Tranquila, así podrás dedicarte un poco más a los niños. Una frase parecida es la que suele saludar a una mujer recién incorporada al paro, si su sueldo no era el único de la unidad familiar. Generalmente es pronunciada por otra mujer que, como ella, lleva años tratando de conciliar la vida profesional y la familiar sin más resultado que frustración, al observar que sus compañeros masculinos disfrutan de mejor sueldo que el suyo, y remordimiento, por el convencimiento de que no presta a sus hijos toda la atención que debiera.
Después de años de esfuerzo, de demostrar que somos tan válidas como los hombres, de prepararnos mejor y obtener mejores resultados académicos, seguimos ocupando los puestos más precarios y peor retribuidos del mercado laboral.
Ahora la crisis nos sorprende, como siempre, en inferioridad de condiciones. ¿Quién se atreve a reclamar jornada reducida cuando es el puesto de trabajo lo que está en juego? ¿Cómo exigir un sueldo más justo cuando cada noche se ruega por mantenerlo?
El miedo se adueña de la escena para paralizar nuestras reivindicaciones. El mismo temor que debemos vencer para plantar cara a los abusos empresariales, a las mezquindades y la miopía de los directivos o a la feroz competencia de los compañeros, sin tantas prisas por regresar a casa a tiempo para bañar a los niños o prepararles la cena.
Y así seguimos manteniendo nuestra guerra particular entre el rol de madre y el de profesional. Dilema desquiciante que los genes han tenido la gentileza de regalarnos y que nuestros hijos se encargan, cada día, de recordarnos. ¿Por qué tú nunca vienes a buscarme al cole?
Ella, la mujer que acompaña a los hijos al colegio, tampoco duerme bien últimamente. Cada noche, cuando su pareja llega de trabajar, le pregunta cómo le ha ido el día. Teme que mañana sea él quien pase a engrosar las cifras de los titulares de los diarios. Entonces ella buscará un empleo. Lo ha pensado infinidad de veces. No cree que consiga gran cosa, hace años que dejó de trabajar, cuando los críos eran pequeños y todo lo que ganaba se le iba en canguros y guarderías. Ahora, se conformaría con cualquier cosa. Un sueldo, sólo quiere un sueldo.
Conjurando el fantasma de la vida en la calle, se aferra a su mísera paga la mujer de 40 años, sola, en paro y con hijos a su cargo. Así la definen las estadísticas. Es el perfil medio de los perceptores de la renta mínima de inserción. Y aún se sabe con suerte, porque al menos no depende totalmente de la buena voluntad de familiares o amigos.
¿Se acordará mi marido de dar la merienda a los críos? La duda asalta a la mujer que ha ampliado la jornada reducida desde que su pareja perdió el empleo en la obra. Él no lleva bien esto de encargarse de los pequeños. No está acostumbrado. Y eso que ella, cada noche, les prepara la comida del día siguiente. Pero son demasiados cambios para asimilarlos en tan poco tiempo.
Todas ellas son, somos, múltiples caras femeninas de esta crisis. Y lo peor está por venir. Cuando arrecie la destrucción de empleo en el sector servicios, mayoritariamente femenino, o cuando la batalla por un puesto de trabajo sea tan brutal que arroje más mujeres a la cuneta, tradicionalmente menos competitivas que sus compañeros de profesión.
Hay quienes reconocen el papel de la mujer en la resolución de anteriores crisis. Como en la de los años 90, cuando la economía de muchos hogares logró sostenerse gracias a los empleos femeninos en el sector servicios o con la incorporación de la mujer a trabajos irregulares. Debe de ser cierto, aunque yo no recuerdo que nadie nos diera las gracias por el esfuerzo. Tampoco se las dieron a nuestras abuelas cuando salieron de casa para trabajar en las fábricas mientras los hombres luchaban en el frente. La guerra acabó, los hombres volvieron y ellas fueron condenadas, de nuevo, al ostracismo.
Esta crisis es una sacudida al sistema socioeconómico actual. Quizás, con tanto zarandeo, se abra una brecha para los conocimientos, la capacidad de resistencia y la inteligencia emocional de la mujer. Entonces podríamos, por el bien de todos, cambiar las normas del juego y no perpetuar para nuestros hijos los males de una sociedad que inocula el virus de la desigualdad desde la cuna.
