23/10/08

Instituciones degeneradas, por José Carlos Garcia Fajardo

Los bancos ya saben que no hay poder político capaz de resistir la amenaza de la estabilidad económica. Por eso se frotan las manos, se reparten bonos y stocks options y sanean sus cuentas de resultados, a costa del Erario público. Altos directivos de Lehmann han tenido el cuajo de celebrar en estos días fiestas millonarias. Igual que los de Fortis, después de la catástrofe, se reunieron en el mejor hotel de Mónaco para un increíble festejo. ¿A qué juegan? Saben que tienen la sartén por el mango, y el mango también. Así ha sido siempre en la historia del capitalismo más salvaje. Bajo el indudable progreso técnico ocultaban la miseria, la explotación y el hambre de millones de personas para deslumbrar, como el Príncipe de Potenkín, a la zarina Catalina.

Cuando los financieros hablaban de quiebra del sistema se estaban refiriendo a sus propios balances, y cuando hablaban de confianza en realidad querían decir dinero, escribe Ignacio Camacho. Billones de euros públicos para sanear sus activos, cuadrar sus resultados y continuar como si nada hubiera pasado. Tantas vueltas para eso: las ideologías, el motín de los mercados, el fin de la Historia... todo se reducía a una factura. La cuenta de los platos rotos durante los años felices de la especulación, de la orgía de las hipotecas insolventes y los fondos de riesgo. La mano invisible del mercado era una mano extendida para recibir el importe de los desperfectos que ella misma había causado en sus días de euforia.

Y el Premio Nóbel, José Saramago, denuncia el “crimen financiero contra la humanidad” porque, si nos callamos, nos vomitarán nuestros hijos con merecidos reproches, porque habiendo podido tanto nos atrevimos a tan poco. Y desde el caos de un planeta saqueado y de muchedumbres hambrientas, debido a la explosión demográfica, nos preguntarán atónitos cómo no nos alzamos contra este sistema injusto y tiránico de unos financieros sin entrañas que dejaron exangüe a la economía mientras construían fraudulentas ingenierías financieras.

Llegaron tan lejos que los poderes públicos, las administraciones supraestatales y las instituciones de control como el FMI, el BM y los bancos centrales consintieron que el poder real fuera detentado por las oligarquías transnacionales que actuaron como meros ejecutores de las decisiones de los sanedrines.

Los perdedores, escribe el Premio Nóbel, “somos nosotros, que presenciamos, impotentes, el avance aplastante de los grandes potentados económicos y financieros, locos por conquistar más dinero y más poder, con todos los medios legales o ilegales a su alcance, limpios o sucios, normalizados o criminales… mientras que, los banqueros, los políticos, las aseguradoras, los grandes especuladores que, con la complicidad de los medios de comunicación social, respondieron en los últimos 30 años, cuando tímidamente protestábamos, con la soberbia de quien se considera poseedor de la última sabiduría”.

¿Se van a acabar por fin los paraísos fiscales y las cuentas numeradas? se pregunta Saramago. ¿Será implacablemente investigado el origen de gigantescos depósitos bancarios, de ingenierías financieras claramente delictivas, de inversiones opacas que, en muchos casos, no son nada más que masivos lavados de dinero negro, de dinero del narcotráfico?

Lo que está pasando, afirma con contundencia, es un crimen contra la humanidad que no son sólo los genocidios, los campos de muerte, las torturas, los asesinatos selectivos, las hambres deliberadamente provocadas, las contaminaciones masivas, las humillaciones como método represivo de la identidad de las víctimas.

Crimen contra la humanidad es el que los poderes financieros y económicos de Estados Unidos y de la UE, con la complicidad de sus gobiernos, han perpetrado contra millones de personas en todo el mundo.

Ahora sí que ‘un fantasma recorre el mundo’ y no sólo Europa, pero los responsables de esta hecatombe están dispuestos a “reinventar el capitalismo” con los mismos mimbres e idéntica codicia. No piensan en los seres humanos, en las sociedades, en el medio ambiente. Prescinden de las instituciones elegidas democráticamente y convocan a una conferencia en EEUU, claro, a los miembros del G8 y del G5 basados tan sólo en criterios económicos y no sociales. Saltan por instituciones, como la ONU y los gobiernos legítimamente representados en ella, y pretenden reedificar idénticos casinos financieros, una vez que los banqueros, recuperados de sus pérdidas, se disponen a seguir dictando el orden en un mundo cada vez más degenerado.


José Carlos Garcia Fajardo es Profesor Emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Director del Centro de Colaboraciones Solidarias (CCS), y edita el blog Jubilatería
Fuente: Blog Jubilatería

3 comentarios:

  1. Buenas tardes

    Ya se que no tiene ninguna trascendencia, pero mis ahorrillos los he retirado de la cuenta y los tengo guardados debajo un ladrillo en casa y ahi seguiran.

    Un saludo
    Jordi Gascon

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  2. Los banqueros pueden “decir misa”, pero lo cierto es que las bolsas galopan cuesta abajo, y no hay nada que las frene.
    Debo confesar que siento una irracional alegría, frente a la inminente catástrofe.
    Soy consciente de la tragedia que nos espera, de la que ni mi familia ni yo nos libramos, y aún así siento que caminamos todos a enfrentarnos con la -autentica realidad-. Hemos estado sordos al clamor de miles de millones de personas, que no pedían más que, poder vivir. Nosotros nos ocupábamos de ellas, nada más que para “hacer negocio”, un abominable negocio. Digo nosotros, pero a mi clase, la clase obrera, se le puede pedir muy poca responsabilidad, porque no la ha tenido en las decisiones abominables.
    La clase obrera, como siempre, somos los que limpiamos el vomito inmundo, de la orgía millonaria de la burguesía.
    Quizá fue Marx quien lo dijo, “cuanto peor mejor”. Pienso que cuando crezca desmesuradamente la lista de parados, cuando los padres no puedan dar de comer a sus hijos. Entonces -temblaremos todos- y eso es lo que espero con irracional alegría.

    Después de la catástrofe, nos veremos abocados a construir evitando los “errores” que los “sabelotodo” neoliberales han cometido

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  3. Hola Jordi, la cuestión que planteas es algo de lo que nadie habla, es "políticamente incorrecto" porque puede ser alarmista, pero parece que en España ya ha comenzado el "bajocolching", sacar el dinero del banco y meterlo debajo del colchón.

    Hola Mano Negra, comprendo tu extraña alegría ante la inminente catástrofe que se avecina en todo el mundo, la economía USA en un avión en llamas cayendo, y me temo que nos va a arrastrar a la mayoría. Los seres humanos tenemos dos formas de aprender que el fuego quema, una de ellas es quemándonos, puede que una parte de la humanidad necesite una fuerte sacudida, comprender que otro mundo es necesario y posible, y si no lo aprendemos por las buenas, nos quemaremos y aprenderemos que el fuego quema.

    Un abrazo de Cristóbal

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