Hoy publica el periódico El País un interesante artículo titulado La información oficial no es secreto de Estado, escrito por Francesco Manetto. El periodista entrevistó previamente a José Luis Blanco, del equipo de propuestas de Democracia real ya, y en el artículo se dice:
"Una cuestión que los indignados empiezan a plantearse seriamente respecto al derecho a la información de los ciudadanos es la auditoría independiente de la deuda de las instituciones y de las Administraciones. “Para intentar saber qué ha pasado realmente en España, por qué hemos llegado hasta esta situación y qué se puede hacer”, agrega Blanco.
En efecto, Democracia real ya tiene un equipo de trabajo en el que participan conocidos economistas auditando la deuda pública española. Estos son los datos del Banco de España de "deuda externa bruta" (lo que debemos al exterior) desglosado por sector deudor. 1'7 billones de euros. De deuda externa neta (lo que debemos menos lo que nos deben) la cifra se queda en 0,9 bn. Recuerdo que ese dinero no lo deben los gobiernos que lo han pedido, lo debemos todos los españoles. Cuanto antes aceptemos que no podemos pagar toda esa deuda mejor, es inevitable hacer una quita, y la deuda odiosa puede ser un buen argumento.
La película documental “Debtocracy”, que insertamos al final de este artículo, realizada por Aris Chatzistefanou & Katerina Kitidi, resulta indispensable de ver. Este documental nos muestra un excelente análisis de la situación en la que se encuentran los países periféricos de Europa y concretamente Grecia donde destacadas personalidades como Eric Toussaint, Costas Lapavitsas, David Harvey y Samir Amin, entre otros, analizan las causas que arrastraron a Grecia a la situación de endeudamiento público que para el año 2012 puede llegar al 160% del PIB.
Pero lo más interesante del documental, absolutamente imprescindible para poder reivindicar con conocimiento de causa las consecuencias de esta forma de neocolonización financiera, llamada Deudocracia y cómo defendernos ante ella, es la introducción de un concepto en derecho internacional llamado “Deuda odiosa” (“odious debt”).
Este concepto que se conoce como la deuda odiosa, fue inventado por Estados Unidos en 1898 contra España, para evitar el pago de las indemnizaciones que exigía Primo De Rivera por su derrota en Cuba. En períodos recientes Estados Unidos ha seguido aplicando este concepto de Deuda Odiosa, y el caso más emblemático es el de Irak: se consideró que la deuda externa de Irak era una “deuda odiosa”, contraída por el dictador Sadam Hussein, y que por tanto no correspondía pagar (aquí perdieron Francia, Alemania y Rusia, pero acataron la orden de Estados Unidos, con tal de no volver a nombrar esa idea de deuda odiosa que podía revindicar otros países). El gobierno de George W.Bush destinó esos recursos para la llamada “reconstrucción de Irak”.
La deuda odiosa, la corrupción, las costumbres y el destino de euro, son tomados en este documental que da una interesante vuelta de tuerca al tema económico que hoy conmociona a Europa.
El ejemplo de Ecuador y la Deuda odiosa
El documental recuerda el caso de Ecuador, y la propuesta desafiante del presidente Rafael Correa, que expulsó de Quito a los delegados del FMI y del Banco Mundial, por exigir al país que los recursos del petróleo ecuatoriano se destinaran al servicio de la deuda. Curiosamente uno de estos delegados del Banco Mundial se encuentra ahora en Atenas exigiendo al gobierno la aceptación del plan de restricciones para acceder al “rescate” de la troika. Un rescate que lejos de inyectar dinero a la economía griega es para salvar a los grandes bancos de Alemania y Francia.
El año 2006, el presidente ecuatoriano reaccionó a la enorme deuda pública del país, con una serie de acciones que tuvo como primer objetivo la protección de los derechos del pueblo del Ecuador. En primer lugar, Correa decidió que los fondos de los recursos naturales del país (como el petróleo) se destinaran para las políticas públicas de educación y salud, y no para el pago de la deuda. En segundo lugar, Correa decidió que sólo el 20% del presupuesto anual, se debía destinar al pago de la deuda, en lugar de 50% que exigía el FMI y el BM. En tercer lugar, organizó un comité para analizar la deuda pública, en el cual se descubrieron muchas operaciones ilegales, con préstamos solicitados a nombre del país y que tenían un caracter netamente privado dado que beneficiaban a la minoría más opulenta (como cuenta John Perkins en sus confesiones), pero que no aportaban un auténtico beneficio social. Pese a todos los obstáculos de la comunidad internacional, Ecuador fue capaz de demostrar la corrupción de estas acciones lo que significó un ahorro de 7.000 millones de dólares.
La definición de las deudas odiosas según consta en la actualidad es la siguiente:
"Las deudas odiosas son aquellas contraídas en contra de los intereses de la población de un país, sin el consentimiento de los ciudadanos y con pleno conocimiento por parte de los acreedores. De esta forma, estas deudas no pueden hacerse valer contra un estado deudor."
Las ciudadanas y ciudadanos tienen derecho a saber, por la parte de deuda que han contraido en su nombre, porqué existen esas deudas, en qué se han gastado, a quién ha beneficiado, si ha habido corrupción como se está viendo en Grecia, qué papel han jugado los bancos, etc. Exiijimos total transparencia con las deudas públicas.
Y que quede clara una cosa, si hay "deuda odiosa" en España los ciudadanos esa deuda NO la pagamos, no somos mercancía en manos de políticos y banqueros.
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En Twitter: #deudocraciano
Excelente texto, sintético, fácilmente comprensible y proactivo.
ResponderEliminarUn abrazo.