden que ustedes fueron pobres y hoy son del 20 por ciento de la humanidad que se apropia del 80 por ciento de las riquezas del planeta, que debería ser de todos.

- ¿Qué hacer?

- Transformemos con la paz y la palabra este sistema que explota a nuestra Tierra y hace que nos explotemos entre nosotros.

- ¿Cómo?

- Transformémonos nosotros mismos; tomemos conciencia y empujemos a nuestros gobernantes con nuestra presión y nuestros votos y razones para evitar el sufrimiento y la explotación al resto de los hombres y de las especies. Si no lo hacemos, por mucho que tengamos, no tendremos nada.


TEODIVERSIDAD

Escucho en Boff a un hombre sabio y bueno, porque en él se siente la bondad y, si el otro gran teólogo mal visto en Roma, Hans Küng, habló aquí desde la inteligencia bondadosa, Boff se dirige ahora al corazón desde la bondad inteligente. Su discurso - moderno por franciscano- sobre la biodiversidad amenazada y la teodiversidad necesaria para evitar el choque de civilizaciones es humilde, sincero, sentido y necesario. Boff, más que separado del ministerio, se siente liberado de la imposición de defender lo indefendible y se entrega a su fe como teólogo libre: ninguna Iglesia es dueña de la única verdad; todas las religiones tienen algo de la verdad y ninguna la tiene toda. Así que es una idiotez matar y matarse por imponer la nuestra.


Fuente: Entrevista de Lluís Amiguet en La Vanguardía del 31/05/2007

¡ No al choque de civilizaciones !



El famoso choque de civilizaciones no es cuestión de cultura, es cuestión de política--El 11 de Septiembre, Guantánamo, Irak, Irán. La mayoría de la gente alrededor del mundo no cree que un enfrentamiento entre el Islam y el Occidente sea inevitable. Juntos podemos decir ‘no’ al choque de civilizaciones. ¿Por donde empezar? El conflicto entre Israelíes y Palestinos es un símbolo internacional de la brecha entre el Islam y el Occidente. ¡No podemos perder más tiempo! Los mandatarios internacionales deben actuar ahora para reanudar las negociaciones de paz. Mira nuestro vídeo y firma la petición.

Petición: A los mandatarios israelíes, palestinos e internacionales, El conflicto entre israelíes y palestinos es el núcleo de la inestabilidad en la región y alimenta odios y rivalidades más allá de sus fronteras. El mundo desea una paz justa y duradera en Oriente Medio. La comunidad internacional debe facilitar el proceso. CONVOQUEN NEGOCIACIONES DE PAZ AHORA, y no dejen de negociar hasta obtener la paz.

Fuente: Avaaz.org

30/5/07

Caminos hacia la civilización planetaria, por Ervin Laszlo


El camino más seguro y efectivo hacia la civilización planetaria es un camino cultural: el camino de la adopción de valores y comportamientos adaptados. Esto debe surgir en una masa crítica dentro de la sociedad civil; porque en ausencia de dicho cambio cultural, los líderes políticos y de negocios permanecen impotentes para efectuar los cambios necesarios. Los primeros por falta de apoyo popular y los segundos por falta de la adecuada demanda en el mercado.

El requisito de un movimiento cultural que pueda ser capaz de producir la motivación para avanzar hacia la civilización planetaria no es utópico. En muchas partes del mundo está aflorando una variedad de la cultura que puede ser la precursora de la transformación de la civilización. En esta cultura la gente está reconsiderando sus preferencias, prioridades, valores y comportamientos, cambiando del consumo basado en la cantidad hacia la selectividad, teniendo en cuenta la cualidad definida por su afabilidad con el ambiente, la sostenibilidad y la ética de producción y uso. Los estilos de vida con el sello distintivo de un desperdicio ostentoso de materia y energía están cambiando hacia modos de vida marcados por la simplicidad voluntaria y la búsqueda de una nueva moralidad y armonía con la naturaleza.

Las personas que ingresan a los nuevos movimientos culturales están unidas por la aspiración de llevar una vida más responsable, simple, saludable y natural. Están consternadas por lo que consideran el establecimiento de una sociedad con base en una desalmada impersonalidad y una insensata destructividad. El aumento de la pobreza y la violencia dentro de las ciudades, la propensión a la anarquía y la intolerancia étnica, la impotencia de la policía y de las medidas militares para manejar estos asuntos, la disolución del contrato social entre la sociedad y el trabajador, y el aumento del desempleo y el desamparo los impulsan a alterar su modo de pensar y de actuar.

Estos cambios de valores y conductas, aunque generalmente se ignoran o se desestiman, son rápidos y revolucionarios. Por el momento están ocurriendo al margen de la sociedad civil, donde un buen número de movimientos populares están optando por salir de la corriente principal de opinión y se están reformando a sí mismos. Sus miembros tratan de reconsiderar las creencias, valores y formas de vida que predominan en su sociedad y adoptan patrones alternativos de comportamiento personal y social.

Una cultura esperanzadora está aumentando también en los Estados Unidos, en el corazón del mundo industrializado. Este es el hallazgo de una serie de sondeos de opinión realizados recientemente por organizaciones e individuos interesados en rastrear la evolución del pensamiento y la acción de los norteamericanos.

… Al segmento de la población que tiene una mente significativamente abierta y que mira hacia el futuro, Ray lo denominó el segmento de los “creativos culturales”. Encontró que los miembros de esta cultura en surgimiento pertenecen a las clases que están en mejor situación y que tiene aproximadamente el doble de mujeres que de hombres. De acuerdo con Ray, en el momento del cambio de siglo la participación de esta cultura era del 23.4 por ciento de la población adulta de EE.UU., no muy lejos del 28% que hallaría posteriormente el estudio IOOW.

El factor que identifica a los creativos culturales no es tanto lo que predican sino que lo que practican, porque raras veces intentan convencer a otros y prefieren ocuparse de su propio crecimiento personal. Su comportamiento, especialmente su elección de estilo de vida, los diferencia de la corriente principal.

El común denominador en los valores y estilos de vida de los creativos culturales es el holismo. Esto se hace evidente por su preferencia por los alimentos integrales naturales, el cuidado holístico de su salud, la experiencia interna holística, la información de sistemas integrales y un equilibrio holístico entre el trabajo, el juego, el consumo y el crecimiento interno. Se ven a sí mismos como sintetizadores y sanadores, no solo a nivel personal sino también a nivel de la comunidad y de la nación, e incluso a nivel planetario.

Aunque la nueva cultura al margen de la sociedad está creciendo, sus miembros no están bien organizados y a esta cultura, como totalidad, le falta cohesión. Los creativos culturales todavía no tienen el suficiente peso político, social y económico como para constituir un agente significativo de transformación de la sociedad. Si se fuera a realizar el tipo de transformación que se requiere, la corriente principal de la opinión pública tendría que entrar en escena, con valores y prioridades más adaptados. Pero en el momento presente, la mayoría de las personas que constituyen la corriente principal están desorientadas y descorazonadas. Se encuentran en una competencia inexorable por la supervivencia en un mundo donde los trabajos son cada vez más escasos y encontrar empleo a partir de la edad madura es casi imposible. Quienes plantean las preguntas más profundas se encuentran rodeados por un vacío espiritual, moral e intelectual. No existen respuestas significativas a preguntas como: “¿Quién soy?” y “¿Para qué estoy viviendo?”. Las consecuencias incluyen un constante aumento en popularidad de las enseñanzas místicas y la explosión del fundamentalismo religioso.

Escenario posibles de avance evolutivo

2005 – 2010: El primer paso hacia un avance

• La experiencia del terrorismo y la guerra, junto con el aumento de la pobreza y varias amenazas ambientales, entre ellas la escasez de agua limpia, desencadenan cambios positivos en la forma de pensar de las personas. La idea de que las personas mismas pueden ser agentes efectivos en la transformación hacia un mundo más pacífico y sostenible capta la imaginación de individuos de más y más sociedades. Personas de diferentes culturas y diferentes formas de vida jalonan conjuntamente para confrontar las amenazas que encaran en común.

• El surgimiento mundial de movimientos populares hacia la paz y la cooperación internacional conduce a la elección de figuras políticas con motivaciones similares, infundiendo nuevo ímpetu a proyectos de cooperación económica y comprensión intercultural y hacia medidas globales para asegurar la calidad y cantidad de agua requerida para satisfacer las necesidades humanas básicas y la sustentabilidad de los ciclos más esenciales de la biosfera.

• Líderes de negocios locales, nacionales y globales adoptan una estrategia en donde los esfuerzos en procura de ganancias y crecimiento se basan en la debida información mediante la búsqueda de responsabilidades corporativas a nivel social y ecológico.

• Surge un Parlamento Electrónico en Internet, vinculando a los parlamentarios de todo el mundo y proporcionando un foro para debates sobre las mejores formas de servir al bien común.

• Organizaciones no gubernamentales se vinculan a través de Internet y desarrollan estrategias compartidas para restaurar la paz, revitalizar las regiones y los ambientes destrozados por la guerra y asegurar un adecuado suministro de agua limpia. Promueven políticas responsables social y ecológicamente en los gobiernos y negocios locales y nacionales.

2010 – 2015: Contornos de la cristalización de la paz y la cooperación

• El dinero de los presupuestos militares y de defensa es reasignado hacia tentativas prácticas de financiación de iniciativas para la resolución de conflictos y la implementación de proyectos de sustentabilidad ecológica convenidos internacionalmente y coordinados globalmente.

• Se crea un programa mundial de energía renovable, pavimentando las vías hacia una tercera revolución industrial que haga uso de la energía solar y de otros recursos energéticos para transformar la economía global, proporcionar agua limpia y elevar a las poblaciones marginadas, sacándolas del círculo vicioso de la pobreza.

• La agricultura recupera su lugar como fuente primaria en la economía, produciendo artículos de primera necesidad y cosechas que permitan la creciente obtención de energía y de materias primas para las comunidades y la industria.

• Los líderes de negocios del mundo aúnan esfuerzos para crear voluntariamente una economía de mercado ecosocial y autorreguladora que garantice un acceso justo a los recursos naturales, a los bienes industriales y a la actividad económica de todos los países y poblaciones.

