2/6/11

Democracia real ya y el bipartidismo, por Francisco Traver

Los últimos artículos que hemos publicado en el blog tratan todos sobre el movimiento ciudadano 15M y Democracia real ya. Nuestro buen amigo Francisco Traver, psiquiatra, escritor y músico, y autor del blog "Neurociencia Neurocultura", ha escrito un magnífico artículo en el que analiza, critica y aporta propuestas sobre el bipartidismo y el movimiento Democracia real ya que reproducimos a continuación. Pero antes una breve reflexión por nuestra parte. En el Manifiesto de Democracia real ya terminamos diciendo que "es necesaria una Revolución Ética", y lo comenzamos así:

"Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos rodean.

Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.

Esta situación nos hace daño a todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor..."

Aquí no hay bipartidismo. Nos quieren divididos, enfrentados, el bipartidismo es una "patología" que es urgente curar cuanto antes. Como dijo alguien hace tiempo, la solución es que nos amemos los unos a los otros, la cooperación, el apoyo mutuo, buscar lo que nos une en lugar de lo que nos separa, todos los seres humanos somos hermanos, por eso también el "Padre nuestro", incluso los 30.000 niños que mueren por causas evitables todos los días, sobre todo de hambre, son hermanitas y hermanitos de todos nosotros. Si sentimos eso en nuestro interior, a partir de ahí la (r)evolución es imparable, de hecho ya está aquí.

A continuación el interesantísimo artículo de Francisco Traver:


Imagine un pais democrático donde existen dos partidos: uno de izquierdas que defiende sobre todo la igualdad y otro de derechas que defiende sobre todo la libertad individual. Lo usual es que esos dos partidos se alternen en el poder, de forma periódica, ahora tu y ahora yo. Cuando vienen mal dadas apelamos al partido de derechas y en épocas de abundancia apelamos al de izquierdas.

Ese es el juego que llamamos democracia, se trata de votar, si, cada cuatro años y de ir decidiendo cuando alternar el uno por el otro. Los demás partidos en realidad son minoritarios y no tienen oportunidades de triunfar en unas elecciones generales dado que el reparto proporcional de votos favorece a los grandes.

Esta idea de la periodicidad alternante tiene ciertas ventajas pero también algunos inconvenientes que ahora nombraré:

El inconveniente más importante es la tendencia de esos partidos mayoritarios de identificarse con el Estado y de absorber competencias que deberian ser independientes en pura teoría democrática, como el poder judicial, un invento de Montesquieu que parece haber sido defenestrado por la voracidad partidista o el de la prensa libre que no puede ser libre si es financiada por el poder político.

Ningún partido puede estar por encima de la Ley, pero los gobiernos parecen haber olvidado este precepto y bordean cuando no fuerzan continuamente a la Ley para llevar a cabo sus intereses o utilizan los poderes del estado para su beneficio, policia, espionaje, etc. Dicho de otra manera: el reparto de poder entre los partidos que pueden ejercer el poder llega a ser asfixiante para la sociedad y para el resto de opciones politicas que se ven asi condenadas al ostracismo a la vez que difunden contravalores para los individuos concretos como la corrupción, el afán de lucro o que el fin justifica los medios.

De forma que alguién encontró algunas fórmulas para resolver este problema:

1.- Una fórmula es la dictadura que ya implementaban los romanos durante el tiempo de la República, cuando las cosas se ponian feas se apelaba a un dictador para que pusiera orden o enfrentara a los enemigos comunes. Es evidente que la dictadura es un remedio eficaz contra el lio que se monta cuando los dos partidos están demasiado cercanos en apoyos el uno del otro que es precisamente cuando la sociedad está mas dividida. La dictadura provee de certidumbres, todo el mundo sabe a qué atenerse, proporciona orden y estabilidad a corto plazo. Sin embargo la dictadura genera otro tipo de problemas, tiraniza, acalla, amordaza, asesina o encarcela a todos aquellos que no están de acuerdo con ella, de forma que termina rodeada de enemigos que pronto o tarde pasarán factura por sus desmanes.

