28/8/07

Meditación: Descubre tu propia sabiduría interior, por Deepak Chopra


Existe entre cada uno de tus pensamientos un espacio donde elaboras los pensamientos, donde eres un infinito hacedor de elecciones. Esta “brecha” entre pensamientos es la ventana a tu yo mas elevado, la ventana al yo cósmico. El verdadero yo no puede aprisionarse dentro del volumen de un cuerpo o el espacio de una vida. Es el pensador en el campo de la memoria y la información en el espacio entre pensamientos.

El espacio entre pensamientos es el silencio, el silencio fértil. Se trata de un silencio lleno de infinitas posibilidades de pensamientos, un campo de pura potencialidad.

Aunque en el presente occidental, cuando se piensa en la meditación se lo hace en términos de manejo de las tensiones y relajación, su verdadero propósito es espiritual. Los yoguis y videntes que reconocieron primero estas prácticas, ya vivían bastante relajados en sus cuevas de los Himalaya. Ellos meditaban para descubrir su verdadero yo; meditaban para lograr el esclarecimiento.

De todas las experiencias que vivimos, la de nuestro yo interior es la mas importante. El cuerpo es la experiencia objetiva de nuestras ideas, en tanto que la mente es su experiencia subjetiva. El cuerpo se encuentra en constante cambio, y la mente, con sus pensamientos, sentimientos y deseos, también va y viene. Uno y otro son experiencias atrapadas en tiempo y espacio; no son el experimentador. Quien tiene la experiencia está mas allá del tiempo y el espacio, es tu verdadero yo. Es el factor atemporal de toda experiencia limitada por el tiempo, el que siente detrás del sentimiento, el pensador detrás del pensamiento, el animador de nuestros cuerpos y mentes. Se trata de nuestra alma.

Hoy, la ciencia nos permite rastrear un pensamiento o una intención al microsegundo de ocurridos, pero todo el equipamiento científico del mundo aún no sabe decirnos de donde proviene un pensamiento ni quien lo genera. No puedes encontrar tu verdadero yo en tu mente ni en tu cuerpo, simplemente porque no estás allí. Escuchamos a Beethoven por la radio, pero no tiene sentido desarmar el aparato para encontrar al músico. El no está allí. La radio sólo es un instrumento que atrapa un campo de información y lo convierte en un hecho en el tiempo y el espacio. De manera similar, tu verdadero yo es un campo no local de información que está atrapado en tiempo y espacio por el cuerpo y la mente. Tu alma, pensadora de tus pensamientos, encuentra expresión a través de la mente y el cuerpo, pero cuando el cuerpo y el cerebro están destruidos, nada auténtico le sucede a tu verdadero yo. El espíritu incondicional no está en la energía ni en la materia, sino en los espacios de silencio que hay entre nuestros pensamientos.

Existe entre cada uno de tus pensamientos un espacio donde elaboras los pensamientos, donde eres un infinito hacedor de elecciones. Esta “brecha” entre pensamientos es la ventana a tu yo mas elevado, la ventana al yo cósmico. El verdadero yo no puede aprisionarse dentro del volumen de un cuerpo o el espacio de una vida. Es el pensador en el campo de la memoria y la información en el espacio entre pensamientos.

El espacio entre pensamientos es el silencio, el silencio fértil.

Se trata de un silencio lleno de infinitas posibilidades de pensamientos, un campo de pura potencialidad.

Es el verdadero yo. El pensador es un silencioso hacedor infinito de elecciones que reside en el nivel de la “brecha”. Tu verdadero yo y mi verdadero yo son dos campos de silencio de infinitas posibilidades.

Las distintas entre tu y yo son las diferentes experiencias posibles que elegimos a nivel de esa brecha. La acción crea memoria, la memoria crea deseo y el deseo nuevamente conduce a la acción. Las semillas de nuestros recuerdos y los deseos existentes en la brecha buscan manifestarse a través de los instrumentos de la mente y el cuerpo y crean todo el mundo en el que vivimos.