2015-2020: Surgimiento de las bases de una civilización planetaria

• Los recursos naturales que se requieren para la salud y la vitalidad están a disposición de todas las personas y países de la comunidad humana.

• Se reforman o se crean nuevamente estructuras de gobierno nacional, continental y global, y los estados se mueven hacia la democracia participativa, liberando una oleada de energía creativa entre las poblaciones capacitadas y cada vez más activas.

• Comienza a funcionar el sistema de mercado ecosocial, creado en consenso y coordinado globalmente.

• Como una consecuencia de la desconfianza internacional e intercultural, el conflicto étnico, la opresión racial, la injusticia económica y la desigualdad de géneros, se da paso a un elevado nivel de confianza y de voluntad compartida entre la gente del mundo para lograr relaciones pacíficas entre los estados y sostenibilidad en la economía y el medio ambiente. Se establecen las bases para una civilización planetaria pacífica y sostenible.


La creación de una civilización planetaria exige una gran transformación, pero tal transformación no es única en los anales de la historia. Es parte de un proceso de evolución sociocultural que empezó con las civilizaciones míticas de la Edad de Piedra, continuó con las sociedades teocráticas de los imperios arcaicos y cambió hacia las civilizaciones basadas en el razonamiento humano, fruto de la innovación de los antiguos griegos. Esta “civilización del Logos” sobrevive hasta hoy, aunque con una mezcla de elementos espirituales y teocráticos. Actualmente su reinado se acerca a su final: la racionalidad a corto plazo que subyace en la forma dominante de esta civilización produce más efectos secundarios negativos en lo social, lo económico y lo ecológico que logros positivos. Ha llegado el momento para un cambio en la civilización: de la civilización del Logos hacia la civilización de Holos.

El cambio a la civilización de Holos es necesario porque el sistema hombre-naturaleza en este planeta se ha convertido en un organismo fuertemente interactivo, altamente interdependiente y casi viviente. La preocupación por algunos de sus elementos, excluyendo o descuidando otros, conduce a una creciente inestabilidad y en última instancia podría llevar al colapso.

Pero el holismo requerido para una nueva civilización no es una cualidad metafísica misteriosa. Es la adopción de un enfoque sistémico sin el cual ningún sistema complejo puede ser manejado en forma segura y duradera. El sistema que debemos guiar ahora hacia el desarrollo sostenible debe abarcar al planeta entero; por eso la preocupación holística es al mismo tiempo una preocupación planetaria.

Mitos y Teos fueron locales o regionales; el Logos ha crecido hasta la dimensión planetaria. En la dimensión planetaria el Logos ha llevado hasta el límite su esfera de acción efectiva; hay que reemplazarlo. En lugar del Logos mecanicista y manipulador, debemos colocar un sistema completo orientado hacia Holos: la nueva civilización planetaria*.

La transformación fundamental implicada en el salto hacia la civilización planetaria no tiene precedentes únicamente en lo relacionado con la velocidad con que se desarrolla. En el pasado, varias generaciones podían adaptar su pensamiento y comportamiento antes de que se completara un cambio fundamental en dicha civilización. Actualmente el cambio se debe realizar en el mismo período y momento en el que las generaciones están viviendo. Esto implica un reto sin precedentes. La manera de lograrlo merece una mayor reflexión.


Fuente: Extracto del artículo publicado originalmente, en inglés, en la revista Kosmos, y traducido por Sabiduría Arcana

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29/5/07

Espiritualidad ecológica. Nueva relación sinergética con la Tierra, por Leonardo Boff


La marca registrada de la Iglesia de la liberación, y de su correspondiente reflexión, consiste en la opción preferencial por los pobres, contra la pobreza y en favor de la vida. En los últimos años empezó a percibirse que la misma lógica que explota a las personas, a otros países y a la naturaleza, explota también a la Tierra como un todo, a causa del consumo y de la acumulación a nivel planetario. De ahí la urgencia de incluir en la opción por los pobres al gran pobre que es la Tierra. Hoy lo más importante no es la opción por el desarrollo –ni aunque fuera sostenible–, ni por los ecosistemas en sí, sino por la Tierra. Ella es la condición previa para cualquier otra realidad. Hay que salvar la Tierra.

El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que involucró a 2500 científicos de 130 países, reveló dos datos aterradores. Primero, que el calentamiento planetario es irreversible y que ya estamos dentro de él; la Tierra está buscando un nuevo equilibrio. Segundo, que el calentamiento es un fenómeno natural, pero que se aceleró enormemente después de la revolución industrial debido a las actividades humanas, hasta el punto de que la Tierra ya no consigue autorregularse.

Según James Lovelock, en La venganza de Gaia (2007), anualmente se lanzan a la atmósfera cerca de 27 mil millones de toneladas de dióxido de carbono, que, condensadas, equivaldrían a una montaña de un kilómetro y medio de altura con una base de 19 kilómetros de extensión. Es la causa del efecto invernadero que, según el Grupo, puede elevar todavía la temperatura planetaria en este siglo entre 1,8 y 6,4 grados centígrados. Con las medidas que tal vez se lleguen a tomar, es posible que el aumento se quede en 3 grados, pero no menos de eso. Las consecuencias serán incontrolables: los océanos subirán de 18 a 59 cm., inundando ciudades costeras como Rio de Janeiro; habrá una devastación fantástica de la biodiversidad y millones de personas correrán peligro de desaparecer.

Jacques Chirac, presidente de Francia, a la vista de estos datos ha dicho con acierto: «Ha llegado la hora de una revolución en el verdadero sentido de la palabra: una revolución de las conciencias, de la economía y de la acción política». Efectivamente, como no podemos detener la marcha del calentamiento, podemos por lo menos desacelerarlo mediante dos estrategias básicas: adaptarnos a los cambios -quien no lo haga, correrá el peligro de morir-; disminuir las consecuencias letales, permitiendo la supervivencia para Gaia, para los organismos vivos, y, especialmente, para los humanos.

A las tres famosas erres (reducir, reutilizar y reciclar) hay que añadir una cuarta: rearborizar todo el planeta, ya que son las plantas quienes capturan el dióxido de carbono y reducen considerablemente el calentamiento global.

Esta cuarta erre es fundamental para la conservación de la Amazonia. Sus selvas húmedas son las grandes reguladoras del clima terrestre. El desafío es cómo combinar el desarrollo con el mantenimiento de la selva en pie. No podemos deforestar al nivel en que lo estábamos haciendo. Pero no somos ni de lejos los campeones de la deforestación, como recientemente ha revelado E.E. Moraes en su libro Cuando el Amazonas desembocaba en el Pacífico (2007): África mantiene sólo el 7,8% de su cobertura forestal, Asia el 5,6%, América Central el 9,7%, y Europa, que es la que más nos acusa, apenas el 0,3%. Brasil aún conserva el 69,4% de sus selvas primitivas y el 80% de la selva amazónica. Esto no disculpa nuestros niveles de deforestación ni es motivo de orgullo, es un desafío a nuestra responsabilidad mundial para el bien del clima en todo el Planeta.

VUELTA A LA CASA COMÚN: MARCO PARA UNA ESPIRITUALIDAD ECOLÓGICA

Los datos expuestos nos hacen ver que el momento de la civilización actual presenta distorsiones y anomalías graves que deben ser diagnosticadas y curadas con urgencia si queremos sobrevivir.

Hay quien habla de la crisis señalando en ella un doble aspecto: el estructural y el terminal. Estructural, porque afecta a la totalidad y terminal porque no parece que el sistema disponga ya de mecanismos internos para restañar sus contradicciones y superarlas.

La alarma, pues, la tenemos encima: está amenazado el patrimonio común de la vida, crece la pobreza, se degrada el ambiente, progresa el desempleo estructural, nunca hemos tenido tanta riqueza, pero nunca la hemos tenido tan pésimamente distribuida, la sociedad se dualiza en ricos cada vez más ricos y en pobres cada vez más pobres, podemos dañar gravemente la biosfera y destruir las condiciones de vida de los seres humanos. La Tierra es como un corazón. Gravemente lesionado, el resto de los organismos vitales se verán afectados, los climas, las aguas potables, la química de los suelos, los microorganismos, las sociedades humanas. La sustentabilidad del planeta, tejida por millones de años de trabajo cósmico, puede verse desbaratada.

RAZONES PARA UN CAMBIO DE MODELO DE ESPIRITUALIDAD

Afortunadamente, está surgiendo la conciencia de que nosotros no podemos seguir actuando con la mentalidad que hasta ahora hemos poseído. Nuestra visión cartesiana-newtoniana de la naturaleza nos ha hecho dualistas, en el sentido de contraponer el hombre a la tierra. Nosotros estaríamos sobre la tierra y contra la tierra, como seres extraños y hostiles, mirándola como un conjunto de recursos y materias primas que se pueden explotar indefinidamente.

En este sentido, se nos han venido abajo dos ilusiones, la de creer que la Tierra es inagotable y la de que nuestro pogreso hacia el futuro es ilimitado. Llevamos así 400 años y el modelo ha hecho quiebra. El objetivo que perseguíamos se ha vuelto contra nosotros: de dominadores hemos pasado a ser dominados.

Sencillamente, estamos descubriendo que, por delante, por encima y por más abajo de todos los hallazgos y laberintos tecnológicos, se halla nuestra casa perdida, nuestro común hogar olvidado: la Tierra, la Comunidad Humana y Cósmica. Ya no admitimos que la Tierra sea una simple reserva físico-química de materias primas. Es un organismo extremadamente complejo y dinámico. Es la gran Madre que nos nutre y transporta. El destino común exige un cambio de rumbo.

CAUSAS, DE TIPO RELIGIOSO, DE LA CRISIS

Pero, para acertar en este cambio, debemos preguntarnos cómo ha sido posible que hayamos llegado a esta situación de guerra entre el ser humano y la naturaleza. Ha habido unas causas. Y, si no damos con las causas, difícilmente podemos dar con el remedio.

Quiero fijarme principalmente en la incidencia que la religión cristiana ha ejercido en esta crisis.

En la tradición cristiana podemos descubrir dos orientaciones: una integradora y otra desintegradora.

