24/7/07

Obispos ultramontanos: El cardenal Cañizares acusa al Gobierno de ir contra la sociedad, por J.C. García Fajardo


No hay tregua de los obispos contra el Gobierno por la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Ayer se alzaron ante la afirmación del presidente Rodríguez Zapatero de que "ninguna fe se puede imponer a las leyes de la democracia", en respuesta a la llamada de los obispos a la objeción de conciencia contra esa asignatura.

"El laicismo tampoco puede estar por encima de la ley", le respondió ayer el cardenal Antonio Cañizares. El presidente del episcopado, Ricardo Blázquez, sentenció, por su parte, que la fe "se propone" y no "se impone" con una asignatura. ¿Qué habrá querido decir el Obispo melifluo porque nadie pretende "imponer" fe alguna con una asignatura para educar en la ciudadanía, sino, antes al contrario, mostrar y formar en los derechos humanos, políticos y sociales para que puedan vivir en libertad, en justicia social y en responsabilidad solidaria? ¿A qué temen los obispos? No hay más que leer los documentos oficiales de la Santa Sede desde el inolvidable y tremendo Syllabus. Que no digan que sus disparates han sido corregidos por el Concilio Vaticano II porque este Papa y esta Jerarquía ultramontana están intentando cargarse los mayores logros de aquel momento histórico: censura cerril hasta llegar a silenciar a teólogos insignes, restauración de ritos arcaicos en una lengua ininteligible para el pueblo, negación de la libertad de conciencia y de expresión, ocultamiento de auténticos crímenes nefandos de no pocos de sus clérigos, conceptos sobre el amor, la sexualidad y la vida afectiva propios de tiempos inquisitoriales, pretensión de ser los depositarios de la "única verdad" cargándose cualquier diálogo ecuménico... nostalgia de un control del poder político y, sobre todo, alejamiento estremecedor de la vida y el mensaje de amor y de liberación de Jesús de Nazaret...

Cañizares, arzobispo de Toledo, primado de España y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, reiteró su visceral oposición a la asignatura de Ciudadanía. "El Estado no puede imponer una formación moral que no haya sido elegida por los padres", dijo. Volvió a afirmar que la objeción de conciencia contra la nueva asignatura es un "medio legítimo reconocido y garantizado por el Tribunal Constitucional". Pues vanmos todos los ciudadanos a objetar en conciencia la financiación a cargo de los presupuestos del Estado, compuesto de una forma o de otra con las aportaciones de todos los ciudadanos, objetemos en conciencia el código de circulación, los impuestos, la obsoleta monarquía, las prebendas de tanto parásito en la política, el DNI, las listas cerradas, la financiación de los partidos, los privilegios de tanto zángano... que cada uno ponga lo que desee. Los obispos quieren imponer un menú para todos, nosotros, los ciudadanos, vamos a exigir "todo a la Carta de cada uno". Les da igual: "Matad a todos, Dios ya reconocerá a los suyos", como afirmó el Legado pontificio ante el exterminio de los cátaros.

Cañizares acusó al Gobierno "de ir en contra de la sociedad" y defendió el papel de la Iglesia "como impulsora de los derechos humanos" ¡qué cosas tiene uno que leer... si levantaran la cabeza León XIII, Pio IX, Pio X, etc.

Última monstruosidad y afirmación perversa del cardenal Cañizares, Educación para la Ciudadanía "atenta contra las libertades" y es "incompatible con la fe cristiana" por lo que "esta asignatura no puede imponerse al 80% de los padres que piden educación religiosa católica para sus hijos". ¡Su contubernio con los poderes sociales y políticos desde Constantino, su respaldo del capitalismo más montaraz y desalmado, su persecución implacable de la mayor parte de esos derechos humanos durante siglos, las ingentes riquezas de algunas de sus diócesis en el mundo y la acción deletérea de muchas de sus organizaciones "de laicos". Creo en conciencia y con la experiencia de mi edad, formación y responsabilidades sociales, que están alimentando un fuego muy peligroso, aunque pudiera ser cauterizador e iniciático para recuperar el "rostro de Jesús", que no es la tropa de personajes como Cañizares y Cía.

Respaldamos la advertencia de la vicepresidenta del Gobierno ante la amenaza de "una supuesta objeción de conciencia", de que, en un Estado democrático, el "peso de la ley" recae sobre quien no la cumple. Pero ante todo y sin que pase un día más: Denuncia de los Acuerdos con el Vaticano, ya.


Fuente: Blog de José Carlos García Fajardo. Profesor de Pensamiento Político y Social (UCM) y Director del Centro de Colaboraciones Solidarias

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