Nuestra existencia tiene tres niveles: 1) el cuerpo físico, compuesto de materia y energía; 2) el cuerpo etéreo que contiene la mente, la inteligencia y el ego; y 3) el cuerpo causal, que contiene el alma y el espíritu. La práctica de la meditación saca nuestro conocimiento del estado perturbado de conciencia de la mente y del mundo de objetos físicos para llevarlos al silencio, estado sereno de conciencia que habita en el alma y el espíritu. Mediante su práctica regular accedemos a la infinita reserva del conocimiento, realidad máxima de la creación. Tenemos la experiencia de quién somos verdaderamente: conciencia pura, sin límites. Cuando experimentamos quiénes somos en realidad, recuperamos la memoria del todo, o sea la salud de nuestra vida.

Existen muchas formas de meditación. Las practicas mas avanzadas abarcan el uso de mantras, sonidos primitivos, los sonidos básicos de la naturaleza, que actúan como un instrumento de la mente, un vehículo que lleva a nuestra conciencia del nivel de actividad al nivel de silencio. En general, los mantras son seleccionados por un instructor competente y transmitidos individualmente.

En el Centro de Medicina para mente y cuerpo de San Diego, enseñamos la meditación por Sonidos Primitivos. También existen meditaciones menos específicas aunque eficaces. Aquí describimos una de esas prácticas, la Meditación Atenta, una excelente forma de ponerse en camino.

La meditación atenta


La Técnica de la Meditación Atenta es un procedimiento simple que puede crear un estado profundo de relajación de la mente y el cuerpo. A medida que la mente se aquiete aunque permanezca despierta, experimentarás niveles de conciencia más profundos y silenciosos.

1.

Empieza por sentarte cómodo en un lugar tranquilo, donde tengas pocas posibilidades de ser molestado.

2.


Cierra los ojos.

3.

Respira normal y naturalmente; poco a poco permite que tu conciencia se concentre en la respiración. Simplemente observa tu respiración, tratando de no controlarla ni alterarla en ninguna forma consciente.

4.

Mientras observas tu respiración, tal vez notes que ésta cambia espontáneamente. Puede variar en velocidad, ritmo o profundidad, e incluso puede haber momentos en los que tu respiración parece detenerse un rato. Al margen de lo que suceda con tu respiración, obsérvala en forma inocente, sin tratar de provocar ni iniciar ningún cambio.

5.


Descubrirás que a veces tu atención se desvía de la respiración y estás pensando en otras cosas o prestando atención a los ruidos que llegan de afuera. Siempre que notes que no observas tu respiración, vuelve lentamente a
concentrar tu atención en ella.

6.


Si durante la meditación notas que te concentras en algún sentimiento, estado de ánimo o expectativa, trátalo como lo harías con cualquier otro pensamiento y lentamente vuelve tu atención hacia la respiración.

7.

Practica esta meditación durante quince minutos.

8.


Al cabo de esos quince minutos, mantén los ojos cerrados y permanece cómodamente sentado otros dos o tres minutos. Sal de la meditación en forma gradual antes de abrir los ojos y volver a la actividad.

Se recomienda la práctica de esta Meditación Atenta durante mas o menos un cuarto de hora, dos veces al día, a la mañana y a la noche. También es posible esta técnica durante unos minutos a lo largo del día, para ayudar a que te concentres, si te siente molesto o agitado.

Durante la práctica de la meditación tendrás una de estas tres experiencias. Cualquiera de ellas es correcta.

1.


Tal vez te sientas aburrido o inquieto y tu mente puede llenarse de pensamientos, señal de que tensiones y emociones de raíces profundas están liberándose de tu organismo.

Meditante una práctica continua y sin esfuerzo de la meditación, facilitaras la eliminación de todas estas impurezas de tu mente y tu cuerpo.

2.


Tal vez te quedes dormido. Si así sucede en medio de la meditación, es señal de que necesitas más descanso en otros momentos del día.

3.

Tal vez entres suavemente en la “brecha”. Cuando el mantra o respiración se torna mas estable y refinada, entras en la brecha existente entre tus pensamientos, mas allá del sonido, mas allá de la respiración.

Si permaneces descansado, cuidas de ti y te tomas el tiempo necesario para dedicarte a la meditación, sin duda entrarás en contacto con tu ser interior. Te internaras en la mente cósmica, la voz que te susurra en forma no verbal en los espacios de silencio entre tus pensamientos. Esta es tu inteligencia interior, es el genio máximo y supremo que refleja la sabiduría del universo. Confía en esta sabiduría interior y todos tus sueños se harán realidad.


Deepak Chopra. Viaje hacia el bienestar. Descubre tu propia sabiduría interior.



Fuente: Portal Dorado

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