La primera es la que, partiendo de que Dios es el Creador y el Bienhechor, no puede haber creado algo hostil a la vida y a los sistemas vitales. La revelación de Dios es positiva y benéfica, profundamente integradora del ser humano con la naturaleza.

La segunda es la que le atribuye una buena responsabilidad en todo este proceso de distorsión, al haber propiciado la secularización, la falta de veneración a la Tierra y el resurgir del proyecto de la tecnocracia.

Señalo algunos puntos de esta tradición cristiana de carácter antiecológico.

Patriarcalismo: El patriarcalismo se caracteriza porque ensalza los valores masculinos y hace que ocupen los principales espacios sociales, en tanto que las características femeninas quedan marginadas. Dios mismo es presentado como Padre y Señor absoluto. Se da aquí, indudablemente, un reduccionismo que afecta al equilibrio de los sexos y que condiciona una ruptura de la ecología religiosa con la social.

Monoteísmo: Existen razones más que suficientes para sustentar el monoteísmo, pero tal como se formuló psicológica y políticamente supuso una lucha incansable contra el politeísmo de cualquier signo, negando en él cualquier momento de verdad.

La radicalización del monoteísmo desacralizó el mundo, contraponiéndolo y distinguiéndolo de Dios, separó excesivamente al mundo de Dios, no supo discernir las energías divinas en el universo y especialmente en el ser humano.

Políticamente se lo invocó para justificar el autoritarismo y la centralización del poder: un solo Señor en el cielo, un solo Señor en la tierra, un solo jefe religioso, una sola cabeza ordenadora de la familia.

Esta visión destruyó el diálogo, la equidad y la comunidad universal que supone el ser todos hijos e hijas de Dios. Se afirmó que únicamente el ser humano ha asumido la representación de Dios en la creación, sólo él es prolongador del acto creador de Dios. Se relegó al olvido a la gran comunidad cósmica, portadora del Misterio y por ello reveladora de la Divinidad.

Antropocentrismo: El texto bíblico de “sed fecundos, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, las aves del cielo....” (Gn 1, 28) es una invitación a la demografía ilimitada y al dominio de la tierra ilimitado. Otros textos (Gn 9,7; 9,2; Sal 8,6-8...) expresan un claro sentido antiecológico.

Ideología tribal: Me refiero a la ideología que ha hecho que, tanto hebreos, cristianos como musulmanes se considerasen pueblos elegidos de Dios, con lo que no supieron eludir el riesgo de la arrogancia y la lógica de la exclusión. De hecho así ha ocurrido en las guerras de unos contra otros, en el intento de querer imponer las propias convicciones a los demás en nombre de Dios, llegando a vivir en una fraternidad del terror contra toda diversidad del pensamiento (inquisición, fundamentalismos, guerras de religión).

La naturaleza caída: La ruptura de la religación universal

La creencia en la naturaleza caída afirma que todo el universo cayó bajo el poder del demonio debido al pecado original introducido por el ser humano. El universo perdió su carácter sagrado y pasó a ser materia corrupta, pecaminosa, decadente. Razón por la cual, la naturaleza y el mundo mismo dejaron de tener aprecio, se produjo un desinterés religioso por cualquier proyecto histórico, se amargó la vida ya que se puso bajo una pesada sospecha todo placer y, lo que es más grave, se retardó la investigación científica.

En consecuencia, la Tierra llegó a ser castigada a causa del pecado humano. En opinión de muchos, este binomio pecado/redención sería una de las mayores características del cristianismo. Examinado todo esto, el resultado parece ser que entre el universo y el Creador se producido una ruptura. La tradición judeo-cristiana llama a esta ruptura pecado original o pecado del mundo. Original porque afectaría al fundamento y sentido de su propio ser; y pecado porque sería como una subversión de todas las relaciones en que está inserto el ser humano, una especie de marca negativa en su misma condición humana.

Esta doctrina del pecado original intenta explicar la experiencia fundamental de ese enigma que acompaña al ser humano entre lo que es y lo que podría ser, de la disfunción entre los seres humanos y la naturaleza.

En nuestro tiempo se da una interpretación sobre ese pecado original, bastante diferente de la tradicional. La caída no sería sino la misma naturaleza in fieri, en su devenir, como sistema abierto, pasando de niveles menos complejos a niveles más complejos. Dios no creó el universo como algo acabado de una vez por todas, sino que desencadenó un proceso abierto hacia formas cada vez más organizadas de vida y de conciencia. La imperfección del proceso cosmogénico y evolutivo no traduce el designio último de Dios, sino un momento de ese inmenso proceso siempre abierto. El paraíso terrenal, dentro de esta interpretación, significaría la promesa de un futuro que aún está por llegar. El destino del universo, más que una realidad primera perdida, está todavía por realizarse.

Se pueden entender desde esta perspectiva, las palabras de S. Pablo: “La creación entera gime hasta el momento presente y sufre dolores de parto” (Rom 8,22). La naturaleza no ha alcanzado aún su madurez, no ha llegado a su hogar definitivo. El ser humano participa en ese proceso de maduración, también él gime y gime la creación entera en espera ansiosa de la maduración de los hijos y las hijas de Dios. Sólo entonces, al término, Dios podrá decir: “Y todo era bueno”.

El ser humano tiene la capacidad de pilotar todo el proceso. Habitado por el fuego del deseo es una máquina de fabricar utopías, captar lo que podría ser y aún no es, organizar su actividad a fin de aproximar el sueño a la realidad. Siempre habrá un abismo entre el sueño y la realidad. Por eso el ser humano siente el deseo de una vida sin fin. Y a la vez se da cuenta de que la vida tiene fin y que él muere efectivamente. Lo que somos y lo que nos gustaría ser.

El ser humano puede aceptar su condición de mortalidad o puede rebelarse contra ella. Si la acepta, puede entregarse en manos de Alguien que pueda realizar su vida sin fin. Muere, pero pasa a otro tipo de vida, muere para vivir más y mejor, para resucitar. Si no la acepta, no acepta el designio de Dios, que supone la religación de todas las cosas y el hecho de que, tras pasar por el tiempo y a través de la muerte, regresen a su corazón.

No sé si el ser humano, al organizarlo todo en función de sí mismo, de su propio interés, sin poder escapar a la muerte, se aparta de la fraternidad y sororidad universales, se siente acongojado y acaso por ese miedo usa de su poder en contra de la naturaleza. Por el contrario, la alianza de paz y confraternidad entre el ser humano, la naturaleza y Dios constituye el horizonte de esperanza imprescindible para cualquier compromiso ecológico eficaz.

Una nueva relación sinergética con la tierra

La teología de la liberación se percató de que la lógica que oprimía y saqueaba a la naturaleza era la misma que oprimía al pobre. En este contexto, el ser más amenazado de la creación no son las ballenas, sino los pobres, condenados a morir prematuramente. La teología de la liberación parte de la ecología social para desde ella, desde la justicia social, llegar a una nueva alianza de los humanos con los demás seres. La Tierra también clama bajo la máquina depredadora de nuestro modelo de sociedad y desarrollo.

La liberación, para ser operativa, tiene que hacerse desde este marco sociopolítico y cosmológico. Todos deben ser liberados, pues todos estamos bajo un paradigma que nos esclaviza, el del maltrato de la tierra, el del consumismo, el de la negación de la alteridad y del valor intrínseco de cada ser. ¿En qué medida Occidente, con su tecnociencia y cultura, y con su cristianismo, con su bagaje espiritual garantiza un futuro colectivo?

El reto está en que los humanos se entiendan como una gran familia terrenal junto con otras especies y redescubra su camino de vuelta a la comunidad de los demás vivientes, la comunidad planetaria y cósmica. Los seres humanos debemos sentimos hijos e hijas del arco iris, mediante relaciones nuevas de benevolencia, compasión, solidaridad cósmica, y profunda veneración por el misterio que cada cual porta y revela.

Cada vez entendemos mejor que la ecología se ha convertido en el contexto de todos los problemas: de la educación, del proceso industrial, de la urbanización, del derecho y de la reflexión filosófica y religiosa. A partir de la ecología se está elaborando e imponiendo un nuevo estado de conciencia en la humanidad que se caracteriza por más benevolencia, más compasión, más sensibilidad, más enternecimiento, más solidaridad, más cooperación, más responsabilidad entre los seres humanos hacia la Tierra y hacia la necesidad de su preservación.

En esta perspectiva alimentamos una perspectiva optimista. La Tierra puede y debe ser salvada. Y será salvada. Ella ya pasó por más de 15 grandes devastaciones. Y siempre sobrevivió y salvaguardó el principio de vida. Y llegará a superar también el actual impasse, pero bajo una condición: que cambiemos de rumbo y de óptica. De esta nueva óptica surgirá una nueva ética de responsabilidad compartida y de sinergia para con la Tierra. Tratemos de fundamentar este nuestro optimismo.

1. Somos Tierra que piensa, siente y ama

El ser humano, en las diversas culturas y fases históricas, reveló una intuición segura: pertenecemos a la Tierra; somos hijos e hijas de la Tierra; somos Tierra. De ahí que hombre venga de “humus”. Venimos de la Tierra y volveremos a la Tierra. La Tierra no está frente a nosotros como algo distinto de nosotros mismos. Tenemos la Tierra dentro de nosotros. Somos la propia Tierra que en su evolución llegó al estadio de sentimiento, de comprensión, de voluntad, de responsabilidad y de veneración. En una palabra: somos la Tierra en su momento de auto-realización y de auto-consciencia.

Inicialmente, pues, no hay distancia entre nosotros y la Tierra. Formamos una misma realidad compleja, diversa y única. Ha sido lo que han testimoniado los diversos astronautas: Humanidad y Tierra forman una única realidad espléndida, reluciente, frágil y llena de vigor. Esta percepción no es ilusoria, es radicalmente verdadera.

Dicho en términos de moderna cosmología: estamos formados con las mismas energías, con los mismos elementos físico-químicos dentro de la misma red de relaciones de todo con todo que actúan hace 15 billones de años, desde que el universo, dentro de una inconmensurable inestabilidad (bing bang-inflación y explosión), emergió en la forma que hoy conocemos. Cinco grandes actos estructuran el teatro universal del que somos co-actores: El primero es el cósmico; el segundo es el químico; el tercero es el biológico.

