La inmigración entra en la campaña electoral

Propongo como editor de este blog analizar la propuesta del PP desde perspectivas diferentes:

Mariano Rajoy y el Partido Popular han metido el tema de la inmigración en la campaña electoral al proponer una nueva política más dura con los inmigrantes. En concreto proponen un "contrato de integración", por el que los extranjeros que deseen renovar sus permisos iniciales de residencia deberían comprometerse "a cumplir las leyes, a respetar las costumbres de los españoles, a aprender la lengua, a pagar sus impuestos, a trabajar activamente para integrarse en la sociedad española y a regresar a su país si durante un tiempo no encuentran empleo". El contrato tendría "valor jurídico" y obligaría a aprender castellano. Tendrían que marcharse de España si no lograran trabajo en el año siguiente a la renovación.

Como explica muy bien El País:

"Aunque la fórmula del contrato es inédita en España -sólo Francia la ha adoptado-, la mayoría de los requisitos que propone Rajoy ya están contemplados en la legislación vigente. Por ejemplo, el Reglamento de la Ley de Extranjería especifica que los extranjeros que quieren renovar los papeles deben acreditar que han cotizado a la Seguridad Social un mínimo de seis meses por año y que tienen una oferta de empleo firme. Si no, deben abandonar el país.

Entre las "costumbres de los españoles" que los inmigrantes deberían respetar, Rajoy mencionó la prohibición de la ablación y el respeto a la igualdad de sexos, que ya están tipificados en las leyes. Fuentes del PP añadieron otras "costumbres" recogidas en las ordenanzas municipales, como "la higiene".

El líder del PP avanzó otros aspectos de su programa: no hacer más regularizaciones masivas (durante su etapa como ministro del Interior regularizó a 239.174 inmigrantes de una tacada) y aumentar el número de expulsiones (en la última legislatura del PP ascendieron a 14.397, mientras que en los últimos cuatro años se han incrementado hasta 40.787, un 183,3% más). También reformaría la fórmula de reagrupación familiar para limitar esa vía de entrada de inmigrantes, y expulsaría de forma "inmediata" a los que hayan cometido delitos. Rajoy ya intentó ejecutar esa propuesta cuando era ministro del Interior en el Gobierno de Aznar, pero recibió contundentes argumentos en contra, entre otros del Tribunal Supremo. La medida privaba a los extranjeros de la presunción de inocencia, libraba a los delincuentes de la cárcel y burlaba el derecho de las víctimas a ser resarcidas. En la actualidad, los extranjeros condenados son expulsados, pero después de cumplir sus penas de cárcel."

Ignacio Escolar, director del diario Público, en su blog Escolar.net, sugiere que esto forma parte de una estrategia electoral del PP:

"Cada día que pasa queda más clara la estrategia de Rajoy para estas elecciones. El primer golpe, pintar como catastrófica la situación económica. El segundo puñetazo, a los intestinos de la sociedad, mano dura contra los inmigrantes. Del tercero, el que cierra el círculo, ya se ocupa su coro mediático, e irá a más en las próximas semanas: los inmigrantes son unos delincuentes que nos quitan el trabajo y, ahora que vienen vacas flacas, sobra gente.

Mariano Rajoy se quita la careta –qué fue de aquel centrista– y juega ya sin ambigüedades al populismo de derechas. Dicen las encuestas que el único punto donde el candidato del PP gana a Zapatero es en firmeza. Los estrategas del PP lo saben y están intentando recrear un escenario donde sea ese valor el fundamental a la hora de elegir entre ambos."

Yo añadiría que las encuestas también dicen que para la gente "el PP aparece como el partido que mejor gestionaría la situación económica, el control de los precios, la seguridad ciudadana, la inmigración y el terrorismo. Es decir, los españoles consideran que el partido de Mariano Rajoy ofrece más seguridad, económica y ciudadana." Por lo que va a centrar su campaña en esos temas.

