17/4/07

Evolución sociocultural, por Alejandro Villar


Toda la evidencia actual demuestra que los seres humanos nos desarrollamos psicológicamente a través de una serie de estadios (pese a lo que digan los que sustentan ideologías relativistas). Parece lógico pensar que cuando muchas personas de un determinado nivel de desarrollo se juntan surja una determinada visión del mundo. Y que esta visión del mundo se plasme en las instituciones, las leyes, los modos de producción, etc., dando lugar, en definitiva, a determinado tipo de sociedades. Si miramos la historia podemos ver como, efectivamente, han surgido las distintas visiones del mundo correspondientes a los distintos estadios del desarrollo psicológico: arcaica, mágica, mítica, racional, pluralismo relativista, etc, correspondiendose, cada visión con determinados tipos de sociedad: tribus recolectoras, villas, horticultoras, imperios agrarios, sociedades industriales, informáticas, etc.

No obstante, la noción de evolución levanta airadas críticas en muchos sectores. Un modelo que explique la evolución sociocultural tiene que poder responder a esas críticas. Muchas de esas criticas tienen detrás una motivación noble y compasiva.
Los tradicionalistas detestan la noción de evolución sociocultural porque eso significaría que estamos progresando con respecto al pasado. Pero Auswitz, Hiroshima, el conflicto palestino-israelí,... hacen que parezca, en ocasiones, que el presente no solo no ha progresado con respecto al pasado, si no que hemos empeorado.

Los (retro)románticos, basándose en que en el pasado no aparecían problemas tan complejos, suelen situar su Edén en el pasado, a partir del cual hemos ido empeorando. Cada cual elige un tiempo pasado y lo pone de ejemplo a lo que deberíamos volver. Ese Edén pueden ser ciertas ciudades medievales, los pueblos horticultores germánicos, las ciudades griegas, las tribus recolectoras paleolíticas...

Por su parte, los teóricos del liberalismo social se espantan ante la noción de evolución sociocultural, porque fácilmente pueden llevar a conceptos como raza superior o superhombre y, todos sabemos, las consecuencias tan sangrientas que puede tener eso. Y es que la idea de evolución sociocultural puede ser utilizada por teorías tan poco compasivas como el darwinismo social.

Un modelo de evolución sociocultural debe poder responder a estas objeciones, explicando las buenas y las malas noticias de la evolución, los progresos y las regresiones. Ello puede hacerse incluyendo los siguientes puntos:

1.- Dialéctica del progreso. La evolución conlleva alcanzar niveles más complejos, lo que significa buenas y malas noticias. Por ejemplo, un animal puede tener cáncer, pero un átomo no. Cada nivel evolutivo supera los problemas del nivel anterior pero hace que aparezcan nuevos problemas, a veces más complejos y difíciles de solucionar. Además cuantos más pasos evolutivos se den, más ocasiones hay para que las cosas vayan mal. Por ello los niveles más profundos pueden afrontar muchos más problemas que los más superficiales.

2.- Distinción entre diferenciación y disociación. Si todo va bien cada nivel evolutivo se diferencia de los niveles anteriores, integrándolos en una totalidad mayor. Si todo va mal hay disociación, y entonces los niveles inferiores se reprimen. Una cosa es la diferenciación de la cultura y la naturaleza (deseable) y otra la disociación de la cultura de la naturaleza, que está a punto de llevarnos al desastre ecológico.

3.- Diferencia entre trascendencia y represión. Si todo va bien en la evolución cada nivel trasciende a los anteriores, incluyéndolos en una totalidad mayor, así, las sociedades agrarias fueron trascendidas por las industriales, y estas lo están siendo por las informáticas. Cada nivel es preservado dentro de una totalidad mayor (negándole su exclusividad). Pero donde hay trascendencia existe la posibilidad de que las cosas vayan mal y se produzca represión, entonces los niveles inferiores no son preservados si no oprimidos.