El cuarto es lo humano, subcapítulo de la historia de la vida. El principio de complejidad y de auto-creación encuentra en los seres humanos inmensas posibilidades de expansión. La vida humana floreció, cerca de 10 millones de años atrás. Surgió en África. A partir de ahí, se difundió por todos los continentes hasta conquistar los confines más remotos de la Tierra. Lo humano mostró gran flexibilidad; se adaptó a todos los ecosistemas, a los más gélidos de los polos, a los más tórridos de los trópicos, en el suelo, en el sub-suelo, en el aire y fuera de nuestro Planeta, en las naves espaciales y en la Luna. Sometió a las demás especies, menos a la mayoría de los virus y de las bacterias. Es el triunfo peligroso de la especie homo sapiens y demens.

El quinto acto, es el planetario; la humanidad que estaba dispersa, está volviendo a la casa común, al planeta Tierra. Se descubre como humanidad, con el mismo origen y el mismo destino de todos los demás seres de la Tierra. Siéntese como la mente consciente de la Tierra, un sujeto colectivo, por encima de las culturas singulares y de los Estados-naciones. A través de los medios de comunicación globales, de interdependencia de todos con todos, está inaugurando una nueva fase de su evolución, la fase planetaria. A partir de ahora, la historia será la historia de la especie homo, de la humanidad unificada e interconectada con todo y con todos.

2. ¿Qué es la dimensión-Tierra en nosotros?

¿Pero qué significa concretamente, más allá de nuestra ancestralidad, nuestra dimensión Tierra? Significa, en primer lugar, que somos parte y parcela de la Tierra. Vivimos de ella. Somos producto de su actividad evolutiva. Tenemos en el cuerpo, en la sangre, en el corazón, en la mente y en el espíritu elementos Tierra. De esta constatación resulta la conciencia de profunda unidad e identificación con la Tierra y con su inmensa diversidad. No podemos caer en la ilusión racionalista y objetivista de que nos situamos ante la Tierra como delante de un objeto extraño.

En un segundo momento, podemos pensar la Tierra. Y entonces, sí, nos distanciamos de ella para poder verla mejor. Ese distanciamiento no rompe nuestro cordón umbilical con ella. Por tanto, este segundo momento no invalida el primero. Tener olvidada nuestra unión con la Tierra fue el equívoco del racionalismo en todas sus formas de expresión. El generó la ruptura con la Madre. Dio origen al antropocentrismo, en la ilusión de que, por el hecho de pensar la tierra, podemos colocamos sobre ella para dominarla.

Por sentirnos hijos e hijas de la Tierra, por ser la propia Tierra pensante y amante, la vivimos como Madre. Ella es un principio generativo. Representa a lo Femenino que concibe, gesta y da a luz. Emerge así el arquetipo de la Tierra como Gran Madre, Pacha Mama. De la misma manera que todo genera y entrega la vida, ella también acoge todo y todo lo recoge en su seno. Al morir volvemos a la Madre Tierra. Regresamos a su útero generoso y fecundo. El Feng-Shui, la filosofía ecológica china representa un grandioso sentido de la muerte como unión con Tao y con los ritmos de la naturaleza, de donde todos los seres vienen y a donde todos vuelven. Conservar la naturaleza es condición también para que puedan nacer nuevos seres humanos y hagan su recorrido en el tiempo.

Sentir que somos Tierra nos hace tener los pies en el suelo. Nos hace percibir todo de la Tierra, su frío y calor, su fuerza que amenaza tanto como su belleza que encanta. Sentir la lluvia en la piel, la brisa que refresca, el huracán que avasalla. Sentir la respiración que nos entra, los olores que nos embriagan o nos repelen. Sentir la Tierra es captar el espíritu de cada lugar, inserirse en un determinado lugar. Habitando, nos hacemos en cierta manera prisioneros de un lugar, de una geografía, de un tipo de clima, del régimen de lluvias y vientos, de una manera de morar y de trabajar y de hacer historia. Ser Tierra configura nuestro límite. Pero también significa nuestro sitito de contemplación de todo, nuestra plataforma para poder alzar vuelo por encima de este paisaje y de este pedazo de Tierra, rumbo al Todo infinito.

Por fin, sentirse Tierra es percibirse dentro de una compleja humanidad de otros hijos e hijas de la Tierra. La Tierra no tan sólo nos produce a nosotros seres humanos. Produce la miríada de microorganismos que componen el 90 % de toda la red de la vida. Para todos produce las condiciones de subsistencia, de evolución y de alimentación, en el suelo, en el sub-suelo y en el aire. Tierra es sumergirse en el mundo de los hermanos y de las hermanas, todos hijos e hijas de la grande y generosa Madre Tierra, nuestro hogar común. Esta experiencia de que somos Tierra constituyó la experiencia matriz de la humanidad en el Paleolítico. Ella produjo una espiritualidad y una política.

Primero una espiritualidad: por todas partes, a comenzar por África, especialmente a partir del Sahara hace algunos millares de años, de 7000-6000 años antes de nuestra era, cuando era todavía una tierra verde, rica y fértil pasando por toda la cuenca del Mediterráneo, por la India y por la China predominaban las divinidades femeninas, la Gran Madre Negra y la Madre-Reina. La espiritualidad era de una profunda unión cósmica y de una conexión orgánica con todos los elementos como expresión del Todo.

Al lado de una espiritualidad surgió, en segundo lugar, una política: las instituciones matriarcales. Las mujeres formaban los ejes organizadores de la sociedad y de la cultura. Surgieron sociedades sagradas, penetradas de reverencia, de enternecimiento y de protección a la vida. Hasta hoy arrastramos la memoria de esta experiencia de la Tierra-Madre, en la forma de arquetipos y de una insaciable nostalgia por la integración, inscrita en nuestros propios genes. Los arquetipos continúan irradiando en nuestra vida porque rememoran un pasado histórico real que quiere ser rescatado y obtener todavía vigencia en la vida actual. El ser humano precisa rehacer esta experiencia espiritual de fusión orgánica con la Tierra, a fin de recuperar sus raíces y experimentar su propia identidad radical. Precisa también resucitar la memoria política del feminismo para que la dimensión de “ánima” entre en la elaboración de políticas con más equidad entre los sexos y con mayor capacidad de integración.

Esta nueva óptica podrá producir una nueva ética, orientada a la afirmación y el cuidado por todo lo que vive. En el nuevo paradigma emergente la Tierra y los hijos e hijas de la Tierra será la gran centralidad, el nuevo sueño del siglo XXI.

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Fuente: Artículo publicado en la Revista ÉXODO, nº 88, Abril-07, y reproducido por Redes Cristianas

28/5/07

Tamayo: "El PSOE, un recaudador de la Iglesia católica"


Desde que la Conferencia Episcopal le tildara de hereje en el 2003, Juan José Tamayo ha pasado de teólogo enfrascado en los estudios de su cátedra en la Universidad Carlos III a referente de las voces críticas sobre la jerarquía católica. El teólogo palentino (Amusco, 1946) participó ayer en el seminario 'Laicismo, religiones y derechos humanos', organizado por Cruz Roja en Valladolid. Defensor de la teología de la liberación y de un cristianismo a la medida del hombre, indaga en la religión desde «la libertad de cátedra, en diálogo con otras ciencias y desde mi tiempo».

-¿Es posible un estado español laico?

-Es un tema complejo, en el que nos jugamos el futuro de la sociedad y del estado español. Lo que está en juego es el camino hacia un estado laico o por el contrario si es una misión imposible, si se impone la confabulación de los poderes políticos y las fuerzas eclesiásticas más conservadoras para mantener antiguas estructuras.

-La democracia española ha estado en manos de partidos de todas las tendencias y nunca se ha desvinculado de la Iglesia, ni con González ni ahora.

-Parece un anacronismo. Lo que más me sorprende después de 32 años de la muerte del general Franco, no es lo sucedido con UCD o el PP, sino que el PSOE no haya sido capaz de romper el modelo de vinculación con la Iglesia Católica, que la hayan mantenido como querida entre todas las religiones. No entiendo cómo un partido laico mantiene la situación de privilegio a la Iglesia Católica en dos campos, la financiación y la enseñanza de la religión católica en la escuela. No entiendo cómo un Gobierno presidido por el PSOE se convierte en recaudador para la reproducción ideológica de la Iglesia Católica. Tampoco entiendo que ese mismo partido no haya revisado los acuerdos con la Santa Sede y que mantenga la asignatura de religión como evaluable y con optativas.

-¿Está preparada España para una moral propia fuera de la religión?

-Ese es un mito mantenido por el ideario del nacionalcatolicismo que considera que no hay fundamento moral posible fuera de Dios. Eso sorprende porque uno de los signos de modernidad claro es la separación entre ética y religión. La ética tiene un fundamento autónomo y una base antropológica. El principio ético está en el ser humano. Históricamente la religión no siempre ha contribuido a procesos moralizantes en el sentido de formar conciencias críticas sino más bien sometidas, dependientes, pasivas. Uno de los pilares de la ética es la autonomía, la mayoría de edad. Las religiones han creado ciudadanos menores de edad desde el punto de vista moral. La laización busca hacer adultos que piensen con conciencia propia.

-Quizá convenga, desde la petición del voto, una ciudadanía agrupada por creencias.

-Apenas hay conciencia cívica, siempre ha estado mediatizada por la jerarquía eclesiástica o por los poderes políticos. Ha vivido en asedio constante de ambas fuerzas. El gran desafío de la sociedad española es pensar desde la ciudadanía. Es necesaria la revolución de conciencia, liberada de la prisión de la religión y de la política.

Libertad de cátedra

-José María Castillo, con quien publicó 'Iglesia y sociedad en España', acaba de dejar la Compañía de Jesús. ¿Es un caso aislado?