Hay muchos modos de librar esta lucha. El hombre que no ayuda, sino que comparte las tareas del hogar. El jefe que premia la eficacia, no las horas. La mujer que cuando llega al poder, se exige no renunciar a su papel de madre. O el político que impulsa, con valentía y creatividad, medidas en favor de la conciliación.
Estas líneas no están escritas ni publicadas un 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Emma Riverola es creativa publicitaria y novelista, autora de Cartas desde la ausencia.
Fuente: Periódico El País
Me parece un artículo lamentable y bastante impropio de la línea del blog. Herencia de lo peor del cristianismo: culpabilizar.
ResponderEliminarEjemplo de la cultura de la queja y del lamento que no aporta nada de positivo. Misandría tópica y barata ("él" no sabe dar la cena a los niños, "ella" sí...). Típica mezcla de lo personal y lo impersonal -a quien hay que darle las gracias por la resolución de la crisis de los 90?, ¿a la Sra. Riverola? ¿a sus amigas? ¿Cómo debe ser ese agradecimiento- palabras, dinero...? ¿Quien debe ofrecer ese agradecimiento? ¿Zapatero? ¿Todos los varones españoles? ¿Con expresión pública de arrepentimiento y contrición?. Más aún: ¿Sólo las abuelas se sacrificaron?¿acaso nuestros abuelos les robaron un agradecimiento, eran zánganos, ladrones? ¿ellos no sufrieron ostracismo?Y otra: ¿Qué virus de desigualdad se inocula nada menos que desde la cuna? ¿Igualito que en Arabia Saudí? ¿O se trata de que los niños no disfruten de papá -y al revés- porque "les toca" pasarse el día currando para mantenerlos? ¿Que todavía lo disfrutarán menos si el matrimonio se rompe porque las leyes actuales bloquean la custodia compartida (y casa para ella, hipoteca para él)--
Lo impersonal -roles de género opresivos para ambos sexos- se personaliza para culpabilizar a los hombres y victimizar a las mujeres, declarándolas débiles y con el cerebro lavado (excepto la Sra Riverola y alguna otra despierta). Es decir, que el "enemigo" son los hombres, todos malos y astutos, no un sistema económico irracional que perjudica a ambos [felicidades por el artículo de Niño Becerra] y que sólo conjuntamente podrá ser superado y dejado atrás. Aunque si uno/a se queda en su status de víctima -con los derechos especiales (sin deberes) que conlleva- para qué va a querer trascenderlo...
Si leeis inglés y quereis profundizar este tema con buen humor os recomiendo http://www.pellebilling.com/2009/05/the-sweet-pink-rules-of-feminism/
Hola Enric, gracias por tu comentario, sabes que aprecio tus opiniones y las tengo en cuenta, pero en esta ocasión creo que tenemos puntos de vista diferentes, eso está bien y es natural, y si además lo compartimos por escrito en el blog se genera una polémica siempre interesante y enriquecedora del blog, y como este tema me interesa mucho te advierto que el comentario va a ser muy largo,
ResponderEliminarel artículo aborda una cuestión que me interesaba compartir, la vivencia de las mujeres de la crisis, por mi trabajo tengo contacto diario con mujeres paradas y puedo asegurar que lo que dice la autora es lo que cuentan esas mujeres, pero luego el artículo entra en otras cuestiones más polémicas pero con las que estoy básicamente de acuerdo,
dicho esto, creo que tu oposición es al feminismo en general, yo antes era muy de "ismos" pero ya no, el feminismo tiene muchas contradicciones, como todos los ismos e ideologías, y por ahí es por donde creo que vas, en efecto, para avanzar hay que transcender los roles, sistemas de creencias, y también el ver la vida en clave de víctimas y culpables,
pero también creo que faltan más artículos feministas en el blog, siempre pienso que publico pocas voces femeninas y feministas, también publico artículos ecologistas o pacifistas, por ejemplo, o católicos y budistas, y creo que también tienen sus contradicciones, como todo, en mi opinión porque no tienen en cuenta que Todo es Uno,
profundizando en el tema del feminismo, creo que lo primero de lo que se da cuenta uno cuando conoce y estudia el feminismo es que no hay un sólo feminismo, hay muchos, siendo su único punto de coincidencia la existencia de lo femenino, de modo que creo que no se puede decir que haya consenso sobre la "voz" característica de la mujer,
es evidente que vivimos en el mundo en una sociedad patriarcal desde hace miles de años, como antes existió el matriarcado por razones que no viene al caso comentar, creo que eso se ha estudiado bastante como todo lo relacionado con el sexo y el género, desde la antropología, la psicología, la filosofía, la biología, la historia de las religiones y las culturas, etc,
hace mucho tiempo leí un libro de Ken Wilber donde decía que un feminismo "integral" debería abordar las cuestiones de sexo y género desde cuatro perspectivas: conductual, cultural, social e intencional.