2.- Otro invento interesante para modular los polos contrarios en una democracia formal es el invento del Centro. Un partido a medio camino de ambos, un tertium inter pares, da la sensación de que el bipartidismo es a fin de cuentas superable por alguien que se situe justo enmedio, ni contigo ni sin ti. En España los partidos de centro han sido muy bien vistos por la población neuronal de todo el pais, UCD, el CDS, el partido de Roca PRD, el liberal de Garrigues Walker, la Democracia cristiana y ahora la UPD de Rosa Diez, son intentos de introducir una cuña en el bipartidismo. Los partidos nacionalistas como PNV, Coalición canaria o CIU son de alguna forma las versiones ibéricas de la necesidad de modular los extremos.

En nuestro pais el destino de estos partidos es el fracaso a medio plazo por las razones siguientes:

  • Una vez inventado el Centro los partidos mayoritarios se centran o hacen ver que se centran con tal de conseguir los votos de esa amplia masa de votantes que no son ni de aqui ni de alli, de forma que a la larga el pez grande se come el pequeño: la tendencia voraz de los partidos grandes no solo acapara al Estado y sus instituciones sino a las masas indecisas que acaban siendo absorbidas o deglutidas por los partidos grandes.

  • Al competir por los mismos recursos (el votante indeciso) los partidos mayoritarios andan siempre a la greña, escenificando sus diferencias continuamente y oponiéndose y criticando todo lo que hace el contrario, poniendo arena en los engranajes y saboteando en cualquier caso al Estado en su funcionamiento a veces a través de guerras sucias o de artimañas barriobajeras de mal estilo. La competitividad entre ambos es muy parecida a una guerra continua y de desgaste sin piedad, hasta tal punto que cuando uno de ellos se hace con el poder alternante da la impresión no tanto de una victoria del uno como de una aplastante derrota del otro.

Y es por eso que inventar un nuevo partido no supone ninguna solución de fondo al problema del bipartidismo pues supone competir en terreno ajeno y con un menguado armamento en forma de subvenciones o financiación.

Nuestro cerebro es en realidad -en el hombre moderno- un parlamento democrático, un teatro donde se representan tragedias individuales en forma de conflictos, rencores, creencias irracionales, temores, ordalías, toxicidades, deprivaciones, anhelos y escisiones diversas : En el hombre antiguo y pagano era un parlamento de dioses donde cada uno de ellos representaba aspectos humanos hasta que las religiones monoteístas implementaron una dictadura celestial con un Dios único, algo que funcionó bien hasta hace poco tiempo. La razón de este bipartidismo cerebral está en este post donde ya conté la idea de Julian Jaynes de que nuestro cerebro habría evolucionado a partir de ciertos módulos cerebrales que irían solapándose en la deriva filogenética hasta llegar a nuestro actual desarrollo donde se mantienen sobre todo las diferencias hemisferio izquierdo-hemisferio derecho bien visibles anatómica y funcionalmente. El hombre moderno está obligado a alcanzar una dificil síntesis entre ambos hemisferios que piensan de maneras muy diferentes tal y como han demostrado suficientemente neurocientificos de la talla de Gazzaniga (1999), Roger Sperry y otros.

Dicho de otra manera: nuestro cerebro es bipartidista, otros dirían que estamos diseñados para la dualidad o lo que es lo mismo para el antagonismo con nosotros mismos. Bipartidista en lo politico (izquierdo-derecho) y trino (cortical-limbico-reptiliano) en lo mediático.

Y es por eso que tenemos enfermedades circulares tal y como conté en el post anterior, enfermedades que se caracterizan por la alternancia periódica de estados mentales similares o contrarios. Los ecosistemas se comportan igual que los organismos individuales, lo que significa que aprendiendo algo sobre bipartidismo politico podriamos aprender a curar ciertas enfermedades como esos trastornos circulares entre los que conté al trastorno bipolar.