-Es un entrañable amigo, compañero de fatigas, sufrimientos y condenas. Es un ejemplo de búsqueda de la libertad y escape del control de la jerarquía católica, que somete a los teólogos, a los pensadores cristianos. A su edad, 78 años, es un ejemplo de valentía, coherencia personal y honestidad intelectual. Se ha ido de la Compañía de Jesús para caminar solo, cuando las presiones le han resultado insufribles, para adentrarse en la teología laica, aquella que desde la inteligencia crítica quiere pensar la fe en diálogo con su tiempo. Ha iniciado el camino de la teología desde la libertad. Ambos tenemos caminos afines. Yo me desvinculé del aparato eclesiástico porque no podía hacer teología en régimen de cautividad. Quería dialogar con otras ciencias y para ello hube de dejar el espacio eclesiástico y quedarme en el universitario.

-¿La reprimenda del Vaticano al jesuita Jon Sobrino obedece a la misma razón que la suya?

-El proceso contra él y el mío tienen la misma raíz, la visión de la figura de Jesús, poniendo el acento en la humanidad y no en la divinidad. Si aceptamos que es un ser divino, le convertimos en un mito y nos movemos en lo sobrenatural, lo inalcanzable. Desde ese punto de vista es un personaje que pasó por la historia como sobre brasas, sin compromiso con los dolientes. En cambio el Jesús de Nazaret del que hablamos nosotros es el que vivió una experiencia de pobreza, marginación y exclusión para solidarizarse con los que la sufrían. Su muerte es la consecuencia de un estilo de vida que fue subversiva para los poderes de su tiempo. Miramos la cristología desde una práctica de liberación y una manifestación de dios, en la que la divinidad no es el punto de partida, sino de llegada.

-¿Qué le ha parecido la primera visita del Papa a América Latina?

-La seguí con interés. Tengo tres reparos a su mensaje. Primero: el eurocentrismo. Benedicto XVI planteó en Brasil sus inquietudes sobre la familia, la sexualidad, el relativismo o el hedonismo europeo como si fueran problemas de allí. No afrontó los desafíos que las sociedades de América Latina plantean al Cristianismo. Segundo: Volvió a condenar una de las manifestaciones más vivas del cristianismo en América Latina, la teología de la liberación. Además demostró desconocimiento al equipararla con el milenarismo. La teología de la liberación propugna que otro mundo es posible, que hay que luchar por una sociedad más justa y que depende de los hombres. Y tercero: la descalificación de los movimientos emancipatorios como el bolivarismo o el proyecto indigenista de Morales. Benedicto XVI quiere enterrar las utopías, ha echado un jarro de agua fría sobre ellas.


Fuente: Entrevista realizada por V. M. Niño en El Norte de Castilla, y reproducida por Religión Digital

27/5/07

Ciencia y Espiritualidad: Vídeo de Ken Wilber con subtítulos en español



Vídeo de una charla de Ken Wilber sobre ciencia y espiritualidad, la teoría del conocimiento y la meditación como ciencia, en inglés con subtítulos en español gracias al trabajo del blog Eva de camino al paraíso

26/5/07

Caminos para la paz, por Raimon Panikkar



Aunque la agresividad competitiva sea una especialidad moderna, la belicosidad no es monopolio de la cultura tecnocrática.

¿Qué hay, o qué ha habido en el hombre histórico que ha creado la guerra como una institución? Qué confianza puede tenerse en una sociedad de Estados que gasta, por término medio anual, 30.000 dólares por soldado y 500 por estudiante? Cuando nos percatamos de que el hombre prehistórico, que se sentía amenazado por la naturaleza, ha dado nacimiento al hombre histórico, que ha terminado poniendo en peligro la vida del planeta, podemos -y debemos- cuestionarnos sobre el mismo proyecto "hombre histórico" y echar mano de su experiencia de seis mil años.

Para esto tenemos documentos que deberían figurar entre los más significativos de toda la historia de la humanidad, aunque sean poco menos que desconocidos: los tratados de paz, desde los de Hammurabi hasta los de nuestros días. Poseemos unos ocho mil documentos históricos que nos cuentan del optimismo de los vencedores para instaurar su paz. Todos ellos repiten ingenua y trágicamente la misma cantinela: «Ahora, finalmente, tendremos la paz». Y reiteran que «ésta es la guerra que acabará con todas las guerras». Y, mientras la tinta o las arcillas están todavía frescas, los cañones o las lanzas del vecino están ya dispuestos a contradecir estas afirmaciones.

Estos documentos demuestran la ceguera humana más grande que pueda imaginarse, pero también la mayor ingenuidad. Resulta que lo que ahora va a acabar con las guerras es la "disuasión atómica", o la "guerra de las galaxias", o el "nuevo orden mundial", basado en la ideología de una sola cultura victoriosa y sin raíces, por lo demás. Se olvida que los vencidos (ellos mismos, sus sucesores o los arquetipos enterrados en el subsuelo humano) se levantarán para saldar cuentas, y la guerra volverá a comenzar. Pensemos en los indios de América, en los kurdos, en los vascos, en los judíos, en los palestinos… y en toda la historia. La victoria no lleva jamás a la paz; lleva a la victoria.

La historia nos muestra que la victoria no ha conducido jamás a la paz, a pesar de los esfuerzos, la buena voluntad y la convicción de aquellos que vencieron a los nazis, o a los cartagineses, o a los asirios, o a aquellos "malvados" que nos invadieron… Así no se ha llegado nunca a la paz.

Parece una irresponsabilidad, después de seis mil años de experiencia histórica, el no querer replantearse el incómodo problema de si no estará errada la dirección misma de la civilización. Pero si nosotros, en este momento histórico, no tenemos la capacidad intelectual y la fuerza espiritual de plantear el problema a este nivel, no creo que seamos dignos de ser llamados "intelectuales", "pensadores" o "responsables".

Conocida es aquella frase de Einstein: «Con la escisión del átomo, todo ha cambiado excepto nuestro modo de pensar». La inercia de la materia -después de Kepler, Newton y Einstein- se puede calcular más o menos. La inercia de la mente es mucho más pesada. Seguimos pensando, dentro de la ciencia y de la historia, con categorías anacrónicas que no corresponden a la situación actual. ¿Tiene que ser bélica toda la civilización humana?

No olvidemos que la cultura de la certeza, inaugurada en Occidente por Descartes, lleva coherentemente a la civilización de la seguridad, ideología predominante en la sociedad moderna. Vivir en la inseguridad y en la incerteza es intolerable para la racionalidad, pero es incluso agradable en el amor.

Hacemos estas consideraciones para indicar que el desarme cultural va mucho más allá de la disposición a la escucha y a la tolerancia. El desarme a que la situación del mundo nos conmina, so pena de catástrofes apocalípticas, es una mutación cultural hacia la que ya apuntan los hombres más sabios de nuestra época.

El átomo es el chivo expiatorio para mantener nuestro nivel de vida. Tenemos necesidad de más energía, porque hemos roto los ritmos terrenos. Por cada italiano (porque las estadísticas allí son conocidas) hay una tonelada de residuos atómicos. Y si Chernobyl nos alerta sobre un peligro, se pensará sólo en construir otra central un poco más segura. Esta es la mentalidad tecnocrática: buscar siempre soluciones sin ir jamás a las causas.

Pensar únicamente en soluciones de seguridad es repetir de nuevo la reacción que hemos encontrado en los tratados de paz: a quien tiene una espada se le opone una lanza; al escudo simple, otro más complejo; a quien posee un sistema de seguridad se le opone otro sistema electrónico que anule el primero; a un misil de una cabeza, otro con una docena de ellas; a un incremento de la criminalidad, más policía; y así sucesivamente… Pero de este modo no se consigue la paz.

Es el esquema mecanicista del pensar, reforzado luego por la ley física de la acción y la reacción. En este esquema, «quien la hace la paga». Es la ley del talión, del restablecimiento del orden a base de infligir un daño equivalente.

La justicia no consiste en volver al status quo ante, como si la realidad no fuese viva y dinámica; no es "redención", sino "renovación". De ahí que en el orden político no se trate sólo de hacer pagar al culpable, ni de escarmentar a los posibles transgresores de una cierta situación, sino de crear un nuevo orden de cosas.

El otro tiene siempre algo que decir

¿Cómo se consigue la reconciliación? Hay que proseguir incansablemente los esfuerzos por hablar, por entender y darse a entender, por abrirse a la existencia dialogal. Ocurre aquí algo parecido a lo que sucede con el alcohólico: su problema no es el beber, sino el no poder querer no beber. El problema no es el enemigo, sino el no poder querer tratar con él. La interrupción del diálogo es el solipsismo y la muerte, porque la vida misma es diálogo constante. El otro tiene siempre algo que decir. No soy yo la única ventana por la que se ve el mundo; ni mi yo existe sin un tú y toda la gama de los pronombres personales.

El diálogo es tanto una ciencia como un arte. Implica la ciencia de conocerse tanto a uno mismo (incluido lo que uno piensa y quiere) como al otro; es la ciencia que sabe que ninguno de estos dos conocimientos es exhaustivo, ni en mí ni en el otro; es una ciencia muy descuidada en nuestros días. Quien se cierra al diálogo podrá ser todo lo buen estratega y todo lo astuto que quiera, pero generalmente no sabe hablar ni discutir ni, en último término, pensar, por muchos cálculos y predicciones que pueda hacer. Pero, además, el diálogo es también un arte, un hacer, una actividad, una praxis.

Mucho se ha escrito en nuestros días sobre el diálogo entre las culturas; y, aunque ya se ha mejorado mucho, por lo general la mesa del diálogo no ha sido redonda. Se ha presupuesto demasiado rápidamente que las "demás" culturas debían acercarse a nuestra mesa, en la que se come con el cuchillo de los dólares y el tenedor inglés, sobre el mantel de la democracia (entendida a nuestra manera), en platos servidos por el Estado, bebiendo el vino del progreso y utilizando cucharas (o cucharitas, más recientemente) de desarrollo tecnológico, sentados en la silla de la historia. Con todo ello no digo que el diálogo deba hacerse sentados en el suelo, comiendo con la mano, bebiendo sólo agua y hablando en chino. Pero sí digo que uno de los errores fundamentales es pretender que todos se sienten a una sola mesa, con lo cual lo anglo-sajón (por llamarlo de algún modo) es lo más práctico. El diálogo no es un "meeting" multitudinario en el que sólo hablan los que tienen altavoz y conocen la demagogia; es un acto humano, a escala y con voz humana, en el que los hombres forjan su humanidad discutiendo con la palabra sus divergencias.