La mayoría de los partidos y organizaciones de atención al inmigrante han criticado la propuesta.

Me ha llamada la atención el análisis de Alberto Sotillos en su blog Primera Plana, desde una perspectiva progresista dice:

"Y Rajoy, como pone el título, ha dado en el clavo, acaba de hacer una propuesta socialmente blasfema pero que seguramente le va a reportar una cantidad de votos considerable. Justo lo que necesitaba. Todo lo que voy a decir ahora se basa en una percepción, voy a hacer generalizaciones y me apoyaré en algunos datos “empíricos” para darle cierta validez."

A partir de ahí hace un repaso a las causas que han provocado que hoy haya una competencia entre la clase trabajadora y los inmigrantes al acceder a los servicios sociales básicos como Sanidad y Educación, y a las ayudas públicas, y resume:

"Asi que, faltará Educación para la Ciudadanía o faltará empatía, pero el resultado es que la gran clase trabajadora española compite con los inmigrantes, son justo la clase social que económicamente está por debajo de ellos y rivalizan por los espacios. No quieren violencia, no quieren espacios “degradados” por la inmigración y sobre todo, no piensan aceptar que la solución para esos problemas “relacionados con la inmigración” se deban resolver ofreciéndoles más ayudas para la integración socioeconómica. Porque las ayudas, las quieren los “españoles” y si se las dan a los “inmigrantes” se quedan sin ellas.

Por eso, la propuesta de Rajoy, que ya lleva triunfando (tal cual) muchos años en toda Europa, va a reportarle muchos muchos votos. Nos confundiremos los socialistas si creemos que la gente va a ver a Rajoy como un retrógrado por esta propuesta y mucho más nos confundiremos si creemos que la sociedad va a mostrar una fuerte repulsa hacia sus palabras. Aunque parezca mentira, Rajoy acaba de porponer lo que media España, al menos, llevada pidiendo con la boca pequeña (y como el voto es secreto, pocas presionas sociales para ser políticamente correcto van a tener los españoles a la hora de escoger papeleta).

La respuesta a esto, mal que nos pese, no debe ser la de tacharle de “fascista”, sino la de intentar explicar con argumentos, en el tiempo que nos queda, algo tan evidente como que los problemas derivados de la inmigración no se solucionan con explulsiones sino con inversiones. Porque en política de eslóganes, por mucho que nos guste ultimamente, la izquierda tiene todas las de perder.

Como muestra de lo que digo, y como respaldo a mis palabras, un botón. (Me refiero a los comentarios de la gente. Muchos, como yo, tras leer unos cuantos, deberíamos mirarnos en un espejo la cara de asombro)."

El gobierno ha salido en tromba criticando la propuesta.

Termino con una reflexión que hace José Carlos García Fajardo, Profesor Emérito de la Universidad Complutense, en su blog:

"Los emigrantes nos devuelven las visitas que les hicimos los europeos durante quinientos años.

No nos obligaron a hablar quechua, aymará o guaraní. Les impusimos nuestras lenguas europeas, nuestras costumbres, nuestras creencias, nuestros y nuestra explotación. No nos obligaron desde Canadá a Tierra de fuego, en toda Africa y en gran parte de Asia y Australia a firmar contrato alguno con condiciones de presuntos culpables, de delincuentes en potencia bajo pena de ser devueltos a sus países de origen si no encontraban trabajo en un año.

¿Qué concepción de la vida, qué visión del mundo, qué ideología subyace en semejante planteamiento por pueblos de acogida que debemos reconocer que los necesitamos como seres humanos, como repobladores ante el derrumbe de nuestra demografía, comos seres humanos para compartir los bienes universales y el natural derecho a la búsqueda de la felicidad, de la libertad, de la justicia y de la dignidad? ¿Qué opinan, dicen o pontifican los Obispos y su Conferencia Episcopal?

Esto clama al cielo... y eso sin haber alcanzado el poder que anhelan."