Es posible predecir que: a más caos social más polarización del voto tanto como que a mayor caos cerebral interno mayor polarización de un determinado estado mental.

Las religiones trataron de resolver este problema implantando dictaduras, es decir la figura de dioses únicos, omnipotentes, omniscientes y omnipresentes, dioses vigilantes, justicieros, vengativos pero tambien compasivos como el Dios cristiano que representó en este sentido una novedad en la tradición judía.

La psiquiatría tambien intentó meter cuñas entre esos polos alternantes que constituyen el trastorno bipolar y lo hizo hace ya mucho tiempo encontrando al carbonato de litio, un medicamento de centro que efectivamente atempera y modula la tendencia a la polarización de ciertos individuos probablemente diseñados genéticamente por la evolución para las grandes pasiones. Es por eso que estos individuos son más vulnerables que el resto de sus congeneres tanto a sus propios conflictos internos como a los conflictos que les llegan de afuera y que son los que podrian beneficiarse de una cura del bipartidismo de su cerebro. Posteriormente han aparecido otros remedios -los normotimicos o eutimizantes- que han aportado bien poco para la prevención y tratamiento de las recaidas bipolares: hay algo en el cerebro que del mismo modo que sucede con los partidos democráticos tiene tendencia a arrasar las voces menores del cerebro y a barrer los estados mentales subalternos en función de la hegemonia de las grandes pasiones (tristeza o alegria).

De manera que abordaré como curarse del bipartidismo a modo de metáfora politica y de guía terapeutica para salir de ese bucle demoníaco que entendemos como trastorno bipolar.

Para entender mejor como salir de una situación bipartidista (o bipolar) examinaremos primero las formas en que podemos salir de una dictadura, es seguro que de esta comprensión emergerán algunas estrategias válidas para resolver el tema de la bicameralidad cerebral.

¿Como se sale de una dictadura?.-

Usualmente a través de una guerra, una revolución o una guerra civil. Sin embargo estas formas no suelen ser demasiado eficaces pues los regímenes que se instalan “a posteriori” se encuentran tan impregnados por la manu militari que suelen repetir la lacra de una nueva dictadura aunque de signo diferente. Hay tres modelos conocidos y eficientes de cómo salir de una dictadura por medios pacíficos, por ejemplo el modelo argentino, el modelo chileno y el modelo español.

Voy a referirme al modelo más conocido por mí que es efectivamente la “transición española”, modélica en tanto que consiguió desmontar un sistema autárquico y dictatorial y convertirlo en un modelo democrático en pocos años y con muy pocas victimas a pesar de que la extrema derecha y ETA se aplicaron bien eficazmente para hacerla fracasar.

La transición española está -a mi modo de ver- aun por explicar, cómo fue posible que el ancien régime se hiciera el harakiri a sí mismo en aquella sesión histórica de las Cortes donde los diputados franquistas votaron en mayoria por la reforma politica es dificil de entender.



Para recordar estas cortas imágenes de Adolfo Suarez, vale la pena ver la cara de alivio con se quedó después de aquella sesión.

¿Conocen ustedes algun politico que se suicide a sí mismo de esa manera? Es seguro que el Rey, Torcuato Fermandez Miranda y Adolfo Suárez fueron los ingenieros pensantes de esa transición, pero es imposible de explicar si no contamos con los intereses económicos ocultos que habia detrás de ese cambio de régimen. Mi hipótesis es que fueron esos poderes económicos los que impulsaron a España hacia la democracia y no el pueblo o la oposición, demasiado acogotados en aquella época o las buenas intenciones de sus cerebros: el Rey o de Adolfo Suarez.

Se cambió de régimen porque una dictadura no era buena para los mercados.