4.- Diferencia entre jerarquía natural y jerarquía patológica. La realidad (en lo individual y en lo colectivo, en lo objetivo y en lo subjetivo) es jerárquica (o mejor dicho holárquica), está compuesta de niveles dentro de niveles, dentro de niveles,... o sea totalidades que son partes de otras totalidades, y así indefinidamente. Así, habría niveles que se trascienden unos a otros, Esto serían las jerarquías naturales. Pero lo que trasciende puede reprimir, y entonces tenemos las jerarquías patológicas, donde el poder reemplaza a la solidaridad, el dominio a la comunicación y la opresión a la reciprocidad.

5.- Las estructuras superiores pueden ser secuestradas por impulsos inferiores. Cuando el tribalismo etnocéntrico accede a la moderna tecnología, puede causar mucho más daño del que podían causar un arco y unas flechas (los atentados del 11 de Sept son un claro ejemplo). Auswitz no es una consecuencia de la razón, sino de los usos irracionales de los productos tecnológicos de la razón. Es la razón secuestrada por una mitología etnocéntrico.

Con todos estos puntos en mente podemos tratar de responder a las objeciones a la evolución sociocultural:

Los tradicionalistas no han comprendido la dialéctica del progreso ni que las estructuras superiores pueden ser secuestradas por los impulsos inferiores. Se centran solo en las malas noticias de la modernidad y las comparan con las buenas noticias de culturas pasadas. Pero no todo era tan bueno en culturas pasadas: un 10 % de las culturas recolectoras y un 54 % de las agrarias eran esclavistas; un 37% de las culturas horticultoras y un 64 % de las agrarias tenían la institución de la dote de la novia (lo que convertía en un problema muy grave el tener una hija) y un 58 % de las culturas horticultoras y un 99 % de las agrarias estaban involucradas en escaramuzas bélicas. Con respecto a la modernidad, las buenas noticias fueron la abolición de la esclavitud, los movimientos de liberación de la mujer, la noción de que los derechos humanos son universales, se aplican a todos los seres humanos, los avances en la medicina (que por si solo ha n evitado o aliviado muchísimo sufrimiento)...

Los románticos confunden diferenciación con disociación y trascendencia con represión. Una bellota tiene que diferenciarse para transformarse en roble. Pero allí donde los románticos ven un roble, lo sienten como una traición y una represión de la bellota, cuando lo que habría que hacer es ver que el roble es una diferenciación evolutiva de la bellota y facilitar que todo el proceso se dé lo mejor posible para obtener un roble sano. Pero los románticos siempre añoran el regreso a un pasado menos diferenciado y evolucionado...

Los teóricos del liberalismo social no han comprendido la diferencia entre jerarquía natural y jerarquía patológica. Allí donde ven jerarquías se espantan, lo cual es lógico, viendo los efectos que las jerarquías opresivas han tenido en el pasado y tienen en el presente. Pero no se dan cuenta de que la jerarquía natural es inevitable, porque la propia realidad es jerárquica. Incluso ellos tienen su propia jerarquía de valores (oculta claro, no pueden reconocerlo porque se contradecirían así mismos) donde no jerarquía es mejor que jerarquía. Ya que es inevitable en vez de evitar las jerarquías (con lo cual solo obtendríamos montones desordenados) lo que deberíamos preocuparnos es de sanar las jerarquías opresivas y transformarlas en jerarquías naturales.

Con estos principios podríamos acabar con la noción tan antropocéntrica de que la evolución actúa en todo el Kosmos menos en lo humano, donde o no actúa o va hacia atrás. Así el mismo impulso que hizo que de la materia surgiera la vida y de la vida surgiera la mente, podemos verlo también actuando en las sociedades humanas. La evolución sociocultural no sería más que la lucha del Espíritu por hacerse consciente de si mismo, como ya lo interpretó Hegel.

"Todo lo que ha ocurrido en el Cielo y en la Tierra,
desde la eternidad, la vida de Dios y todos los hechos
temporales son simplemente las luchas del Espíritu
para conocerse a sí mismo, para encontrarse, para ser
él mismo, y finalmente unirse a sí mismo; está alienado
y dividido, pero sólo para ser capaz así de encontrarse
y retornar a sí mismo...
Tal como existe la forma individual esa liberación
se llama "yo"; desarrollado como totalidad, es
el Espíritu libre; como sentimiento es Amor;
y como disfrute Bienaventuranza."

Hegel


Fuente: Alejandro Villar

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