El incidente este fin de semana en la Cumbre Iberoméricana entre Hugo Chávez y el Rey de España ha subido de tono y sigue dando mucho que hablar. El famoso "¿Por qué no te callas?" es ya un éxito mediático. Para Chávez ahora lo más importante es sacar adelante su reforma constitucional, y según cuenta Ernesto Ekaizer en El País, el presidente venezolano acudió a la Cumbre con la intención de que ésta apoyara el sí en su referéndum, pero como no lo consiguió se agarró al desprestigiado Aznar, el Rey y las empresas españolas, agitando su bolivarismo frente al antiguo imperio español.
Para colmo, la derecha política española está utilizando este conflicto para atacar al gobierno de Zapatero, que se ve entre una extraña pinza entre Chávez y Rajoy. La derecha es capaz de utilizar todo para atacar a Zapatero, utilizando incluso la política exterior pidiendo un imposible, romper relaciones con Venezuela y Nicaragua y defender a las empresa españolas allí instaladas.
Hay organizaciones sociales que cuestionan el papel del Rey y del gobierno español en la defensa de la actividad de las empresas españolas en Latinoamérica, y recientemente se celebró el Tribunal Permanente de los Pueblos en Nicaragua contra una de ellas, Unión Fenosa.
Ya dijimos en una entrada anterior de este blog que reclamamos cambios en la actuación irregular de algunas empresas españolas en la región, pero lo que lamentamos profundamente es que esta anécdota ha ocultado las razones de fondo de la Cumbre Iberoaméricana. En América Latina hay 205 millones de pobres, 30 millones de ellos niños. ¿Quién se acuerda ahora de los niños de la calle?. España tiene una deuda histórica y moral con el pueblo latinoaméricano, y Zapatero se comprometió en la Cumbre a crear el Fondo del Agua, con 1.000 millones de euros, para agua potable, de la que carecen 58 millones de personas, y saneamiento. Y va a crear una base logística de ayuda humanitaria en Panamá. Además se acordó el Convenio de Seguridad Social que beneficiará a seis millones de emigrantes en países de la región. La Declaración de Santiago de Chile, firmada por todos los mandatarios, compromete a luchar contra la discriminación y la pobreza, mejoras sustanciales en educación, salud, vivienda, desarrollo humano y dignificación social.
Mientras nos entretenemos en la anécdota, parece que olvidamos los intentos de dignificación humana.
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Lleváis razón. De hecho el incidente con Chávez ha enmascarado el gesto del rey con Daniel Ortega, al levantarse justo cuando éste criticaba a Unión Fenosa. Aunque el gobierno haya promovido algunos acuerdos de justicia social, parece que la monarquía va por otro lado.
ResponderEliminarSaludos y felicidades por el blog.
Hay que seguir con atención este tema. Os agradecemos las palabras sobre nuestro blog, y más viniendo de un blog que seguimos con interés como el vuestro.
ResponderEliminarSaludos de Cristóbal