El problema que tienen las revoluciones es que en lo práctico suelen implantar una dictadura de signo distinto pero no resuelven el problema de la tirania en sí misma, simplemente la cambian de lugar, pero para mí el error epistémico fundamental de todas las revoluciones está en la letra “r” que deja sin función a la letra “e” de la evolución personal: todas pretenden cambiar las cosas de fuera a dentro, pretenden cambiar el sistema, las reglas del juego que no son otras sino las reglas del Capital, del beneficio privado, del lucro, y sus secuelas: la insolidaridad, la competencia y la rivalidad. Detectan esas secuelas y pretenden cambiarlas sin caer en la cuenta de que sin un cambio de mentalidad individual cualquier cambio ambiental está destinado al fracaso.

¿Se puede vivir de espaldas al Capital? Claro, ahi tenemos el ejemplo de Cuba, uno puede escindirse del sistema y vivir aislado, empobreciendo y anulando la oposición al régimen que lo ejecuta pero las consecuencias son demasiado graves para que esa opción tenga muchos defensores o partidarios. No cabe ninguna duda de que cualquier cambio tiene que contar con el medio ambiente, con lo que hay, que no es otra cosa sino una sociedad basada en el beneficio individual. Pero el sistema tiene grietas como quedó demostrado en el caso español: al sistema puede dejar de convenirle una dictadura y llegará un dia en que el sistema se cansará de los politicos que tiene el regimen bipartidista.

Sin embargo el Sistema, es decir las reglas de juego que protagonizan el sistema: las del capital, no son malas por sí mismas, sino por el uso que de ellas hacen las personas privadas, los individuos. Por ejemplo hay que recordar que el empleo lo generan esas empresas que tratan de ganar cuanto más mejor. Es precisamente porque hay ganancias que hay empleo, de forma que es una contradicción reclamar pleno empleo al mismo tiempo que se reniega del capital y de los beneficios. Cualquier empleo existe precisamente porque lleva adherido una plusvalía que procede de esas reglas sistémicas del medio ambiente, del Capital para entendernos. Lo que usted gana es algo que genera ganancia a otros y empobrecimiento en otro lugar.

Atacar al sistema frontalmente es pues una mala estrategia que sólo puede destruir en lugar de crear empleo y recursos, lo mejor es apoyarse en él para cambiar lo más próximo: primero las mentes individuales y después la Conciencia del sistema, es decir el Estado tal y como podemos ver en el siguiente grafico:



El centro de estos circulos concéntricos es el individuo, como el lector podrá observar la persona individual está rodeada de una serie de círculos que he reducido a tres para simplificar el esquema de los poderes con los que el individuo ha de trajinar para medrar en sociedad y alcanzar el lugar más alto en la pirámide social que sus recursos le permitan. Vemos que un individuo no puede alcanzar determinado nivel de poder si no milita en algun partido politico o sindicato o institución estatal. El individuo aislado en nuestro mundo es un paria, carece de oportunidades para modificar su entorno al que sólo puede acceder a través de su profesión, influencia social, reputación o dinero propio. La política está vedada para el individuo concreto pues la Constitución define que son los partidos políticos los que se constituyen en las voces legales de las ideologías de los ciudadanos.

El Estado que es el segundo de esos círculos concéntricos es en realidad el fruto de una arquitectura politica que nos viene heredada, usualmente el Estado es un ordenamiento jurídico acotado por un territorio y que en nuestro pais, España es relativamente joven pues data de la constitución de 1979. Gran parte del éxito de aquella transición procedió del consenso: todos los partidos estaban persuadidos de que había que ponerse de acuerdo en elaborar una matriz juridica de convivencia donde cupieran todos. Y aunque hubieron en aquella época algunas voces discrepantes con el hecho mismo del consenso lo cierto es que, inducido o no por los poderes económicos, el consensó fructificó en una reconciliacion nacional pues no hay que olvidar que el regimen franquista habia emergido de una guerra civil: los Estados tienen pues no solo forma y estructura sino tambien historia como todos los sistemas vivos.

