Satis Kumar y Vandana Shiva. Rediseñar un nuevo mundo

Vandana Shiva y Satish Kumar ofrecieron ayer en la finca de Son Fortesa de Alaró, sede de la fundación Camper, en Mallorca, una conferencia sobre la crisis del mundo occidental y la necesidad de un cambio en la sociedad. El crecimiento sostenible y la apuesta por la tierra, claves para la esperanza. Vandana Shiva y Satish Kumar llevan años defendiendo la tierra, apostando por la ecología, la espiritualidad y la conciencia. Shiva es la fundadora de Navdanya, un movimiento de mujeres que moviliza a millones de campesinos de la India y de la escuela de la Semilla, desde donde se apuesta por el cultivo tradicional. Kumar, por su parte, edita la revista Resurgence, una publicación de prestigio internacional que promueve la no-violencia, la sostenibilidad, el arte y la filosofía holística. También dirige el Schumacher College en Londres.

Aseguran que es fácil defender sus ideas de "ecología profunda" a pesar de vivir en una sociedad de consumo, en un mundo global y organizado en torno a las grandes multinacionales y la sobreexplotación de los recursos. "El mundo occidental atraviesa su peor crisis. Bajo una superficie bella, se esconde el miedo y la ansiedad, un temor que además crece día a día, sobre todo, en los Estados Unidos. Por eso, apostar por el cambio es lo más sensato". Vandana Shiva y Satish Kumar, pacifistas y defensores de la tierra, ofrecieron ayer en la finca Son Fortesa (Alaró), sede la fundación Camper, una charla que giró en torno a tres pilares básicos: tierra, alma y sociedad.

En un encuentro previo con la prensa, ambos activistas explicaron su teoría sobre el cambio climático, las injusticias sociales y la desaparición de la especie. "Si seguimos así, en cincuenta años no habrá esperanza para la humanidad. Vivimos un tiempo en el que si no hacemos nada para cambiarlo vamos directo al caos absoluto. Reorganicemos la economía y apostemos por la simplicidad", señaló Shiva. "Debemos observar las causas que nos han llevado a esta crisis para así rediseñar el mundo", añadió Kumar. Y son optimistas ante el reto. "Occidente se está dando cuenta 200 años después de que la revolución industrial ha empeorado todo. Pero este es un tiempo suficientemente corto como para volver a empezar. Esta situación nos debe servir para fomentar la creatividad y la imaginación para poder desarrollar una sociedad mejor".

¿Pero cómo cambiar la mentalidad de los jóvenes, acostumbrados al consumismo y a ese estilo de vida? "La gente quiere ser feliz y el materialismo logra justamente lo contrario. La felicidad no consiste en la cantidad de cosas que poseamos sino en la calidad de nuestras relaciones", destacó Satish Kumar. Eso es lo que propone justamente el paradigma ecológico. Una tendencia a la que año tras año se suman cientos de personas y que ha logrado, por ejemplo, que 45 gobiernos regionales de la India se hayan negado a cultivar transgénicos en su territorio, como explicó Vandana Shiva. "Es un paso hacia adelante muy importante. Necesitamos que las autoridades políticas creen leyes para que los pequeños comerciantes, los productores a nivel local, no sucumban ante las grandes superficies. No se necesitan tantos productos. Somos capaces de producirlos nosotros mismos".

Deberes para el cambio

Aunque lograr un acuerdo global se presume harto difícil, lo cierto es que, según ambos activistas, es sencillo empezar. Dejar de usar las bolsas de plásticos y utilizar cestas de mimbre y valorar nuestras propias manos como una fuente de energía única son algunas de las claves. "Suena utópico, pero las ventajas son innumerables. Si en Europa y Estados Unidos sólo se trabajaran 3 días a la semana, el tiempo libre la gente lo emplearía en hacerse sus propios productos, en plantar tomates en su jardín... Pero aún hay más. Sólo con que cada domingo cerraran todos los aeropuertos del mundo, no se cogiera el coche y no se pudiera acudir al supermercado, las emisiones de gases a la atmósfera se reducirían un 14 por ciento de golpe... ¿No merece la pena?", preguntaron a los asistentes.


Fuente: Diario de Mallorca