22/4/07

Entrevista con Claudio Naranjo: "“Cambiar la educación para cambiar el mundo”


Extraños días éstos. El Vaticano concluyó que el limbo no existe y en Estados Unidos un joven de rasgos orientales asesinó a una treintena de estudiantes de una repasada. Pero éstos no son los temas que pasan habitualmente por la cabeza de Claudio Naranjo. Él parece vivir conectado a un planeta aún no descubierto. “Me interesa la transformación de la persona para que pueda existir un cambio radical en la sociedad. Esto sólo sería posible si los gobiernos decidieran usar la educación de manera diferente a como hoy se está aplicando, o sea, creando clones racionales, programados”, dice a la vez que alisa su extensa barba blanca con su mano derecha.

Claudio Naranjo nació en Valparaíso, en 1932. “A los 6 años tenía clases de piano, y una cultura musical que me entró por osmosis. Pensé en ser director de orquesta, pero luego decidí estudiar medicina, porque me di cuenta de que no tenía un talento muy completo”, relata este siquiatra chileno, considerado uno de los tres discípulos más cercanos de Fritz Perls, creador de la terapia Gestalt, y fundador del Programa de Educación Integral.

BUSCANDO A DIOS

Aterrizó en el país para presentar el libro “Cambiar la educación para cambiar el mundo”, publicado por Editorial Cuarto Propio. “El tema de la educación es mi militancia en los últimos años”, asegura quien cree que el problema parte de los que forman a los alumnos, o sea, de los profesores y sus 500 horas semanales. “Creo que la clave está en la instrucción de formadores, explicarles a los profesores algo que la universidad no les ha dado, porque la universidad sólo les ha enseñado a ser papagayos, simples repetidores”.

Por eso quizá los temas de Naranjo siempre han sido tratados de manera radical, como sus decisiones. En 1962 se fue de Chile. “En Estados Unidos había una gran efervescencia creativa en la sicoterapia. Cuando llegué la primera vez a Berkeley no me había sentido en casa antes". Fueron tiempos en que Naranjo se codeó con el Dalai Lama, experimentó LSD con Carlos Castaneda, la guapa Lola Hoffmann fue su discípula, y se pegó largas conversas, sobre lo humano y lo divino, con el eximio biólogo Francisco Varela.

De ahí que ha sido denominado vocero de un nuevo chamanismo. Por eso cree que el budismo es la religión de la meditación por excelencia. “Yo soy un buscador desde temprana edad, y el despertar a la pubertad no sólo fue a la pasión, como que me entró también la vaga búsqueda, que yo lo simbolizaba con el sonido Ohm, ni siquiera lo llamaba una búsqueda de Dios”, cuenta mientras camina en la noche del Parque Forestal.

Naranjo lleva un alambre negro colgado a su camisa, que pareciera venir desde el estómago. “Lo que pasa es que una productora española me está haciendo un documental, y me graban donde vaya”, cuenta. Hoy ya está en Argentina. En mayo irá a Brasil, para luego instalarse en su residencia de Berkeley 15 días. Después volará a Europa.

Algunos de los libros de Claudio Naranjo son “La agonía del patriarcado”, “Gestalt sin fronteras” y “Entre meditación y sicoterapia”.


Estracto del artículo aparecido en el periódico chileno La Nación el 22/04/2007

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