Y aunque la Constitución fue una norma consensuada lo cierto es que hoy ya se ha quedado obsoleta por al menos dos razones: la primera es que instituye a los partidos como unicos cauces de participación politica y la segunda porque intentó favorecer los intereses de las comunidades históricas como Cataluña y Euskadi privilegiando el aspecto territorial sobre el poblacional. El resultado de este error fue que ni se han resuelto los problemas identitarios de las comunidades históricas ni se ha resuelto el tema de la representatividad. Hoy un ciudadano de Soria tiene menos representación politica que un ciudadano barcelonés. El señor D´Hont jugó a favor de ciertos intereses que no son los de los ciudadanos concretos pero hay que recordar ahora que el Capital no diseñó el Estado sino que fueron los partidos politicos, una forma de democracia que no es la única ni tiene nada de sagrado sino una entre las posibles.

Pero los males de España no hicieron sino repetirse a lo largo de los siguientes años y episodios históricos que vivimos desde entonces. Las consecuencias fueron las siguientes:

  • la división hemisférica de los ciudadanos continuó en gran parte propiciada por los vaivenes de los partidos politicos que a través de ciertos neolenguajes venian a hostigar el clima guerracivilista, la escisión izquierda-derecha y la demonización de los adversarios.
  • la identificación cada vez mayor de los partidos con el Estado: la ruptura o mejor la intervención del tercer poder -el judicial- terminó con la independencia del poder de juzgar libremente allá por los años 80. La tentación de un politico bipartidista es tomar el Estado, eso fue lo que hizo el PSOE en la época de Felipe Gonzalez, sentando asi las bases de un partido institucional, una especie de PRI mexicano o de la democracia cristiana en Italia, un partido de aluvión y sin ideología cuyas fronteras borrosas con el Estado eran tales que usualmente les permitia subsistir a los tiempos dificiles y asegurarse un sueldo y una pensión de por vida a la vez que donar prebendas entre sus partidarios.
  • abusos en la guerra sucia contra ETA, abusos y expolios económicos, abusos policiales, abusos contra los adversarios políticos no se hicieron esperar como secuela de tales desmanes donde la democracia parecia haberse corrompido dejando el lugar abierto para toda clase de abusos.
El Estado lejos de haberse fortalecido con la llegada de la democracia se debilitó hasta llegar exangüe a la situación actual donde nada -o muy poco- parece funcionar. Paradójicamente la conciencia de España está hoy mucho más débil que en la época de la dictadura.

Y un Estado débil deja a los ciudadanos a expensas del medio ambiente, sin ese tampón de seguridad del derecho que nos protege de la codicia de los mercados, esa es la razón por la que en España tenemos una crisis mucho más virulenta que en el resto de paises europeos, nosotros tenemos un Estado muy débil y es por eso que nuestros ciudadanos a pesar de tener otro nivel de tejido industrial y de servicios sufrimos tanto o más que los griegos, los irlandeses o los portugueses con un paro que ya llega al 25% de la población activa.

Los partidos son fuertes, el Estado es débil, la democracia está desprestigiada y el Capital sigue haciendo ricos a los mismos que siempre a los que no parece haber llegado la crisis. El pueblo está empobrecido y descontento y se manifiesta pacificamente dejando a la policia sin medio de vida.

¿Y ahora qué?

Como salir del bipartidismo.-

Si el partido único de las dictaduras se caracteriza por algo es por la represión de las potencialidades de una sociedad concreta, una represión a la que se llega a través de la amenaza, el miedo, la cárcel, el exilio y la muerte. En el post anterior ya analicé la formas en que podemos salir de una dictadura, pero en este voy a abordar los mecanismos de salida del bipartidismo, es decir de la bipolaridad.

El bipartidismo es nefasto para el principio de realidad de las mentes individuales y lo es porque construye irrealidades que en la mente individual se manifiestan como antagonismos que pueden entenderse asi “o eres de los mios o estás contra mi”. El bipartidismo genera regresiones a lo tribal, al “nosotros tenemos razón y ellos están equivocados”. El bipartidismo acota la realidad escindiéndola entre contrarios irreconciliables y legitimando la lucha y el exterminio del contrario.