escribí hace mucho un artículo sobre el patriarcado, te copio una parte que aborda estas cuatro perspectivas, es un artículo muy antiguo, ahora no lo escribiría igual,
"Conductual.
Esta es la dimensión de los factores biológicos y hormonales, como los efectos de la testosterona y los estrógenos en el comportamiento individual del ser humano, y la mayoría estamos de acuerdo en que estos factores influyen pero no determinan sobre las diferentes pautas conductuales de ambos sexos, aquí tenemos que incluir también las constantes biológicas de que las mujeres dan a luz y amamantan a sus bebes, mientras que los hombres suelen tener mayor fortaleza y movilidad física, lo que explica los roles estadísticamente diferentes desempeñados por los hombres y las mujeres en la esfera privada y productiva (incluso en la actualidad en muchas sociedades estos factores biológicos siguen siendo claves)
Cultural.
Estos factores biológicos pueden verse transformados por poderosos factores culturales que, en muchos casos, fortalecen e incluso invierten las tendencias biológicas. Las diferencias biológicas se expresan con el término "sexo" y las diferencias culturales con el término "género". Del mismo modo, al hablar de los sexos biológicos decimos "varón" y "hembra" y a las diferencias culturales nos referimos con los términos "masculino" y "femenino". Debemos aceptar la existencia de diferencias de sexo biológicamente constantes (como que las mujeres dan a luz y que la tasa de testosterona de los varones es más elevada) pero que se ven modificados por efecto de los valores culturales. Hay que reconocer la influencia de las diferentes funciones biológicas, porque si todas las diferencias fueran construcciones culturales, el embarazo y la lactancia sería el fruto de una confabulación del patriarcado, lo cual es absurdo.
Social.
Pero los factores culturales se hallan fuertemente anclados en los componentes materiales de la sociedad, como las fuerzas de producción, las modalidades tecnológicas, las estructuras arquitectónicas, el sustrato económico, la ubicación geopolítica, etc. (todo esto es lo que llamamos social). El sistema social y la visión cultural del mundo se hallan íntimamente ligados y estos se hallan directamente relacionados con las cuestiones de género. Por ejemplo, las sociedades agrarias centradas en el arado ponen los medios de producción (el pesado arado que debe ser arrastrado por un animal) casi exclusivamente en manos del hombre, y en consecuencia la correspondiente concepción del mundo es marcadamente andrócentrica. Este enfoque integral nos permite descubrir que el fundamento tecno-económioco (entre otros) influye poderosamente a la hora de seleccionar los valores masculinos y femeninos que resultaran evolutivamente más ventajosos para una determinada sociedad. Las sociedades basadas en el caballo y el ganado, por ejemplo, priman la movilidad y la fortaleza física determinando, de ese modo, la importancia de los valores masculinos en el dominio productivo y público (sociedades patriarcales); del mismo modo, las sociedades hortícolas, cuya fuerza primaria de producción se basa en el cavar o la azada, recompensa la fuerza femenina de trabajo, pues incluso una mujer embarazada podría manejar fácilmente una azada sin efectos secundarios importantes (sociedades matriarcales).
Intencional.
