26/2/09

Corralito español. Un nuevo paradigma, por Marc Vidal


CORRALITO ESPAÑOL

Leer hoy en todos los medios historias sobre un ministro cazador, otro que desearía no serlo y un montón de inmundicias similares es desolador. Siento que las cosas se acaban y nadie se da cuenta. Las dimensiones de lo que se nos viene encima son espantosas y todo sigue un curso completamente ridículo. He sabido, y no detallaré porque no soy un suicida, de decenas de sucesos financieros que ya han prescrito y que pocos conocen, innumerables batallas subterráneas que ningún periodista se ha dignado a investigar y hechos que hablan de guerras complejas en los altos hornos de la economía completamente ocultos a la opinión pública. Sin embargo aquí nada parece cambiar. Técnicamente estamos viviendo un principio de “corralito” y nadie parece darse por aludido.

Intenten retirar, si los tienen, 20.000 euros hoy mismo de sus cuentas corrientes. La respuesta será que “debería de haber avisado”. Puede ser. Inténtelo con 10.000. Les dirán algo parecido y empezará a ser sospechoso. La mayoría de pagos aceptados vía cash para gestión líquida están limitados a valores inferiores a los 6.000 euros diarios. Pero, procuren hacer lo mismo utilizando plataformas telemáticas. La negativa será rotunda. Si usted quiere mover 100.000 euros de su cuenta, y hay que ser iluso para tener ese capital hoy en día en una entidad determinada, no podrá hacerlo en uno solo día a menos que disponga de “transfer” oficial de la entidad o género de “uso advertido”.

Esta situación de insolvencia bancaria se irá estrechando hasta llegar a un colapso a mediados de 2010. Algunas cajas y bancos ya no provisionan como dicen hacer. Saben que no tiene sentido. Es el momento de guardar dinero en cajas fuertes, es momento de reducir el consumo al máximo y liquidar lo ineficiente definitivamente. Cojan su dinero y guárdenlo donde puedan, dispongan de él en fondos de entidades solventes que no son las que están pensando por su volumen y tamaño, adviertan a los suyos de que vienen tiempos muy difíciles y que aceptarlo rápidamente será un valor fundamental para sufrir menos que otros. Mientras los negocios generen beneficios hay que trabajar al máximo, pronto también se detendrán. La parada técnica de la economía no es una posibilidad, es una evidencia a medio plazo. Los que nos movemos en este mundo ya no ponemos en duda la argentinización de nuestro sistema financiero, ni se plantea si va a haber o no “corralito”, la duda es cuando.

El gobierno español es incapaz de sostener sus propias afirmaciones. El fondo de garantía de 100.000 euros recién estrenado es menos real que un billete de 7,20 euros. El Estado sabe que una quiebra oficial de una entidad bancaria en España supondría la insolvencia definitiva del país pues es imposible cubrir los fondos depositados de ninguna caja media española y, ni por asomo, la de ningún banco o caja de gran volumen. Esa fallida de una caja manchega está siendo ocultada con ingentes inyecciones de liquidez diaria para no evidenciar y publicar su situación. Lo cual obligaría al uso de ese fondo de garantía y que a su vez evidenciaría la quiebra del Estado por no poder afrontarlo. Para evitarlo, ese líquido pretende retrasar la retirada de fondos por alarma y a su vez “obligar” a otras cajas a comerse el marrón, retrasar el asunto y esperar que San Pedro nos bendiga a todos.

Es evidente que nuestro dinero ya no es dinero, es una sonrisa en una cartilla bancaria, un señuelo. El déficit aumenta y con él la locura. Zapatero sigue anunciando medidas de soporte, de garantía a una tensión social cada vez más cercana, y lo pretende pagar con deuda pública. Pero es cuestión de tiempo, pero España será expulsada del euro. La prepotencia de hacernos ricos a costa de los fondos de cohesión lo vamos a pagar caro. Salir de compras y adquirir empresas francesas, británicas, alemanas e italianas con el dinero que ellos nos dejaron en su día es indecente y la indecencia es punible, tarde o temprano. En nuestro caso temprano. España vivirá en la precariedad social por culpa de la indigencia intelectual de sus gobernantes, todos, los unos y los otros.