Y en cierta forma el bipartidismo es una ficción. ¿Alguien cree a estas alturas que el PSOE y el PP son enemigos en el mismo sentido que lo eran Anibal y Escipión?. Claro que no, ambos partidos están de acuerdo en lo esencial, sólo tenemos que ver como viven, qué persiguen sus politicos, qué desean, qué coches conducen y a qué cargos aspiran. Pero ¿ si entre ellos hay más acuerdos que diferencias, por qué andan siempre a la greña?

Escenifican su división y maximizan sus diferencias porque compiten por los mismos recursos: la Administración del Estado y su botín, podrian ponerse de acuerdo en el reparto pero si trascendiera su consenso ciertas capas de voto optarian por la abstención y los partidos politicos -hay que recordarlo- viven de las subvenciones del voto. Cualquier politólogo sabe que cuanto mas tensión preelectoral existe más participación se provoca. Asi somos los votantes, cuando tensan artificialmente la cuerda que nos movilizamos mientras que si hubiera consensos no acudiría a votar más que la clientela fija de cada partido, con un empate infinito.

Y además solemos votar no tanto con la cabeza sino con el corazón. En Roma los que eran nombrados ediles de la ciudad solian acompañar sus campañas de ascenso político con dádivas al pueblo, lo que se conoce como “panem et circenses”, entregaban aceite, obras de teatro, luchas de gladiadores, espectáculos gratuitos para la plebe, etc. Asi se congraciaban con el pueblo y se aseguraban un buen montón de apoyos para el ascenso en la pirámide de poder de la República.

O sea como ahora. La gente suele votar por cuestiones emocionales, por campañas de marketing dirigidas para la captación del voto, es por eso que los politicos hacen muy poca gestión y mucha política, entendiendo como política, las visitas a barrios, inauguraciones, presencia en los medios, se visten de lagarteranas en las fiestas, concurren a cenas, meriendas, homenajes, organizan conciertos de rock para los jóvenes, paellas multitudinarias, montan pantallas gigantes para que los hinchas de ciertos equipos puedan dar rienda suelta a sus instintos destructores de mobiliario urbano y permiten el botellón (expresamente prohibido por la ley) a sus jóvenes. Dicho de una forma más grave: los politicos consumen casi todos sus recursos en asegurarse la reelección y muy poco en el debate, la planificación del futuro y en asesorarse de aquellos que tienen más capacidad que ellos mismos para ciertos temas.

Lo que necesita una refundación es la democracia misma, la manera en que los ciudadanos eligen a sus representantes y lo que hacen esos elegidos para representar las aspiraciones de los ciudadanos. Es necesario dignificar el voto democrático y sacudirle esa espesa caspa de clientelismo que lleva adherida la simpatia de un alcalde o la popularidad de otro.

Es una perogrullada decir que elijo a mis representantes en función de su capacidad de gestión para lo publico y no tanto para que salgan en procesión. Y sé perfectamente que existen conciudadanos mios que votarán a sus representantes en función de las veces que salen por televisión. Tengamos con esas personas también tolerancia pero permitasenos que el resto podamos elegir basándonos en otras habilidades políticas. Permitasenos elegirlos entre candidaturas abiertas donde puedan concurrir partidos y tambien ciudadanos independientes.

Romper el juego politico del bipartidismo es más complicado que salir de una dictadura pues la partitocracia está legitimada democráticamente a diferencia de la intolerable fealdad de las tiranías. Los medios de comunicación, las instituciones de Estado, las leyes, las reglas todo apunta a favor de la siguiente idea: la participación democrática que tenemos es la única posible, es la que nos dimos en la Constitución de 1979. Está legitimada por todos los españoles. Eso dicen, y quien quiera presentarse que lo haga.