Aquí hablamos del interior de los hombres y las mujeres, de su conciencia individual. Los hombres y las mujeres se desarrollan psicológicamente de manera similar, pero tienden a hacerlo con estilos y valores diferentes. Así, por dar un sólo ejemplo, un estudio realizado en Estados Unidos resume las diferencias interculturales existentes en las pautas conductuales de los adolescentes (que incluye desde los hábitos alimenticios hasta los tipos de amistad y los estilos de juego) con la reveladora frase de que "los chicos tienen alas, mientras las chicas tienen raíces". Los hombres tienden hacia la individualidad, alas, y las mujeres tienden hacia la relación, las raíces. En otras palabras, utilizando el lenguaje mítico, los hombres tienden hacia Eros y las mujeres tienden hacia Ágape. No debemos olvidar que tanto el hombre como la mujer pueden acceder a la individualidad y a la relación, así como a eros y ágape; que tiendan a centrarse en una u otra no significa que se trate de dos especies diferentes. Al contrario, debemos recordar continuamente tanto las profundas similitudes como las extraordinarias diferencias existentes entre los hombres y las mujeres y resistirnos al impulso de centrarnos en exaltar a unos desdeñando a las otras, y viceversa.
Son precisamente las diferencias básicas existentes entre la esfera de valor masculino y femenino (que los hombres tienden hacia la individualidad y a eros mientras que las mujeres tienden a la relación y a ágape) lo que, cuando se despliega a través de las estructuras básicas del desarrollo de la conciencia genera, bajo la influencia de las distintas concepciones del mundo y de los distintos estadios del desarrollo tecno-económico, las diferentes modalidades de género que pueden observarse históricamente a hombres y mujeres. Este enfoque feminista integral nos permite integrar gran número de factores cruciales en la discusión sobre el sexo y el género. En mi opinión, cualquier teoría y feminismo realmente global sobre el sexo y el genero debe tener en cuenta la profunda interacción existente en estos cuatro niveles: desde las diferencia hormonales a las concepciones del mundo, las modalidades de producción y las diferencias existentes en el desarrollo de la conciencia individual.",
si has llegado hasta aquí leyendo gracias por el interés,
saludos cordiales de Cristóbal
Es de agradecer el tono de tu contestación y sobre todo la profundidad de tus argumentos. Me parece que coincido totalmente contigo. Sobre todo, porque en mi evolución sobre mi valoración acerca del feminismo (antes me parecía un discurso totalmente emancipador) el autor que más me ha influido es Ken Wilber ¡y tu estás reproduciendo sus argumentos!. Como los dos estamos bebiendo de la misma fuente me parece que poca discrepancia vamos a tener. Por eso quiero matizarte que mi oposición no es al feminismo en general, como has dicho, sino a cierto feminismo (¡que Wilber me ha enseñado a ver!) que ha hecho un abuso de la culpabilidad y del victimismo. Como nos dice Wilber, hay muchos feminismos y entre ellos tampoco hay acuerdo. Por eso mismo soy muy crítico con esos discursos que, bajo la apariencia de discursos emancipadores, propagan ideología que reproduce los aspectos más regresivos y etnocéntricos de nuestra sociedad. Por desgracia esto no son sólo teorías. Observo como en España la misandria campa a sus anchas no sólo en los media sino –lo que es peor- en la legislación. Para el delegado del gobierno sobre violencia de género, Sr. Lorente Acosta, los hombres somos machistas si nos desentendemos de los hijos por trabajar, lo clásico, pero si queremos estar con ellos tras una separación entonces somos neomachistas. Por eso la custodia compartida únicamente es posible si la mujer está de acuerdo (el hombre no cuenta). Por eso mantienen –y así lo enseñan a los jueces desde el Consj. Gral del Poder Judicial- que el Síndrome de Alienación Parental (SAP) –que causa un daño terrible a los niños- es un invento de los machistas, y así no sólo invisibilizan este maltrato a la infancia, sino también los casos de madres que han perdido a sus hijos por SAP. Para esa gente, el único maltrato posible y existente es de del hombre a la mujer, nunca al revés, ni tampoco el de madre a hijo, o entre gays. Y la negación de estos otros maltratos alcanza un fanatismo asombroso, ya que contradice su dogma de que la mujer sólo puede ser víctima
ResponderEliminarMe haces pensar que tienes razón cuando dices que faltan artículos feministas en el blog, es cierto, pero como tu mismo has dicho, en todas las posturas hay contradicciones. Publicas sobre catolicismo –y muy bueno( lo de Leonardo Boff yo después lo reboto en Facebook y +)- , pero imagínate que publicaras cosas del Opus, o de un budismo etnocéntrico. Eso es lo que me ha parecido con el artículo que has reproducido. Por supuesto que hay un feminismo emancipador (http://donesigualtat.blogspot.com/, http://plafecom.blogspot.com/ ) , está el feminismo integral de Wilber, lo mismo que hay un catolicismo y un pacifismo emancipador, que tu has reflejado. Pero hay que andarse con cuidado puesto que una etiqueta “progre” no nos asegura un discurso verdaderamente liberador.
