La actividad política se complica en España por la cercanía de las elecciones del 9 de marzo. El Partido Popular se desprende de Gallardón, el político popular más valorado por los ciudadanos, y ficha a Pizarro para ministro de economía, un multimillonario que acaba de cobrar muchos más millones de euros por dejar la empresa en la que trabajaba.
El PSOE se esfuerza en dar una imagen moderada pero los acontecimientos le obligan a apoyar a las mujeres que abortan, o distanciarse de la Iglesia. Se diría que hay una polarización ideológica clara para ofrecer dos modelos bien diferenciados a los electores.
Al PP le votan muchas personas en España, y no todas son de extrema derecha, ni mucho menos. Pero esos también les votan. Su espacio electoral es muy amplio. El rechazo al socialismo y a Zapatero une mucho, pero no es suficiente. Tiene que haber unos principios claros a defender, y ante muchos problemas sociales las respuestas desde la derecha extrema y el centro derecha son muy distintas. Tarde o temprano el partido se tiene que romper por uno de los lados. Como el sector duro ha crecido y tiene más fuerza, Rajoy ha optado por desechar la moderación, encarnada en Gallardón, pero también en Piqué y otros. Es la doctrina neocon que tan bien conoce Aznar: el centro no existe.
Los aliados que ha buscado Rajoy y el PP en esta legislatura le han marcado el terreno. Gran parte de la Iglesia católica, algunas asociaciones de víctimas muy politizadas, medios de comunicación influyentes y extremistas, sectores del poder judicial agarrados al sillón, y gentes de la extrema derecha fuera del PP que se han unido frente al enemigo común. Ya no puede salir de ahí, al menos con las mismas personas dirigiendo el partido.
El enemigo común es Zapatero y los socialistas. Zapatero representa lo que no es España para ellos. Para la derecha española, que es muy nacionalista, ser español es ser patriota, anticatalán y antinacionalismos periféricos en general, lejano de Europa y cercano a EE.UU., miembro de la Iglesia católica, defensor de la familia tradicional, partidario de la competitividad en la economía y de promover la excelencia frente al igualitarismo. Todo ello con un poder político central fuerte y con autoridad.
Zapatero y el PSOE, sin embargo, representa un proyecto más integrador de las diferentes sensibilidades nacionalistas en España, un poder más flexible, favorecedor de la autonomía personal, más laico, cercano a Europa y los países no poderosos. En la economía el proyecto no es muy distinto al del PP, pero no deja a su suerte a los menos favorecidos, es más igualitario, aunque eso perjudique un poco la competitividad y la excelencia.
¿Qué modelo triunfará el 9 de marzo?. La mayoría de las encuestas dicen que hay empate técnico o cierta diferencia a favor del PSOE. Todavía queda mucha campaña y pueden pasar muchas cosas. La situación se va a poner mucho más dura. En opinión del editor de este blog, el PP de Rajoy representa un modelo político que puede triunfar en EE.UU. pero difícilmente lo hará en España. Los norteamericano admiran a los hombres hechos a si mismos y con éxito en la vida, sobre todo en lo económico, y quieren un presidente que sea también "comandante en jefe". En España estos sentimientos no están tan extendidos, nos solidarizamos con los éxitos colectivos, queremos líderes coherentes y no autoritarios, y no aceptamos fácilmente que un multimillonario dirija la política económica, no es imaginable a un Pizarro de ministro de economía hablando de la necesidad de moderar los salarios o decir que la indemnización por despido en España es muy cara.
pero pero pero chiquilin la politica no llega al cielo
ResponderEliminarBravo Cristobal,
ResponderEliminarHas sabido atemperar bien los términos y plantear con justicia las diferencias políticas. Es una pena que las alternativas válidas a esta polarización sean tan débiles, en cuanto a su poder de convocatoria.
Me vas a permitir compartir este artículo tuyo en mi blog
Un saludo.
Estoy de acuerdo contigo en la bipoliración de las elecciones. Es lastimoso estar entre Pinto y Valdemoro. Pero tengo mis dudas sobre la decisión de Rajoy. Pienso que estaba asustado de que Gallardón le hiciese sombra ¿no crees?
ResponderEliminarEstimado Pedro, gracias por reproducir el texto en tu blog,
ResponderEliminarSoledad, no estoy seguro de los motivos de la decisión de Rajoy, creo que son varios, uno de ellos es el que pudiese hacerle sombra, pero la presión del sector duro de su partido y los medios e instituciones que lo apoyan pueden haber pesado más.
Saludos de Cristóbal