Para todo esto hace falta sabiduría. La sabiduría es aquel arte que transforma las tensiones destructivas en polaridades creadoras, y no por estrategia para "salirnos con la nuestra", sino porque esta polaridad constituye la esencia misma de la realidad. La polaridad no es dualismo, no es binaria, puesto que no se rige por la dialéctica de la contradicción entre los dos polos, ya que el uno presupone el otro y viceversa. La polaridad es trinitaria; de otra manera, los dos polos dejarían de ser polos, con su fusión o su separación total. Lo mismo le ocurre al diálogo auténtico entre los hombres, porque ningún hombre es una mónada autosuficiente. No es un diálogo para llegar a una solución, sino un diálogo para ser, porque yo no soy sin el otro.

Esto nos viene a decir que, a pesar de todos los obstáculos, el camino hacia la paz consiste en querer caminar por él. Este deseo de paz es ya en sí pacificador. El deseo de paz equivale a deseo de diálogo, y el deseo de diálogo surge cuando pensamos poder aprender algo del otro, a la par que convertirle a nuestro punto de vista, si es posible. Fanatismos y absolutismos impiden caminar juntos, porque hacen creernos autosuficientes o en posesión plena de la Verdad.


Fuente: Revista Seguridad Sostenible

Más información sobre Raimon Panikkar en Wikipedia

24/5/07

La meditación sana


La meditación se emplea desde hace más de 3.000 años. Durante mucho tiempo se consideraba una práctica reservada a los budistas, a seguidores de filosofías como el zen o incluso a personas con un cierto toque esnob. Sin embargo, la lista de adeptos ha ido creciendo en los países occidentales en los últimos años hasta alcanzar una cifra que ronda los 10 millones en EEUU.

Estas personas, lejos de tratarse de fieles religiosos, son profesionales de todo tipo agobiados por el estrés, pacientes a los que sus médicos recetan unas sesiones de exploración interior para mejorar o prevenir el dolor o individuos interesados en profundizar en sí mismos y aprender a manejar sus emociones. Los estadounidenses pueden acceder a cursos o sesiones de meditación en los colegios, los hospitales, en instituciones oficiales y prisiones. En España existen centros donde se pueden aprender diferentes técnicas, pero está todavía lejos de ser considerada una herramienta terapéutica.

El interés de los científicos por la meditación comenzó hace ya algunos años. En las décadas de los 60 y los 70 se había demostrado que el uso de estas técnicas proporcionaba una extraordinaria concentración. Un profesor de medicina de la Universidad de Harvard (EEUU), Herbert Benson, a través de sus investigaciones llegó a la conclusión de que la práctica milenaria contrarresta los mecanismos cerebrales asociados al estrés.

Sin embargo, el verdadero salto, y sobre todo su divulgación masiva, han llegado de la mano de una colaboración muy peculiar. El decimocuarto Dalai Lama, Tenzin Gyatso, ha puesto a disposición de los neurocientíficos occidentales su cerebro y el de sus monjes. De este modo, los religiosos se han visto con el cráneo repleto de electrodos de los sensibles instrumentos de que se dispone en la actualidad para fotografiar lo que ocurre en sus redes neuronales cuando practican la meditación.

EFECTOS. En esta aventura se embarcaron eminentes investigadores de numerosas instituciones. Uno de los más activos en los últimos años ha sido Richard Davidson de la Universidad de Wisconsin, en EEUU. Sus trabajos no sólo se han hecho famosos por contar con un Nobel de la Paz como sujeto de experimentación, sino porque los resultados aportan datos interesantes y sorprendentes sobre la práctica milenaria. «Nuestros resultados indican que la meditación tiene efectos biológicos. Produce cambios en el cerebro asociados a emociones más positivas y mejoras en la función inmune», dijo a SALUD el investigador. Daniel Goleman, autor de numerosos libros sobre inteligencia emocional y de 'Emociones destructivas' fruto del encuentro del Dalai Lama con los científicos, explicó a este suplemento que «lo importante es que la meditación cambia la base de las emociones» y añadió que los resultados de los experimentos «tienen importantes implicaciones para la gente a la hora de valorar sus beneficios».

Los estudios neuronales demuestran un incremento de actividad en el lóbulo frontal izquierdo, que es la residencia de las emociones positivas. Al mismo tiempo se reduce el funcionamiento de la región derecha. Probablemente se preguntará en qué cambia esta realidad cerebral la vida diaria, pues bien los neurocientíficos han observado que las personas que emplean más la zona izquierda tardan menos tiempo en eliminar las emociones negativas y la tensión que pueden provocar, por ejemplo, un atasco o una discusión con el jefe. Este desequilibrio entre los hemisferios conlleva también una reducción del miedo y la cólera.
Las investigaciones en los monjes budistas con años de experiencia en la meditación indican que éstos tienen una actividad significativamente mayor en el lóbulo izquierdo que las personas que no practican esta técnica. La duda que se planteaba en los estudios con monjes fue si sus cerebros ya eran de partida diferentes y por ello, los hallazgos resultaban tan llamativos. Para resolver el dilema, Davidson y su equipo decidieron investigar con personas de la calle sin experiencia alguna en las técnicas de meditación.

Los resultados confirmaron que no es necesario ser un consumado meditador para disfrutar sus beneficios y que el cerebro de los monjes no era la causa de las observaciones. Los individuos que practicaban regularmente habían desarrollado, al igual que los religiosos, mayor actividad en el lado izquierdo del lóbulo frontal. Sin embargo, las excelencias de la meditación no se quedaron ahí porque los científicos comprobaron también en este grupo de voluntarios que el sistema inmune de aquellos que se habían entregado a la exploración interior era más potente que el de sus compañeros.

Las posibilidades de la meditación están todavía por explorar. Davidson y su equipo tiene en marcha un trabajo con pacientes depresivos, «del que aún no tenemos resultados». Sin embargo, John Teasdale de la Unidad de Ciencias Cognitivas y del Cerebro en Cambridge (Reino Unido) ya dispone de datos. Este investigador ha encontrado que la combinación de meditación introspectiva con terapia cognitiva reduce a la mitad las recaídas de los pacientes depresivos crónicos.

En el Centro Clínico Essen-Mitte, en Alemania, los médicos han empleado durante cinco años un programa de meditación introspectiva antiestrés diseñado por Jon Kabat-Zinn, un investigador de la Universidad de Massachussetts y autor de numerosos libros sobre este tema, en casi 3.000 pacientes con todo tipo de patologías entre las que se incluye el cáncer. La experiencia no se planteó como un ensayo clínico, de modo que no existen datos objetivos de los resultados, pero los facultativos observaron que la mayoría de los individuos experimentaba mejorías significativas en su enfermedad.

Hasta aquí algunos de los potenciales usos terapéuticos o preventivos de la meditación. Sin embargo, tanto el planteamiento budista como el de otras tendencias orientales en las que se emplea regularmente esta práctica va más allá. Su uso está asociado a un cambio de percepción de la realidad y a estimular los procesos de conciencia, algo que también interesa extraordinariamente a los científicos y que Goleman define como «conocimiento» de la existencia.

Uno de los personajes que parece aprovechar este aspecto de la meditación para sus creaciones es David Lynch, el famoso director de la serie Twin Peaks o de películas como Terciopelo azul confiesa que consagra 90 minutos diarios a meditar desde 1973 y según recoge la revista Time añade: «Consigo más ideas en niveles de conciencia más y más profundos y además, tienen más claridad y poder».

Lo que parece evidente es que este tipo de investigaciones se encuadran de lleno en la tendencia actual de lo que se denomina medicina integral o en un contexto más amplio, el estudio de la interacción mente-cuerpo. Después de siglos de divorcio entre estos dos aspectos que describen al ser humano, «los nuevos datos que proporcionan las neurociencias están matando el dualismo cartesiano», afirma Goleman. «El cerebro junta las emociones y los pensamientos. Los mismos circuitos que nos permiten pensar, nos permiten sentir», añade. Aunque explica que «el Dalai Lama insiste en que los científicos pueden saber todo sobre el cerebro, pero algunos niveles de conciencia no están limitados a este órgano». Quizá en las próximas décadas la neurociencia tendrá que traspasar los límites del cráneo.

La mística de la red neuronal

Los cambios cerebrales que produce la práctica habitual de la meditación tienen algunos puntos en común con los que se observan en el estado de iluminación o éxtasis místico. Lo cual no es extraño puesto que una de las vías para alcanzar el más alto nivel de abstracción es la meditación, como fue el caso de Buda, pero no es ni mucho menos el único.

En Oriente y en Occidente. Desde las tribus africanas con sus danzas hasta Santa Teresa de Jesús entregada a la oración, pasando por el ascetismo de los yoguis y por los chamanes indios bajo los efectos del peyote , todos buscan alcanzar el éxtasis y con él entrar en contacto con su dimensión espiritual.
En su libro La Conexión divina, Francisco J. Rubia, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, repasa todas las investigaciones realizadas al abrigo de una nueva disciplina denominada neuroteología, cuyo objetivo es desvelar los mecanismos neurobiológicos de las experiencias místicas.

«La conexión divina se encuentra en ciertas áreas del lóbulo temporal», afirma Rubia. Al igual que ocurre con la meditación, esta región está desactivada en el momento del éxtasis. La consecuencia es la pérdida del sentido de unicidad y el sentimiento de unión con el resto de universo. Además, la estimulación del lóbulo temporal deja vía libre al mundo de las emociones y de la sensorialidad. Al mismo tiempo, se desconectan todos los circuitos cerebrales situados en los lóbulos parietales que limitan y clasifican todo lo que viene del exterior. Así, el individuo entra en un estado en el que percibe con extraordinaria intensidad y riqueza todo lo que le rodea. Se pierde el sentido del espacio y del tiempo y es frecuente que se visualicen imágenes extraordinariamente luminosas.