Espero que esta discusión enriquezca tu blog, y que continúes en la línea que hasta ahora has seguido.
Saludos cordiales
Gracias de nuevo, Enric, en efecto Wilber nos ha enseñado muchas cosas, sus primeros libros fueron iluminadores para mi,
ResponderEliminarla ley de violencia de género creo que es una especie de discriminación positiva para ayudar a solucionar este problema que tiene difícil solución porque los maltratadores actúan como terroristas suicidas, matan y luego se matan o se entregan voluntariamente a la policía,
los demás tipos de violencia en la familia se denomina violencia doméstica,
las discriminaciones positivas son siempre polémicas, pero en los países en los que se han impuesto para las mujeres, las minorías étnicas, etc, el resultado suele ser una mejora de las condiciones de vida de ese sector pero a la vez aumento de su sensación subjetiva de víctima, y esto es negativo, es paralizante, como todo hay que potenciar lo que tiene de positivo y evitar sus efectos negativos,
el tema de la custodia compartida lo conozco, tengo varios amigos separados que lo viven, y creo que va en la línea de lo dicho antes,
aprovecho para comentarte y comentar a las personas que nos leen, que he notado como nuestra generación, yo tengo ahora 46 años, descubrió el feminismo e intentó luchar por la igualdad, con muchas comillas, pero la generación que ahora anda por los 20 años parece, parece, que vuelve al machismo, ¿tú lo entiendes?,
gracias de nuevo por tus siempre interesantes comentarios,
un abrazo de Cristóbal
Tengo tu misma edad, y esta última pregunta a mi también me ha dejado perplejo durante mucho tiempo. Forma parte de este mi asombro que tantos hombres jóvenes acudan a la prostitución. Con la represión sexual del franquismo se podía entender, pero ¿ahora?!! Con mis últimas lecturas me aventuro a lanzar una hipótesis para contestar esa pregunta que veo difícil, me parece que tanto machismo entre la gente joven tiene que ver bastante con lo que Wilber llama la versión patológica de la masculinidad, siguiendo los estudios de Carol Gilligan. Es decir, en lugar del principio masculino sano que tiende a la fortaleza, la autonomía , independencia y libertad, se caen en la alienación, el dominio, el miedo patológico al compromiso y la destructividad
ResponderEliminarObservo muchísima desorientación entre los jóvenes, y no te digo entre los adolescentes, con los que yo trabajo. Por otra parte no veo en los media ningún modelo positivo de masculinidad, esto es especialmente sangrante para los adolescentes. De ahí ese desconcierto que observo. Se insiste machaconamente en los privilegios masculinos –como el artículo que he criticado- pero nunca se habla del sufrimiento masculino. Es lugar común decir que los hombre no han desarrollado herramientas para conectar con su emotividad (excepto los estallidos de ira...) pero ¿donde se pueden encontrar esas herramientas? ¿Que modelos hay? Yo solo veo un modelo, que es el gay: es sensible etc. Pero es un modelo que a muchos no sirve.
Ya he hablado antes de la misandria en los medios, de la legislación que a los hombres sólo les da deberes y no derechos, etc. Con este ambiente quizás no es de extrañar que los hombre jóvenes se retraigan y caigan en el principio masculino patológico.
En fin, es una hipótesis que todavía no tengo muy desarrollada y en muchos puntos debe ser incompleta o parcial, pero este debate entre nosotros me ha permitido elaborar una primera formulación.
Estoy convencido que la liberación de la mujer tiene ir acompañada de la liberación del hombre, sólo con el apoyo mutuo ambos podremos trascender roles arcaicos y opresores. Pero cuando sólo se insiste en una liberación (y encima se culpabiliza al otro) en lugar de coger un camino adelante se coge uno regresivo.