Las promesas del ejecutivo deberían de explotar en las caras de sus señorías cada mañana cuando se asean. Más de dos millones de españoles ya no tienen soporte económico alguno. De momento se refleja en las colas de los auspicios y comedores sociales. El BMW que nadie quiere comprar, parado por falta de combustible, es el último monumento a la desfachatez de la clase media engañada por un sistema de barro, una clase media que ahora pretende comer un plato caliente junto a indigentes y alcohólicos. Vagabundos de toda la vida junto a neoindigentes de VISA cancelada. ¿No me creen? Paseen un poco.

España entrará en depresión acuciante a final de este año. Recopilen dinero fresco y ténganlo a mano. No es alarmismo, son consejos reales. No lo retrasen pensando, ya lo haré cuando toque. No tendrán tiempo. No trabajen ninguna operación a plazos superiores a los 12 meses. Nadie puede garantizar eso. Utilicen modelos de inversión actualizable y recuperable rápidamente y si no los encuentran, a la caja todo. Busquen lo necesario para vivir medio año sin VISA. Si sus escenarios de uso son más largos afiance inversiones en Alemania o Francia, poco más. Si su escenario es a muy largo plazo, compre gestión norteamericana no ubicada en la costa Oeste. Compren “arroz” o platino. El oro no será tan eficiente pero será un refugio cierto.

Como sabemos, esto no es una crisis coyuntural, ni de etapa, es sistémica y nos pilla de lleno a los españoles en una crisis doméstica. Tras cinco años nada habrá cambiado, seguiremos en crisis, tras diez el modelo se estará reconstruyendo en otro mucho más heterogéneo y basado en conceptos ahora demasiado abstractos, pero en España, dentro de quince o veinte años seguiremos soñando con aquella década prodigiosa de finales del XX y principios del XXI. Detrás de este telón no hay ningún escenario. Hay otro teatro, otro sistema, pero España no se está preparando ni por asomo, sigue parcheando, de manera que todo será más largo, duro y dramático. Busco casa de pueblo, alejada de todo, con buenas vistas, un río cercano y conexión wifi, que hay que quiero presenciar a tiempo real al derrumbe.

Fuente: Blog del economista Marc Vidal.

Nota: El artículo Corralito español ha causado tanta polémica que Marc Vidal ha escrito un nuevo artículo que reproducimos a continuación:

UN NUEVO PARADIGMA

Realmente estoy sorprendido por el nivel de entendimiento que tengo en ciertos lectores. Reitero que puede ser culpa mía pero la verdad es que algunos no han comprendido nada o poco de lo que dije en el post del “corralito español”. Puedo adelantar que no he hablado de las cosas de las que se me acusa y para ello exijo que se lea el artículo con disposición y precisión. He recopilado varias opiniones y estoy preparando respuestas porque creo que son muy graves algunas acusaciones. Lo haré luego pues aun parece que siguen llegando más comentarios y mi intención es saldar el asunto del modo más ejecutivo posible.

Durante estos meses se han producido en el conjunto del mundo más cambios que en los últimos dos siglos. La centenaria banca de inversión ha desaparecido y los sistemas reguladores están bajo revisión. Ha sido necesaria una masiva inyección de dinero público para salvar el sistema en el momento que la economía tradicional y sus modelos están en entredicho. Es por eso que si analizamos con exactitud que representa todo ello nos daremos cuenta que estamos sufriendo un cambio de paradigma, una regeneración estructurada a partir del conocimiento y el valor del talento global y que de momento sólo aparenta poder ser un hecho doloroso. En este blog he intentado situar el escenario, hablar de un ecosistema que se resiste a morir pero que se regenera poco a poco hasta el punto que pronto parecerá otro.

Ahora se me antoja imprescindible escribir, y así lo haré inmediatamente, de modelos de creación, de territorios de conquista, de que podemos hacer para padecer lo mínimo posible. Me apetece explicar la forma poliédrica de ese nuevo sistema que se agarrará con fuerza a conceptos como la inteligencia distribuida, a los prejuicios 2.0, a la gestión moderna y a la gestión del futuro. Necesito hablar de los cubículos del conocimiento, del talento global, de pensar diferente, de pensar compartiendo, de conectar cerebros, de cuenta de resultados como deceso de las ideas, del efecto contagio de la colaboración, de la garantía de la exclusividad como valor del compartir, del caudal de pensar conjuntamente y no tanto en equipo, de cambios inevitables, de gestión del conocimiento en las organizaciones del futuro, de modelos y razones de las comunidades virtuales, de alianzas de éxito como valor democrático de las empresas más débiles, de sociedades dinámicas, de las ventajas de esta crisis, de los negocios transparentes y de la recesión permeable. A eso me pongo ahora mismo, pues los que entiendan que esos conceptos son los vértices de un polígono repleto de ventajas, tendrán muchas más herramientas para decidir. Cuantos más seamos más sentido tendrá llevar ese brazalete, esa pulsera de la verdad, del conocimiento, del pensar por nosotros mismos. Es momento de razonar, de construirnos la esencia individual a partir del conocimiento y no tanto del discurso oficial. Este es mi blog y el de los que lo leen, incluso es de aquellos que lo critican pero, guste o no, escribo de lo que a mí parece adecuado.