Comparado con la meditación «la iluminación es un salto cualitativo», asegura Rubia y añade que se ha visto que la cualidad del éxtasis es un cambio de comportamiento inmediato en la persona que lo experimenta. «Se vuelve más compasiva», añade. Curiosamente ésta es una de las cualidades que destacan Davidson y Goleman de los budistas con los que han trabajado.

En principio cualquier persona tiene la capacidad de vivir este tipo de experiencias espirituales profundas. Sin embargo, tal como señala Rubia, parece que la gran importancia que se ha dado, fundamentalmente en Occidente, al pensamiento racional y analítico ha adormecido los centros neuronales que sirven de enlace con esa otra realidad. Otras culturas, por el contrario, han dado un gran valor a esta capacidad y la han cultivado.

El método para la abstracción

Existen numerosos métodos para meditar, algunos de ellos procedentes directamente de las antiguas tradiciones y otros de creación más reciente surgidos de los anteriores. En general, se establecen dos grandes grupos de técnicas. Por un lado, las que emplean un objeto en el que fijar la concentración. Éste puede ser una palabra, un texto, la propia respiración o incluso,algo externo, como una vela. De este modo, se detiene el bullicio mental que normalmente nos acompaña y se logra un estado de calma y relajación.

Un ejemplo de este tipo de métodos es la meditación trascendental. Cuando una persona aprende la técnica, el instructor le proporciona una palabra que se denomina mantra que será el objeto de la concentración. Otra forma diferente es la meditación mientras se camina. En ella, la atención se centra en cada paso, en el más mínimo movimiento y en las sensaciones que se experimentan.

Por otro lado, se encuentra la meditación introspectiva. En este caso, el objetivo no es detener la mente sino que se dejan discurrirr libremente los pensamientos, pero sin detenerse en ellos y sin juzgar su contenido. El meditante es un simple espectador. De este modo, la atención se centra en el momento presente y desaparecen las preocupaciones por el futuro. En este grupo se incluyen técnicas como Vipassana, cuyo origen se atribuye a Buda, que ha sido el método elegido para los experimentos de Davidson y el único del que, según él mismo, existen datos científicos. Una técnica similar, pero surgida en Japón de la mano de la filosofía Zen es el ZaZen.

Estos son algunos métodos tradicionales accesibles para cualquier persona sin necesidad de tener que convertirse o profesar ninguna creencia. Es más, Michael Hyland, un profesor de salud psicológica de la Universidad de Plymouth, en Reino Unido, explicaba a la revista Time que «si te quedas mirando a un punto en el otro lado de la habitación y dejas de hablar y de pensar, estarás meditando».


Fuente: Artículo de Angela Boto publicado en el suplemento Salud del periódico El Mundo

23/5/07

Informe Amnistía Internacional 2007: La política del miedo crea un mundo peligrosamente dividido


Los gobiernos poderosos y los grupos armados están fomentando deliberadamente el miedo para erosionar los derechos humanos y crear un mundo cada vez más polarizado y peligroso. Así lo ha manifestado Amnistía Internacional al presentar su Informe 2007, en el que realiza su evaluación anual sobre la situación de los derechos humanos en el mundo.

"Mediante unas políticas cortas de miras que siembran el temor y la división, los gobiernos están socavando el Estado de derecho y los derechos humanos, alimentando el racismo y la xenofobia, dividiendo a las comunidades, intensificando las desigualdades y sembrando las semillas de más violencia y conflictos", ha declarado Irene Khan, secretaria general de la organización.

"La política del miedo está generando una espiral descendente de abusos contra los derechos humanos en la que ya ningún derecho es intocable y donde nadie está a salvo."

"La 'guerra contra el terror' y la guerra de Irak, con su catálogo de abusos contra los derechos humanos, han creado profundas divisiones que arrojan una sombra sobre las relaciones internacionales y dificultan aún más la resolución de conflictos y la protección de la población civil."

Marcada por la desconfianza y la división, la comunidad internacional se ha visto demasiado a menudo impotente, o no ha mostrado la suficiente voluntad, frente a las grandes crisis de derechos humanos de 2006, ya sea en conflictos olvidados como los de Chechenia, Colombia y Sri Lanka, o en los más destacados, como los de Oriente Medio.

La ONU tardó semanas en reunir la voluntad suficiente para pedir un alto el fuego en el conflicto de Líbano, en el que perdieron la vida aproximadamente 1.200 civiles. La comunidad internacional no se atrevió a abordar el desastre de derechos humanos derivado de las severas restricciones a la libertad de circulación de la población palestina en los Territorios Ocupados, los implacables ataques del ejército israelí y la lucha entre facciones de grupos palestinos.

"Darfur es una herida sangrante en la conciencia del mundo. El Consejo de Seguridad de la ONU se ve obstaculizado por la desconfianza y el doble juego de sus miembros más poderosos. El gobierno de Sudán está jugando con la ONU, y mientras tanto 200.000 personas han muerto, la cifra de desplazados supera los dos millones, y los ataques de la milicia se extienden a Chad y la República Centroafricana", ha manifestado Irene Khan.

Y aprovechándose del arco de inestabilidad que se extiende desde las fronteras de Pakistán hasta el Cuerno de África, los grupos armados han mostrado su poderío y han perpetrado abusos masivos contra los derechos humanos y el derecho internacional humanitario.

"A menos que los gobiernos aborden los agravios de los que se alimentan estos grupos, a menos que proporcionen un liderazgo efectivo para hacer que estos grupos rindan cuentas de los abusos que han cometido, y a menos que se muestren ellos mismos dispuestos a rendir cuentas de sus propios actos, se presenta un sombrío panorama para los derechos humanos", ha manifestado Irene Khan.

En Afganistán, la comunidad internacional y el gobierno afgano desaprovecharon la oportunidad de crear un Estado efectivo basado en los derechos humanos y el Estado de derecho, y dejaron a la población sumida en una corrupción y una inseguridad crónicas y a merced de unos renacidos talibanes. En Irak, las fuerzas de seguridad incitaron a la violencia sectaria en lugar de reprimirla, el sistema de justicia se demostró absolutamente inadecuado, y las peores prácticas del régimen de Sadam (la tortura, los juicios injustos, la pena capital y las violaciones sexuales impunes) continuaron inabatibles.

"En muchos países, la política del miedo está avivando la discriminación, ensanchando el abismo entre 'quienes tienen' y 'quienes no', entre 'ellos' y 'nosotros', y está dejando desprotegida a la población más marginada", ha manifestado Irene Khan.

Tan sólo en África, cientos de miles de personas fueron desalojadas por la fuerza de sus casas sin el debido proceso, sin indemnización y sin refugio alternativo, en muchos casos en nombre del progreso y el desarrollo económico.

La clase política jugó con el temor a la migración incontrolada para justificar la aplicación de medidas más estrictas contra solicitantes de asilo y refugiados en Europa occidental, mientras que los trabajadores y trabajadoras migrantes sufrieron desprotección y explotación en todo el mundo, desde Corea del Sur hasta la República Dominicana.

La brecha entre musulmanes y no musulmanes se hizo más profunda, avivada por las estrategias antiterroristas discriminatorias de los países occidentales. En todo el mundo aumentaron los casos de islamofobia, antisemitismo, intolerancia y ataques a minorías religiosas.

En Rusia se produjeron numerosos delitos de odio contra extranjeros y en otros países de Europa proliferaban la segregación y la exclusión de la comunidad romaní, ilustrando la flagrante inacción de los dirigentes a la hora de combatir el racismo y la xenofobia.

"La creciente polarización y el aumento del temor por la seguridad nacional redujeron el espacio para la tolerancia y el disentimiento. En todo el mundo, desde Irán hasta Zimbabue, muchas voces independientes sobre derechos humanos fueron silenciadas en 2006", ha declarado Irene Khan.

La libertad de expresión se vio sometida a diversas formas de represión, desde el procesamiento de escritores y defensores de los derechos humanos en Turquía, hasta el homicidio de activistas políticos en Filipinas, pasando por el constante acoso, vigilancia y, a menudo, encarcelamiento de quienes defienden los derechos humanos en China, y por el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya y las nuevas leyes que regulan las ONG en Rusia. Internet se convirtió en la nueva frontera en la lucha por el derecho a disentir, con la detención de activistas y la actuación de empresas en connivencia con los gobiernos para restringir el acceso a la información en la web en países como China, Irán, Siria, Vietnam y Bielorrusia.

La represión "a la antigua" cobró nueva vida bajo la forma de lucha contra el terrorismo en países como Egipto, mientras que, en Reino Unido, unas leyes antiterroristas de muy vaga definición constituían una amenaza potencial a la libertad de palabra.

Cinco años después de los atentados del 11 de septiembre, en 2006 surgieron nuevos datos sobre la manera en que el gobierno estadounidense trataba el mundo como un campo de batalla gigante de su "guerra contra el terror", secuestrando, deteniendo, recluyendo arbitrariamente, torturando y transfiriendo a sospechosos de una prisión secreta a otra por todo el mundo e impunemente, en lo que Estados Unidos ha dado en llamar "entregas extraordinarias".

"Nada ilustra mejor la globalización de las violaciones de derechos humanos que la 'guerra contra el terror' encabezada por Estados Unidos y el programa estadounidense de 'entregas extraordinarias', en el que están implicados gobiernos de países tan distantes como Italia y Pakistán, Alemania y Kenia", ha manifestado Irene Khan.

"Las estrategias antiterroristas perversas apenas han logrado reducir la amenaza de la violencia o garantizar la justicia para las víctimas del terrorismo, pero sí han hecho mucho daño a los derechos humanos y al Estado de derecho en todo el mundo."

Amnistía Internacional ha pedido a los gobiernos que rechacen la política del miedo e inviertan en instituciones de derechos humanos y en el Estado de derecho en los ámbitos nacional e internacional.

"Hay señales esperanzadoras. Las instituciones europeas han creado un impulso en favor de la transparencia y la rendición de cuentas en cuanto a las 'entregas extraordinarias'. Gracias a la presión de la sociedad civil, la ONU acordó elaborar un tratado para controlar las armas convencionales. En una serie de países, los nuevos dirigentes y cámaras de representantes que han llegado al poder tienen la oportunidad de reparar la ausencia de liderazgo que ha asolado los derechos humanos en los últimos años. El nuevo Congreso de Estados Unidos podría tomar las riendas para establecer una nueva tendencia, restaurando el respeto por los derechos humanos tanto en su país como en el extranjero", ha declarado Irene Khan.