Y la Constitución está blindada, es verdad, se hizo así para que a ningún gobernante se le ocurriera cambiarla a su capricho a la menor dificultad. Cambiar la Constitución es muy complicado políticamente pero no hay nada sagrado en ella. Igual como hicimos una podemos hacer otra.

Lo que sucede es que para eso es necesario que vivamos una situación de extrema gravedad, una situación traumática. Mientras las cosas van bien nadie se mueve a pesar de saber que no vivimos en el mejor de los mundos posibles y que muchas cosas deberían y podrían corregirse.

No cabe ninguna duda de que vivimos en una sociedad bipolar, que España es un pais bipolar donde cada cual alberga hipótesis sobre el bienestar que reclaman agresiones a sus contrarios.

Y para romper esa querencia es necesario liberar nuevas energías sociales durmientes que vengan a refrescar el panorama intelectual y es obvio que en nuestro pais estás energias refrescantes existen. Pongo como ejemplo los acontecimientos que hemos vivido los ultimos dias con la plataforma #democraciaya o movimiento del 15-M. Un intento de aumentar la multipolaridad que no procede de la vieja tradición marxista de la revolución o el motín social, que no utiliza la violencia y que se constituye como un antipartido, algo asi como un elemento de contrapoder que obligará al sistema a expandir pronto o tarde sus ejes de rotación más allá de los dos polos dispuestos siempre a la confrontación.

Con independencia de su destino, la plataforma #democraciaya ha demostrado a pesar de su heterogeneidad, inmadurez e improvisación que es posible aumentar el nivel de definición de lo que en la mente individual conocemos como la circularidad de los opuestos (todo avanza hacia su contrario) y que mediante la liberación de determinadas fuerzas -en este caso sociales- es posible pensar en un más allá, en nuevos colores para nuestra paleta de entender la realidad politica.

Y que este más allá ya esta aqui.

Aqui está la prueba de que la ciencia tambien habla del 15-M y que sus propuestas son muy sensatas, neurobiológicamente hablando.


Bibliografia.-

Michel Gazzaniga: “El pasado de la mente”.1999. Editorial Andres Bello

Julian Jaynes:”El origen de la conciencia en la ruptura de la mente bicameral”. 1987. Fondo de Cultura economica.

Gazzaniga, M.S,Le Doux J., Wilson D.H: “Language, praxis and the right hemisphere:clues to some mechanisms of concioussness”. Neurology, 27. 1077.

2 comentarios:

  1. Lo que hablábamos con un amigo hace días acerca de la India, que la UK se la dejó no tanto por la habilidad política de Gandhi como por el hecho de que ya no les convenía conservarla...

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  2. Es muy fácil de comprender. Sin confianza en sus propias fuerzas, y sin convicciones ideológicas, la Monarquía de Franco les ofreció un paraíso a los partidos políticos estatales que no podían rechazar: elecciones por el sistema de listas de partidos y reparto del poder estatal según las cuotas electorales obtenidas. Todos estarían financiados por el Estado. Todos tendrían una cuota de poder en las instituciones. Ninguno tendría un poder excluyente. El partido gobernante no sería controlado, pues siempre tendría mayoría en las instituciones de control (comisiones parlamentarias, poder judicial, tribunal constitucional, tribunal de cuentas, televisión pública), y los partidos de oposición participarían en todas las empresas públicas. En resumen: esta monarquía garantiza el equilibrio de una verdadera oligarquía de partidos estatales, de un sindicato de poder. Por eso se parece tanto, en cuanto al reparto y disfrute del poder y a la propaganda del sistema, a la dictadura franquista: la misma adulación al poder, la misma descalificación a los demócratas que no aceptan esta oligarquía, el mismo respeto a las facciones partidistas, la misma represión de la libertad de pensamiento. La diferencia entre partidos en esta Monarquía es la misma que la que tenían las facciones de la dictadura (Falange, Carlistas, Acción Católica, Opus Dei).

    http://ulpilex.es/veritas/

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