Se avecina un momento mágico y brillante. A medida que se acerca el horizonte, ese en el que hasta ahora solo se distinguen elementos negativos, un nuevo curso de la historia se está gestando. Para los que piensen que tras esta crisis, si la entendemos como un telón que baja tapando un escenario determinado y que, en teoría, esconde otro atrezzo y otra escenografía, se equivoca gravemente. Detrás no hay nada. Tras el telón no queda ningún escenario. Nada de lo que nos espera es similar a lo vivido. Ha llegado el momento de entender que un nuevo modelo es posible. Quien antes lo comprenda antes lo disfrutará.

De aquí surgirá, a corto plazo, un nuevo orden de prioridades de políticas públicas y un nuevo catálogo social de exigencias. Se reconocerán los excesos de las políticas pasadas y el papel regulador del Estado será revalorado, pero sólo serán montañas de errores y pasos en falso. Habrá un mayor debilitamiento del dólar, alta inflación por los precios de las materias primas, menor crédito e inevitablemente mayor proteccionismo una vez se pase una fase deflacionaria consecuencia de una parada técnica de la economía global. Pero aunque muchos se resistan a entender o aceptar la importancia de esta mutación, ésta se producirá.

Los paradigmas de la globalización conocidos serán poco a poco reemplazados otros nuevos. Un ejemplo: si los países no apoyan a sus sectores agrícolas, sus alimentos no sólo van a ser más caros, sino que pueden escasear. Aplicar la fórmula simple de aumentar las cuotas de importación pasará a ser parte de las políticas obsoletas.

Me niego a que se entienda este blog como una orgía de malos augurios, porque no lo fueron en su día ni lo son ahora. Me rebelaré contra los que me acusen de pesimista, a esos les inundaré el jardín de ideas. A quien asista a la verdad con mala cara solo les quedará asombrarse continuamente. Será un error irremediable entender el futuro inmediato como un retroceso, como un ecosistema de fracasos o como un océano de pobreza latente. Evidentemente que vamos a sufrir, mucho, pero los partos son dolorosos y estamos a las puertas de un nacimiento que va a revolucionar nuestra manera de entender la economía en concreto y la vida en términos generales.

Los gestores públicos lo saben. Se reúnen periódicamente en cumbres de jefes de estado para simular que estudian las soluciones, que adoptan medidas y que trabajan duramente para aliviar nuestros calvarios. Sin embargo saben perfectamente el tamaño del agujero, sus repercusiones a corto y medio plazo y el tamaño de la ola que se nos viene encima. A ellos hay que exigirles que nos hablen con naturalidad, que nos expliquen el alcance del problema, que nos asistan y amortigüen nuestra desgracia, pero que también nos permitan entender el volumen del cambio inminente, el significado de una revolución sistémica y el valor de ese nuevo modelo.

Estamos a las puertas de una revolución como ya lo estuvieron otros antepasados. Hace algún tiempo, al confluir diversos factores se reprodujeron sistemáticamente otros grandes cambios. La revolución industrial y tecnológica fueron grandes elementos de cambio, y convivieron con una crisis sistémica que adelantaba una mutación real y evidente en todos los estadios de la economía. La manera de traducir aquellos cambios siempre condujo a mejores escenarios pero también con una fractura notable del propio sistema. El modelo financiero actual que se sustenta en un crecimiento del valor del dinero por encima del coste real del capital, ha provocado un desajuste insalvable a estas alturas.

Fuente: Blog del economista Marc Vidal

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Actualización 27/02/09: Nuevo paradigma II, por Marc Vidal

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Actualización 09/03/09: Corralito reloaded, por Marc Vidal

1 comentario:

  1. ESTOY DE ACUERDO CON MUCHO DE LO AQUI ESCRITO,PERO NO CON TODO.

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