"Igual que el calentamiento global requiere una acción mundial basada en la cooperación internacional, el derretimiento de los derechos humanos sólo puede abordarse mediante la solidaridad mundial y el respeto del derecho internacional."


Fuente: Amnistía Internacional

22/5/07

Ecología interior, por Frei Betto


Olvida por un minuto la polución del aire y del mar, la química que contamina la tierra y envenena los alimentos, y medita: ¿Cómo anda tu equilibrio ecobiológico? ¿Has dialogado con tus órganos internos? ¿Has acariciado tu corazón? ¿Respetas la delicadeza de tu estómago? ¿Acompañas mentalmente a tu flujo sanguíneo?

¿Están contaminados tus pensamientos? ¿Son ácidas tus palabras? ¿Agresivos tus gestos? ¿Cuántas cloacas fétidas corren por tu alma? ¿Cuántos escombros -pesares, ira, envidia- se amontonan en tu espíritu?

Examina tu mente. ¿Está descontaminada de ambiciones desmedidas, de pereza intelectual y de intenciones inconfesables? ¿Manchan de lodo tus pasos los caminos, dejando un rastro de tristeza y desaliento? ¿Se intoxica tu humor de rabia y de arrogancia? ¿Dónde están las flores de tu bienamar, los pájaros posados en tu mirada, las aguas cristalinas de tus palabras? ¿Por qué tu temperamento hierve con frecuencia y expele tanto hollín por las chimeneas de tu intolerancia?

No desperdicies la vida quemando tu lengua con las manchas de tus comentarios infundados sobre la vida ajena. Preserva tu ambiente, avanza en tu calidad de vida, purifica el espacio por donde transitas. Limpia tus ojos de las ilusiones de poder, fama y riqueza, antes de que quedes ciego y tus pasos se desvíen del camino no señalizado de los rumbos de la ética. Ella está llena de agujeros y puedes enterrar tu camino en uno de ellos.

Tú eres, como yo, un ser frágil, aunque tengas por fuertes a los semejantes que merecen tu pleitesía. Todos estamos hechos de barro y soplo. Finos vasos de cristal que se rompen al menor roce: una palabra descuidada, un gesto que golpea, una desconfianza que perdura.

Gracias al Espíritu que moldea y anima tu ser, el vaso quebrado se reconstruye, entero, si fueras capaz de amar. Primero a ti mismo, impidiendo que tu subjetividad se ahogue en las mareas negativas. Después a tus semejantes, ejercitando la tolerancia y el perdón, sin sacrificar nunca el respeto y la justicia.

Libera tu vida de tanta basura acumulada. Tira por la ventana las cajas que guardan pesares y tantas fichas de tu contabilidad con los supuestos débitos del otro. Vive tu día como si fuese la fecha de tu renacer a lo mejor de ti mismo, y los otros te recibirán como don de amor.

Practica el difícil arte del silencio. Deslígate de las preocupaciones inútiles, de los recuerdos amargos, de las inquietudes que trascienden tu poder. Recógete en lo más íntimo de ti mismo, sumérgete en tu océano de misterio y descubre, allá en el fondo, el Ser Vivo que da fundamento a tu identidad. Conserva esta enseñanza: a veces es necesario cerrar los ojos para ver mejor.

Acoge tu vida como es: una dádiva involuntaria. No pediste nacer, y ahora no deseas morir. Haz de esa gratuidad una aventura amorosa. No sufras dando valor a lo que no tiene importancia. Trata a todos como iguales, aunque estén revestidos ilusoriamente de nobleza o se muestren realmente como seres carcomidos por la miseria.

Haz de la justicia tu modo de ser y no te avergüences nunca de tu pobreza, de tu falta de conocimientos o de poder. Nadie es más culto que otro. Lo que existen son culturas distintas y socialmente complementarias. ¿Qué sería del erudito sin el arte culinaria de la cocinera analfabeta? Tu riqueza y tu poder residen en tu moral y dignidad, que no tiene precio y te atraen aprecio.

Pero ármate de indignación y de esperanza. Lucha para que todos los caminos sean aplanados, hasta que la especie humana se descubra como una sola familia, en la que todos, a pesar de las diferencias, tengan iguales derechos y oportunidades. Y convéncete de que todos convergimos hacia Aquel que, supremo Tópico, nos impregnó de esa energía que nos permite conocer la abismal diferencia que hay entre la opresión y la liberación.

Convierte cada segundo de tu existir en una oración. Y tendrás fuerza para expulsar a los vendedores del templo, para obrar milagros y diseminar la ternura como plenitud de todos los derechos humanos. Aunque estés rodeado de adversidades, si preservas tu ecobiología interior serás feliz, porque tendrás en tu corazón tesoros inexpugnables.


Frei Betto es escritor, autor de "Sabor de uvas", entre otros libros.
QUIÉN ES FREI BETTO

El escritor brasileño Frei Betto es un fraile dominico, conocido internacionalmente como teólogo de la liberación. Autor de 53 libros de diversos géneros literarios -novela, ensayo, policíaco, memorias, infantiles y juveniles, y de tema religioso en dos acasiones- en 1985 y en el 2005 fue premiado con el Jabuti, el premio literario más importante del país. En 1986 fue elegido Intelectual del Año por la Unión Brasileña de Escritores.

Asesor de movimientos sociales, camo las Comunidades Eclesiales de Base y el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra, participa activamente en la vida política del Brasil en los últimos 45 años. En los años 2003 y 2004 fue asesor especial del Presidente Luiz Inácio Lula da Silva y coordinador de Movilización Social del Programa Hambre Cero.


Fuente: Adital

21/5/07

El Centro de Estudios Místicos de Avila celebrará un Congreso Internacional de Mística en octubre


El Centro Internacional de Estudios Místicos de Avila (CIEM) celebrará del 26 al 28 de octubre el Congreso Internacional 'La mística, (Ou)-Topos del Encuentro Interreligioso', que estará centrado en la interpretación de la mística como espacio de encuentro entre religiones.

En un comunicado, el Centro Internacional de Estudios Místicos de Avila subrayó hoy que el congreso dedicará una atención especial a la danza y música sagradas, con motivo del 800 aniversario del poeta místico del Islam y fundador de la orden de los derviches danzantes, Yalal ud-Din Rumí.

El director del Congreso, Javier Melloni, destacó que este congreso 'se propone mostrar cómo el acercamiento al núcleo que configura a cada religión permite abrirse y entrar en sintonía y comunión con las demás'.

A su juicio, 'la dimensión mística se manifiesta como un punto asintótico entre las diversas tradiciones, donde éstas, atraídas a la vez que sobrepasadas por el Misterio de lo Real, pueden dialogar y colaborar juntas en la transformación de lo humano'.

Durante este simposio intervendrán también el antropólogo y experto en religiones aborígenes Pedro Tomé, el rabino e investigador de la mística judía Gabriel Mazer, la profesora de filosofía María del Sagrario Rollán, el arabista e islamólogo Halil Bárcena y el estudioso del hinduismo Vicente Merlo.

También estarán presentes en Avila el experto en budismo tibetano Basili Llorca, el director del Centro de Estudios de las Tradiciones Religiosas, Mariano Corbí; la maestra zen y miembro de la Comunidad de Mujeres de Betania Ana María Schlüter Rodés y el director del Centro Darek-Nymba, Emilio Galindo.

El congreso del Centro Internacional de Estudios Místicos se celebrará entre los días 26 y 28 de octubre en el Auditorio de San Francisco de la capital abulense.


Fuente: Terra Actualidad - EFE

Más información sobre el Congreso y el Centro Internacional de Estudios Místicos

José María Castillo deja los Jesuitas


Harto de las presiones y descalificaciones del sector más conservador de la jerarquía, el teólogo jesuita José María Castillo ha pedido, a sus 78 años, dejar la Compañía de Jesús. Una solicitud que se le acaba de conceder, según la comunicación que estos días enviará el provincial de la Bética a todos los jesuitas de la región.

Castillo, uno de los más importantes teólogos de la Compañía, adscrito a la corriente de la Teología de la Liberación, deja de ser jesuita, según el canon 691. No es una exclaustración ni una secularización, sino una «petición de indulto», para que se le libere de los votos de pobreza y obediencia.

Así, el teólogo se convierte jurídicamente en un cura «vago», según el canon 277. Un sacerdote que no depende jurídicamente de ningún obispo, pero que sigue siendo cura, obligado, por tanto, al celibato.

«Vago, libre y maleante para algunos», dice su amigo y teólogo Luis Alemán. «Castillo quiere recuperar su libertad para poder respirar, porque se asfixiaba. No tanto en la Compañía cuanto en el clima actual de la Iglesia española, en la que se siente perseguido por los obispos y los grupos más conservadores».

En 1988, Castillo fue castigado por Roma con la retirada de le venia docendi para poder dar clases en la Facultad de Teología de Granada. Pero siguió siendo santo y seña del sector más abierto de la Iglesia, al que ha alimentado con sus libros y sus posturas proféticas públicas.

Críticas vaticanas

Según Alemán, «las tres gotas que hicieron desbordar su vaso fueron la reciente admonición vaticana a Jon Sobrino, la negativa jerárquica a que publicase Espiritualidad para insatisfechos en la editorial Sal Terrae de los jesuitas, así como las continuas descalificaciones que recibía desde La linterna de la Iglesia, el programa de información religiosa de la COPE».

Entre los jesuitas se siente su marcha. «Sentimos que haya decidido separarse de la Compañía», dice la nota del provincial. Y la carta del rector de la Facultad de Teología de Granada le recuerda que en ella «tendrá siempre las puertas abiertas».

Como dice Alemán, «no se va rebotado contra la Compañía. Se va por higiene mental. Es un nuevo caso Boff. Como él, Castillo se ha visto tan presionado que ha decidido romper con todo por salvaguardar su libertad». ¿Un profeta menos o un profeta mejor?


Fuente: Artículo de José Manuel Vidal publicado en Redes Cristianas

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