Saludos
Muy interesante tu reflexión, Enric, creo que tienes mucha razón en tu análisis, yo creo que a los jóvenes y adolescentes lo que más le influye es lo que ven en sus padres, en la tele, en su entorno, y ven mucho machismo todavía, por otro lado, el hecho de los gays ahora sean visibles, lo que no pasaba en nuestra juventud, les hace buscar diferenciarse y potenciar sus aspectos masculinos, pero como bien dices los aspectos patológicos de la masculinidad, por último, habría que hablar de qué masculinidad buscan las chicas jóvenes de ahora, eso debe influir bastante en la postura de los chicos,
ResponderEliminares un tema que me interesa bastante, tengo dos hijos adolescentes, gracias de nuevo por compartir tu interesante reflexión,
nos seguimos,
un abrazo de Cristóbal
No estoy del todo de acuerdo. Ven machismo y sobre todo ven desconcierto por unos roles que no se acaban de definir. En la tele no veo tanto machismo como una gran misandría, tan enorme que parece como "normal" y por tanto se invisibiliza. ¿Te imaginas Marge Simpson como una gorda perezosa e idiota? ¿A Bart siendo el buen estudiante en lugar de Lisa?.
ResponderEliminarTampoco me parece que quieran diferenciarse de los gays, creo que simplemente muchos no se aclaran. Al fin y al cabo los más homófobos son precisamente los que tienen una tendencia gay dentro que no quieren reconocer, "uno odia en los otros lo que proyecta de si mismo"; y por suerte me parece que la homofobia va de baja.
Esto de qué masculinidad buscan las chicas me parece muy interesante porque precisamente creo que influye muy bien a los chicos (además de tener buenos modelos masculinos. Por cierto, "Gladiator" de Russell Crowe, me pareció interesante, ya no se trata sólo del héroe viril que se carga a los malos, tiene sentimientos). Traté de hacer un ejercicio de este tipo con mis alumnos y me quedé asombrado cuando las chicas (3º ESO) decían que les gustaba que el chico fuera "un poco" celoso. Y ellas se quedaron asombradas de mi cara de asombro: "tu no nos entiendes, sólo un poquito"
Otro abrazo
El ejemplo de la película Gladiator y el actor Russell Crowe viene muy bien porque en efecto, era la primera vez que una peli de "romanos" tenia un modelo masculino positivo, creo que por eso gustó tanto a las chicas,
ResponderEliminarme ha encantado la anécdota final del asombro tuyo y de tus alumnas, quizá en el fondo es que no los conocemos, la gente joven es vanguardista por naturaliza, experimenta cosas nuevas, busca nuevas salidas, y en este mundo sin futuro debe ser duro ser joven, el otro día me preguntaba mi hijo de 19 años que va a ser de su generación si parece que la crisis va para largo y no hay empleo, con las amenazas ecológicas y económicas las esperanzas o el sólo hecho de pensar en el futuro es una ilusión, una quimera, merece más la pena vivir el presente, en fin,
nos seguimos,
Dejadme meter baza, tema muy interesante. Yo tengo a medio hacer un trabajo final para un curso de psicología yóguica que se titula "El yoga y lo masculino". El tema me llamó la atención a partir desde el momento que llegué al ashram donde se hace ese curso y ver que había un porcentaje 75%-80% de elemento femenino , e incluso quizás me quede corto. Por lo tanto, me planteé ese discurso que está muy en linea de lo que estáis debatiendo. Gracias por ayudarme a aclarar ideas.
ResponderEliminarSolo un apunte adicional, un reproche que hago muchas veces a mis amistades femeninas (empezando por las que se mueven en el entorno yóguico que a priori deberían de andar más avanzadas en ese aspecto) es que ellas son las que perpetúan tanto a nivel educacional como a nivel de pareja el modelo "macho-man". Se les llena la boca cuando dice que buscan un hombre sensible, generoso, cuidadoso……..pero luego sus hechos suelen distar bastante de ello. Por supuesto, y sin ánimo de generalizar, me temo que el instinto de cobijarse en el macho protector sigue ahí. Como siempre nos volvemos a encontrar con el miedo como barrera contra la evolución. El que tienen ellas, y como no, el que tenemos nosotros.
Un saludo
El miedo a la muerte y su contraparte, el deseo de inmortalidad, fue lo que ayudó a crear la familia y cumplir el deseo de perpetuarse en los hijos,
ResponderEliminarmuy interesante tu apunte,
un abrazo de Cristóbal